Manos a la obra
Cómo las empresas argentinas le bajan un cambio al plástico descartable
Líderes de diferentes rubros empiezan a tejer redes de trabajo. Convocados por Sistema B, aquí cuentan sus experiencias
El uso eficiente, consciente y responsable del plástico – en una sociedad que demanda producción y servicios más sostenibles – es un desafío urgente para las empresas. En Argentina, muchas tomaron la posta y encararon acciones particulares y ahora decidieron empezar a tejer redes asociativas, tanto de trabajo como de conocimiento, para potenciar el ecosistema.
“Para que una iniciativa de triple impacto sea sostenible, la rentabilidad es la base de cualquier discusión”, dijo con claridad Natalia Bernasconi, gerente de Sustentabilidad de la cadena de supermercados La Anónima, la primera de su rubro en Argentina en certificar como Empresa B, que redujo el gramaje de plásticos en el packaging de productos de marcas propias y prueba con materiales compostables, usa cajones de verduras reutilizables y fue pionera en eliminar el uso de las bolsas camiseta para clientes.
Pero además, junto a la Empresa B Buplasa y su proveedor Unilever, instalaron una estación de reciclado Buply en el Paseo de la Patagonia Shopping Center (Neuquén), donde reciben plásticos de todo tipo para que sean reinsertados en economías circulares.
“Algunas medidas, como eliminar las bolsas o reducir el gramaje en packaging, resultan beneficiosas también desde lo económico. Otras requieren inversión inicial, pero luego se amortizan con el correr del tiempo", aseveró Bernasconi en el marco de un encuentro que organizó Sistema B para pensar estrategias empresarias encaminadas a repensar el uso del plástico.
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De la actividad, enmarcada en la campaña global “Julio Sin Plástico” (#JulioSinPlástico), participaron también Marcos Aliaga, director y cofundador de Meraki – dedicada a la elaboración de productos de uso personal con materiales naturales - Rocío González, co-fundadora y COO de Unplastify, y Florencia Benedicto, socia fundadora de GEA Sustentable. Estuvo coordinada por Mariana Arias, directora Ejecutiva de Sistema B Argentina y la comunicadora Celeste Giardinelli.
"Nuestro rol es desafiar a la industria con productos que cumplen las mismas funciones pero además ofrecen un impacto positivo en el planeta y también en las personas", señaló Aliaga y planteó que el principal desafío de Meraki es ofrecer productos con impacto ambiental positivo sin perder de vista la funcionalidad y los hábitos de consumo.
En ese camino, compartió un aprendizaje clave para la evolución de la empresa: "Desarrollamos una pasta de dientes en pastillas, en un frasco recargable, y fuimos los primeros en hacerlo en Latinoamérica. Desde el punto de vista ambiental era una solución excelente, pero nos dimos cuenta de que habíamos perdido de vista la experiencia del consumidor", dijo.
A partir de esa experiencia, la empresa continuó innovando y hoy ofrece, además de los Bits Meraki, una pasta dental en envase de aluminio, un producto que encontró el punto de equilibrio entre el impacto positivo en el ambiente, la usabilidad y las preferencias del público. "Entendimos que no se trata de ir de un extremo a otro, sino de encontrar los puntos medios, soluciones reales, accesibles y efectivas que las personas puedan elegir", reflexionó.
Esa experiencia muestra cómo un paso clave para reducir el uso de los plásticos pasa por un “rediseño sistémico” en las empresas. Al respecto González explicó que desde Unplastify “promovemos el rediseño de sistemas para desplastificar, porque la relación humana con el plástico está fuera de control”.
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“Hay muchas cosas en las que el descartable es necesario o muy difícil de reemplazar, pero en muchos casos sí podemos buscar alternativas y para eso estamos nosotros", explicó la representante de la empresa que está trabajando en esto con el holding de Eurnekian, Aeropuertos Argentina (AA), una experiencia que, por la envergadura, representa un caso testigo de la posibilidad de encarar este tipo de acciones a gran escala.
La líder de Unplastify contó que el proceso siempre comienza con un análisis del caso de la empresa para trabajar a partir de los datos y por el cambio cultural en los colaboradores. "Ya hay una audiencia de consumidores que no puede entender que las empresas digan que son sustentables y al mismo tiempo tengan un mal uso del plástico descartable", detalló.
También destacó la importancia de "pensar en pequeños pasos, en cambios sistémicos que se puedan sostener en el tiempo".
Por otro lado, GEA Sustentable trabaja acompañando a los grandes generadores de residuos para recuperarlos y reciclarlos y, así, reducir la cantidad que se envía a rellenos sanitarios. Además, producen madera plástica con material 100% reciclado.
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"Los circuitos de reciclado funcionan", declaró Florencia Benedicto. "Realmente se recicla, el desafío está en saber qué residuos, cómo clasificarlos y a dónde llevarlos. El tema es muy complejo en Argentina y hay mucha desinformación. Nosotros proponemos comenzar por buscar a dónde acercarlos y luego separar en origen", agregó.
La socia de GEA Sustentable se refirió al contexto actual de la industria recicladora, subrayando tanto sus desafíos como su potencial para el desarrollo de una economía circular en Argentina.
"Hoy gestionar residuos sigue siendo costoso y los materiales reciclados no siempre tienen un valor de mercado competitivo. Sin embargo, hay grandes oportunidades para impulsar el uso de material reciclado, como políticas públicas, regulaciones municipales e incentivos para adoptar prácticas más sostenibles", expresó.


