Dos veces renovable
Del viento al cemento: una experiencia de transformación
Un becario de la Universidad Nacional del Centro junto a especialistas de la UTN Chubut están probando reconvertir las aspas de molinos eólicos en desuso en hormigón
Las energías renovables también dejan su huella y hay quienes comenzaron a pensar cómo mitigar el impacto de la infraestructura que se necesita para equipar estas instalaciones. Es el caso Joaquín de Joaquín Legnazzi, becario de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Centro (Unicen) de Buenos Aires en Olavarría, quien desarrolló en Puerto Madryn una etapa práctica clave de su proyecto final, que aborda el reaprovechamiento de aspas de molinos eólicos en desuso, para convertirlos en hormigones.
Esta colaboración es parte de un proyecto de Investigación y Desarrollo (PID) que promueve soluciones innovadoras para problemáticas ambientales presentes y futuras.
Legnazzi trabajó en una planta hormigonera de Puerto Madryn para avanzar en el desarrollo de mezclas de morteros y hormigones con fibras recicladas de aspas de molinos eólicos en desuso. Este trabajo, parte de su proyecto final de grado en ingeniería civil, busca soluciones prácticas para un problema ambiental creciente: el destino de los materiales de parques eólicos al final de su vida útil.
El Grupo de Investigación de Energías, Materiales y Sustentabilidad (GEMyS) de la Facultad Regional Chubut de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN – FRCH), dirigido por Gustavo Menéndez recibió a Legnazzi y juntos realizaron este trabajo colaborativo.
Soraya Corvalán, vicedecana de UTN Chubut, destacó la importancia de unir los saberes. “Proyectos como este son un ejemplo de cómo dos universidades pueden unirse para enfrentar problemáticas actuales, integrando conocimiento, recursos y capacidades técnicas para generar impacto real en la sociedad”, dijo.
El proyecto de investigación, enmarcado en un PID también dirigido por Menéndez, plantea incorporar fibras de aspas molidas en mezclas de hormigón, lo que no solo resuelve el problema de disposición de estos materiales, sino que también mejora las propiedades del hormigón. “El desafío es transformar un residuo en un insumo de valor”, agregó Legnazzi.
Explicó que en principio trabajaron en Olavarría con las fibras y ahora en Puerto Madryn realizaron pruebas prácticas para ajustar las mezclas.
Menéndez detalló que “el uso de fibras recicladas en hormigones es una oportunidad para demostrar cómo las soluciones tecnológicas pueden surgir de problemas ambientales”.
La investigación también aborda el enorme problema logístico que representa la disposición de aspas eólicas, que por su tamaño y composición suelen quedar en desuso sin un destino claro. “Estamos hallando formas viables y sustentables de reutilizar estos materiales, transformándolos en algo útil para la construcción”, agregó Legnazzi.
Debido a que las aspas eólicas tienen una vida útil de 25 años, en algunos países, se ha propuesto reutilizar las aspas de aerogeneradores desechadas como garitas de autobuses y otras soluciones temporales. Sin embargo, en otros lugares, estas aspas simplemente se entierran.
Con el paso del tiempo, la cantidad de estos residuos se incrementará de manera significativa, y si no comenzamos a plantear soluciones, estaremos enfrentando un problema ambiental considerable en un futuro no tan lejano.
“Por esta razón, nuestra propuesta consiste en incorporar este residuo en el hormigón, ya sea en forma de fibras o mediante otros enfoques que podamos determinar a futuro. Esta alternativa representa una solución beneficiosa tanto para las empresas propietarias de parques eólicos como para las industrias cementeras, además de contribuir positivamente a la sostenibilidad ambiental”, contó el becario.