Actualidad
11.12.2025

Fin al descarte fácil

En Brasil, las empresas deberán hacerse cargo del plástico que generen

Un decreto establece la logística inversa obligatoria. La medida es para toda la cadena e impactará en los países que vendan a ese mercado

Brasil decidió hacer una apuesta fuerte por la economía circular de alcance nacional que impactará en toda la industria. A partir de 2026 obligará a todas las empresas a hacerse cargo del destino de sus plásticos, una medida que involucra a toda la cadena: fabricantes, importadores, distribuidores y comercio minorista.

Mediante el decreto N° 12.688, fija un sistema de logística inversa de plástico a nivel nacional mediante la cual todos los envases deben regresar nuevamente al ciclo productivo y las empresas podrán elegir entre operar un sistema propio o integrarse a un modelo colectivo administrado por una entidad gestora. 

En ambos casos, deberán demostrar anualmente el cumplimiento de sus metas ante el Sistema Nacional de Información sobre la Gestión de los Residuos Sólidos, el organismo estatal que controlará que se cumpla la normativa.

La intención es llegar a una meta de recuperación del 32% en 2026, subir hasta el 37% en 2030 y al 50% para 2040.

El decreto promueve la participación de cooperativas de recicladores y la creación de infraestructura de recolección y clasificación, que incluye puntos de entrega voluntaria, unidades de separación automatizada y plantas de fabricación de resinas recicladas posconsumo. 

Por otra parte, las compañías estarán obligadas a financiar sus sistemas de retorno, implementar campañas educativas e informar a los consumidores sobre cómo devolver correctamente los envases usados.

Hacia una economía circular

Esta decisión a gran escala busca minimizar el uso del plástico de un solo uso, en un país que se convirtió en el mayor generador de residuos plásticos de América latina y el octavo a nivel mundial, con alrededor de siete millones de toneladas al año, de las cuales un gran porcentaje (44%) se desecha tras el primer uso.

La normativa cubre tanto a los envases primarios como secundarios, terciarios y productos plásticos comparables como vasos, platos y cubiertos, siempre que se encuentren en la fracción seca de los residuos urbanos.

Brasil es el mayor generador de residuos plásticos de América latina.

De esa manera, están incluidos la mayoría de los envases utilizados por la industria de alimentos y bebidas como: bandejas para refrigerados, botellas, film, tapas, entre otros, muy utilizados en productos de consumo masivo.

Esta disposición también exigirá cambios a las empresas de otros países que operen o comercialicen sus productos en Brasil, ya que demandará ajustar diseños de envases, esquemas de trazabilidad y contratos con socios locales para asegurar el cumplimiento de metas de logística inversa del plástico en ese mercado.

Por otra parte, esta normativa además de exigir la logística inversa, fija objetivos respecto al contenido de plástico posconsumo en los envases a utilizar, una medida que va en línea con los requisitos que impuso la Unión Europea respecto al mismo tema.

El decreto establece metas cuantitativas mínimas que deben cumplirse anualmente respecto de los mínimos de contenido reciclado a incorporar en los envases de plástico. Estas serán obligatorias a partir de enero de 2026 para grandes empresas y julio de 2026 para pequeñas y medianas empresas.

Los fabricantes e importadores deberán cumplir la meta de contenido reciclado, priorizar la contratación de cooperativas de recolectores, y garantizar la reutilización o el reciclaje de los envases retornados.

En tanto, los distribuidores y comerciantes tendrán la obligación de orientar a los consumidores sobre la devolución de envases, instalar y mantener puntos de entrega voluntaria (PEVs) y encaminar los envases retornables y no retornables a sus respectivos ciclos de reciclaje.
 

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