Campo
01.07.2025

Tratamiento integral

Ganadería: te arman un plan de negocio con lo que se lleva la cloaca

Empresa cordobesa desarrolla estrategias para gestionar efluentes y tomarlos como una nueva unidad de negocios

Por: Rodrigo Elias mail

La gestión de los efluentes en establecimientos agropecuarios intensivos - tambos, feedlots o porcinos - logra beneficios ambientales y económicos y por eso se debe considerar como “una unidad de negocios más dentro del establecimiento”. Así lo afirmó Leonardo Genero, fundador y dueño de la empresa cordobesa Gening, una compañía de ingeniería especializada en servicios e infraestructura para que el productor materialice esta consigna.

Con base en Villa María (Córdoba), la firma tiene dos unidades de negocios. Por un lado, .Eflu (Punto Eflu), que se especializa en ingeniería aplicada a la gestión de efluentes en tambos, criaderos y otras producciones intensivas y por otro, Choike, una startup que desarrolla biodigestores adaptados a la escala y necesidades del agro. “Las vacas lecheras producen, por día, más estiércol que leche”, graficó Genero y explicó que “comúnmente, la mayoría compra un tanque que chupa los efluentes y luego los tira al campo pero no hace una gestión real ni un aprovechamiento”.

"Nosotros planteamos un layout distinto, buscamos gestionar ese efluente y aprovechar ese recurso”, agregó el empresario en diálogo con Ecobiz y destacó el valor que tiene la enmienda orgánica que se puede producir con los desechos sólidos resultantes del tratamiento de los efluentes, y tiene un alto poder fertilizante. Por caso, datos del Inta indican que este tipo de sustrato puede mejorar la productividad de los suelos entre un 18% y 25% en el largo plazo.

Las emisiones de metano que generan los feedlots pueden mitigarse con la puesta en funcionamiento de establecimientos de biogás.

Con este concepto de negocios, Gening se posiciona como una empresa pionera en ingeniería ambiental aplicada al campo, mediante el servicio de tratamiento de los efluentes, pero también la fabricación de infraestructura ad hoc, como el montaje de plantas de biogás que tratan estos desechos y los convierten en energía.

Negocios integrados

El abordaje de Gening contribuye a completar el ciclo del carbono en la unidad productiva: el estiércol vuelve al suelo, mejora la fertilidad, se produce más grano y se alimenta mejor al ganado.

Además, aporta a la mitigación de emisiones de metano, ya que usar biodigestores permite captar este gas altamente contaminante - y uno de los que genera más huella ambiental en el agro - aprovecharlo energéticamente, evitando que se libere a la atmósfera.

“La enmienda, ese estiércol tratado, no sólo representa un beneficio económico por reemplazo del fósforo y el nitrógeno, sino también un aporte directo e indirecto de la calidad del suelo, porque mejora su porosidad, estructura y, por ende, el rendimiento de los cultivos”, dijo.

Impacto económico

En contraste con la práctica de “tirar con un tanque” que toma los efluentes y con agua luego son desechados en el campo, Gening propone separar sólidos y lograr una aplicación más eficiente y menos costosa.

Un tanque mediano cuesta alrededor de u$s40.000, en tanto que un separador de sólidos vale u$s7.000.

Además, esto se traduce en un menor consumo de gasoil, en una menor dependencia climática y en un mayor impacto productivo.

“Tenemos laboratorios ambientales asociados que nos permiten hacer un relevamiento de ese estiércol, de los suelos y campos disponibles para aplicarlo, y en función de eso determinamos de qué manera el productor puede tener un retorno de toda esa inversión en gestión de efluentes”, señaló Genero.

Por otra parte, desde el punto de vista productivo, los corrales pasan a estar mucho más limpios. “Quizás eso no tiene un reintegro inmediato y claro, pero sí va a tener más limpias las vacas, con lo cual va tener mejor calidad de leche y mejor sanidad”, explicó.

Choike, una de las empresas de Gening desarrolla biodigestores adaptados a cada escala agropecuaria.

Dentro de Gening, Choike es la que desarrolla biodigestores compactos, de bajo costo y adaptados a la escala agropecuaria local. Así, en lugar de depender de grandes sistemas industriales o lagunas abiertas, proponen una solución modular e intensiva para lograr tratamiento anaeróbico controlado. 

Esto permite reducir el tamaño de las lagunas de tratamiento que suelen tener  los productores de cerdos, aves y feedlot, mejorar la calidad del fertilizante resultante, y generar biogás para autoconsumo (electricidad, calefacción, agua caliente, etc.).

De esta forma, las dos unidades de negocios de Gening se complementan: .Eflu diseña la gestión general del efluente y, si se justifica, Choike provee la tecnología específica del biodigestor. 

Dos décadas de historia

Gening nació hace 20 años a partir de una trayectoria personal y académica. Genero, ingeniero químico, comenzó divulgando los beneficios del biogás a través de la Fundación Proteger en 2003, cuando era un tema desconocido en el país.

Genero en una de las obras que la compañía está realizando en la región.

En colaboración con un docente universitario, desarrollaron una planta de biogás en Entre Ríos que luego replicaron en otras provincias. Esto le permitió posicionarse como referente y participar en Probiomasa, un programa nacional que funcionó entre 2012 y 2022.
 
En 2015, se especializó en biogás en Alemania, lo que marcó el punto de inflexión: dejó de ser un activista técnico para convertirse en empresario. Desde entonces, profesionalizó su propuesta con foco en ingeniería aplicada, diseño de equipos y asesoramiento integral.

En la actualidad, la empresa también comercializa equipos para la gestión de efluentes, como bombas, agitadores, separadores, equipos de aplicación para campo y enmiendas. 

A futuro la empresa apunta a instalar un primer proyecto modelo de biogás completo, con seguimiento agronómico del ciclo de carbono. De esa manera, pretende ofrecer un sistema de manejo integral “llave en mano” al estilo europeo o californiano.

Además tiene busca promover el cierre de ciclo productivo como eje de la sustentabilidad: lo que sale del animal vuelve al suelo y genera más alimento.
 

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