Julio más limpio
Un plástico menos en tu rutina: así es la cruzada argentina para limpiar el planeta
Trabajan desde 2018 en minimizar el uso de plásticos descartables y lanzaron una campaña para potenciarlo
Por: Eugenia Langone mail
“¿Te animas a cambiar tu rutina plástica?” La pregunta es sobre todo un desafío al que Unplastify, la empresa nacida en 2018 que busca minimizar el uso de plásticos descartables en el mundo, lanzó para este mes con la propuesta “Julio sin plásticos 2025” y a la que quien quiera sumarse puede hacerlo a través de sus redes sociales.
La propuesta lanzada por la firma argentina que dirigen Agustina "Tati" Besada y Rocío González se inspira en la experiencia Plastic Free July, un movimiento global que impulsado por Plastic Free Foundation impulsa a millones en diferentes comunidades de diferentes países del mundo a llevar adelante acciones de limpieza de plásticos en calles y océanos, a través de hogares, escuelas y espacios de trabajo.
Con el desafío planteado para este 2025 de desplastificar a más de 4.500 personas, la propuesta busca nada más y nada menos que cambiar hábitos cotidianos para dejar de lado este material cuya producción anual alcanza las 400 millones de toneladas en el mundo, de las cuales se reciclan menos del 9 por ciento.
Para eso, Unplastify convoca a los participantes a dejar al menos un plástico de la rutina diaria, registrar la experiencia durante 21 días -el tiempo en que tarda en instalar un hábito- y compartirla en la comunidad abierta que se crea a través de la red social Instagram y el correo electrónico de la firma.
Quienes se sumen serán parte de un proceso pensado en tres fases que se llevarán adelante a través de consignas semanales y que tendrá un cierre presencial entre los participantes con la proyección de “Ojos al mar”, un documental de 2017 filmado íntegramente en Puerto Madryn.
La aventura de Unplastify
La aventura de Unplastify, una empresa B que asesora a otras compañías en procesos de desplastificación, comenzó con un viaje en 2018. Ese año, Besada y González se propusieron la aventura de cruzar el Atlántico dos veces en velero para poder comprender la problemática del plástico con el foco puesto en los océanos.
La travesía se extendió por año y les permitió “entender en profundidad lo que sucedía y además vivenciarlo”, cuentan.
A partir de allí, llevaron adelante un mapeo de iniciativas y de compañías que trabajan en solucionar el problema de la contaminación plástica y, en paralelo, pusieron en marcha su propia compañía para sumarse al objetivo de minimizar el uso de plásticos descartables en el mundo.
“Dicen que la bolsa plástica demora 300 años en biodegradarse y eso es mentira”, afirma públicamente Tati Besada sin dejar lugar a dudas y detalla cada vez que puede que lo que en realidad sucede con esa bolsa “es que se rompe en pedazos tan chiquititos que no la vemos, pero el material no desaparece, no se biodegrada y jamás vuelve de manera natural a ser parte de la naturaleza”.
Contra esos hábitos del del uso de los plásticos, que afirman “vuelve como boomerang” en la presencia de microplásticos tanto en animales como en el torrente sanguíneo de los propios humanos, es que el desafío se propone hacer un camino inverso.