Industria
22.05.2025

Un buen trago

Hoteles de insectos y riego inteligente: el caso de una bodega sustentable

Una empresa agroindustrial argentina, ubicada en La Rioja y con tres décadas en el mercado, transformó su forma de producir con prácticas concretas de triple impacto. ¿Cómo lo hizo?

Hoteles de insectos, riego inteligente y desechos que se transforman en fertilizantes orgánicos forman parte de la transformación de una forma de producir tradicional hacia una matriz más sustentable. La experiencia no es de nicho, sino que la está llevando adelante Valle de la Puerta, una bodega argentina ubicada en la provincia de La Rioja que hace 31 años está en el mercado elaborando vinos y aceites de oliva, ahora con un concepto amigable con el planeta e impulsando el trabajo en las comunidades donde está inserta.

La vitivinicultura en Argentina viene trabajando en hacer más sustentables sus prácticas tanto primarias como industriales porque se trata de un sector con fuerte presencia en el mercado interno e internacional que demanda productos de estas características y además, porque existe una gran competencia de empresas en el segmento.

Bodega Valle de la Puerta, asentada en el corazón de La Rioja - en el Valle de Famatina - decidió transitar ese camino hacia un modelo de producción vitivinícola y olivícola que integre innovación, sostenibilidad y compromiso comunitario y lo hizo con prácticas concretas para preservar el medio ambiente, potenciar la biodiversidad y generar un impacto positivo en la región.

Como parte de su plan de biodiversidad, la bodega creó islas de biodiversidad y hoteles de insectos, son refugios construidos con materiales reutilizados para albergar abejas, mariposas y otros polinizadores esenciales para los cultivos. 

Estas iniciativas no solo fomentan el equilibrio ecológico, sino que también reducen la necesidad de pesticidas al promover el control natural de plagas. 

Los hoteles de insectos facilitan la llegada de polinizadores y conservan la biodiversidad de la región.

Además, en colaboración con el Colegio Secundario de Nonogasta, se construyó el primer hotel de insectos en la "Isla 3", un proyecto educativo que vincula a la comunidad con la conservación ambiental.

Suelo y agua

Por otra parte, la bodega aplica técnicas de labranza mínima para evitar la remoción del suelo, una práctica muy difundida en los cultivos extensivos de la Pampa Húmeda que utilizan la siembra directa. Tiene 150 hectáreas dedicadas a viñedos y 770 hectareas de olivares en los cuales produce 10 millones de de kilos de aceitunas de mesa que comercializa frescas y 1.000 toneladas de aceite de oliva extra virgen que coloca en el mercado internacional y externo.

También decidieron utilizar mulching (restos de poda triturados) para proteger el suelo de la erosión y mejorar su fertilidad. 

En cuanto al agua, utilizan un sistema de riego por goteo e instalaron sensores de humedad que le permitieron ahorrar un 30% en el consumo de este recurso en una zona donde la producción es electrodependiente, lo que hace que el 40% del costo anual de la empresa se concentre en energía para riego.

Por otra parte, mediante un convenio con el Inta Chilecito monitorean la sostenibilidad de los acuíferos locales.

Residuos que se transforman

Valle de la Puerta también impulsa una gestión eficiente de residuos, convirtiendo desechos en recursos. El alperujo (subproducto de la aceituna) se transforma en compost que es utilizado como fertilizante orgánico, las botellas plásticas se reciclan en postes y maderas ecológicas, y los residuos de cartón y papel se donan a la Fundación Garrahan. Además, los residuos orgánicos del comedor se procesan mediante vermicompostaje, completando un ciclo de cero desperdicio.

Los pellets provenientes de residuos de olivos industrializados se pueden utilizar como combustible natural.

Actualmente la bodega genera más de 120 empleos directos y prioriza la contratación de mano de obra local. Pero también decidió avanzar el arraigo territorial fomentando acciones turísticas y educativas que permiten conocer la identidad cultural y productiva riojana, entre ellas figuran las jornadas de reforestación, como la dedicada al algarrobo nativo.

La finca de viñas y olivos Valle de la Puerta, que se estableció en 1994 en el corazón del Valle de Famatina, comercializa los vinos Ichanka, La Puerta y Quinquela y aceite de oliva La Puerta en todo el mundo. Produce más de 2 millones de litros de vino por año. 

Hoy, además de sus productos tradicionales, la firma invirtió $ 60 millones en la construcción de una planta de fabricación de pellets como alternativa para revalorizar los residuos industriales, principalmente los residuos de la poda del olivo, que pueden utilizarse como combustible natural para industrias y hogares, especialmente en zonas donde no hay acceso a gas natural.

La planta de fabricación de pellets fue montada con maquinaria nacional que la empresa adquirió de la firma Giuliani Hnos, de la ciudad santafesina de Rafaela.

 

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