Campo sustentable
Le pasan el filtro a los agroquímicos
Los sectores público y privado vinculados al negocio agrícola diseñaron un herramienta para mejorar la sustentabilidad. Se puede replicar a otros rubros
Los residuos de agroquímicos que quedan en el agua utilizada para limpiar los equipos con los que se aplican estos insumos en el campo son un problema para el medio ambiente. Con la intención de darle una solución y ofrecerles a las empresas herramientas para reducir el impacto de sus acciones, la academia y el sector corporativo crearon en conjunto un biofiltro basado en innovación biotecnológica.
Se trata de un desarrollo realizado por la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba) y la Cámara de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos (Ciafa), orientada a mejorar la sustentabilidad del agro y con la posibilidad de que se expanda hacia otros sectores.
“Diseñamos un sistema que colecta el agua de lavado y la transporta al biofiltro donde se degradan los restos de agroquímicos”, detalló Daniel Mazzarella, docente de la cátedra de Protección Vegetal de la Fauba y coordinador técnico de Ciafa. “Estamos teniendo resultados muy alentadores y creemos que implica un salto de calidad en las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA)”, destacó.
Cómo funciona
La innovación consiste en una cama biológica compuesta por material vegetal, como restos de poda o de maíz, donde se desarrollan los microorganismos capaces de degradar a los fitosanitarios. “Estamos evaluando cómo diferentes camas degradan el glifosato, uno de los productos más utilizados y por el momento, los mejores resultados los obtuvimos con chipeado de maíz”, dijo.
Nicolás Borrelli, también docente de la cátedra de Protección Vegetal de la Fauba explicó que el prototipo puede tratar 1.000 litros de agua por año y que es posible multiplicar su escala. “Lo podría usar desde un pequeño horticultor u agricultor hasta un gran productor. Se pueden agrandar los espacios de lavado y acoplar hasta 10 biofiltros en serie”, detalló.
El filtro biológico representa un avance en las BPA y es posible cuantificar su aporte al tratamiento del agua de lavado de equipos para aplicar fitosanitarios.
Borrelli remarcó que un punto clave es su funcionalidad. “Buscamos que sea práctico y fácil de usar para los aplicadores, que no sea una complejidad extra”, dijo y agregó “otra de las bondades de este sistema es que se puede mover. Es posible desarmarlo y volverlo a montar en otro lugar”.
Armando Allinghi, director ejecutivo de Ciafa, destacó que desde la cámara acompañan el proyecto ya que genera información y tecnología fundamental que se puede transferir a explotaciones agropecuarias de distinta envergadura.
Borrelli, además, señaló que el alcance de esta herramienta puede ir más allá del agro y que es posible extrapolarla al sector industrial. “Es cuestión de encontrar la mezcla de material biológico y de microorganismos adecuados para tratar las distintas aguas residuales”.
Mazzarella afirmó que este prototipo también puede servir para mejorar el manejo de fitosanitarios de la Facultad, para dar clases e investigar. “En los campos experimentales de la provincia de Buenos Aires que usa la Fauba se realizan aplicaciones y queremos que el prototipo se internalice y se use. Hay una cuota importante de docencia”, dijo.
También contribuyen al proyecto Bruno Varsallona, Juan Pucheta y Carlos Sarubbi, de la cátedra de Protección Vegetal, Wilmar Ward, de la cátedra de Maquinaria Agrícola, y la cátedra de Bioquímica con diversos análisis.