Un "dulce" propósito
"Hay que generar impacto positivo mientras se ofrece calidad"
Es una marca icónica de chocolate y asumió la innovación de la mano de la sostenibilidad, mediante trazabilidad y gestión responsable. Conocé su recorrido
Por: Gabriela Arias mail
Hay aromas que atraviesan generaciones. Para muchos argentinos, el sabor del chocolate está ligado a momentos felices y, en muchos casos, a marcas que forman parte de su historia afectiva. Desde su llegada al país en 1993, Ferrero combina innovación con tradición para llevar esa experiencia a millones de consumidores, hoy con una visión de gestión cada vez más sustentable.
Con una filosofía basada en “generar impacto positivo mientras se ofrece calidad”, Ferrero sostiene hoy su estrategia sobre cuatro pilares claves: protección ambiental, abastecimiento responsable de materias primas, consumo consciente y empoderamiento de las personas. Así lo explica Laura Perdomo, Country Manager de Ferrero para Cono Sur, quien asegura que “la innovación unida a la sustentabilidad juega un papel importante en toda la cadena de valor: desde los materiales que elegimos hasta el final de vida del envase”.
La compañía busca integrar criterios responsables desde la concepción del producto hasta el consumidor final. “Nos esforzamos por ofrecer productos de alta calidad y frescura, y por comunicar que están basados en nuestros pilares de sustentabilidad”, destaca Perdomo.
Un ejemplo concreto es el rediseño ecológico del packaging de Ferrero Rocher, iniciativa que permitirá ahorrar aproximadamente 10.000 toneladas de plástico una vez implementado en toda su cartera de productos.
Este enfoque se traduce en decisiones de negocio. “Seguimos comprometidos con mantener más del 90% de los envases diseñados para ser reciclables, reutilizables o compostables. El cambio se traslada automáticamente a las cadenas de venta, que a su vez lo acercan al consumidor”, agrega.
Innovación y calidad en equilibrio
En Ferrero consideran que calidad y sustentabilidad avanzan de la mano y en ese camino, garantizar la frescura del producto y ofrecer información transparente son aspectos esenciales para promover hábitos de consumo responsable.
“La calidad es la mejor forma de satisfacer al consumidor, por eso la abordamos de manera integral: desde la materia prima hasta el punto de venta. La trazabilidad, la comunicación responsable y el diseño del producto son claves en esa experiencia”, afirma Perdomo.
"La innovación unida a la sustentabilidad va desde los materiales que elegimos hasta el final de vida de los envases"
Hoy, gran parte del portfolio se presenta en porciones individuales, facilitando decisiones alimentarias conscientes dentro de una dieta equilibrada. Este criterio responde a una visión que aborda nutrición y estilo de vida de forma conjunta.
Por otro lado, entre las iniciativas de mayor impacto de la compañía, se destaca Joy of Moving, un programa global que promueve la actividad física y hábitos saludables desde la niñez. Presente en Argentina desde 2014, ya alcanzó a más de 1.419.000 niños y niñas a través de actividades escolares, espacios de recreación activa y acuerdos con entidades educativas y municipales.
En 2024, Ferrero firmó un acuerdo con la Organización de Estados Americanos (OEA) para ampliar el alcance del programa en comunidades vulnerables del continente. A su vez, impulsa Impacta Ferrero, un programa de voluntariado corporativo que involucra a colaboradores en acciones de impacto local.
Además de cuidar el medio ambiente y fomentar prácticas saludables, el enfoque de gestión también pone a las personas en el centro. Ferrero trabaja sobre una agenda de diversidad, equidad e inclusión basada en cinco dimensiones: género, nacionalidades, generaciones, cultura laboral y personas con discapacidad.
“La diversidad de nuestros talentos es lo que hace que un entorno laboral sea multicultural e innovador”, sostiene Perdomo.
Entre tradición y transformación
Desde su desembarco en Argentina en 1993, Ferrero consolidó un vínculo emocional con los consumidores a través de marcas icónicas como Tic Tac, Ferrero Rocher y Kinder. La puesta en marcha de su planta productiva en Los Cardales en 1996 marcó el inicio de una expansión sostenida basada en innovación, calidad y tecnología de vanguardia. Hoy, la compañía abastece al mercado nacional y regional con una red robusta de distribución, manteniendo su compromiso con la excelencia.
De cara al futuro, el desafío es sostener la calidad integrando criterios de sustentabilidad en cada etapa del negocio. La agenda incluye profundizar prácticas de innovación circular (con el rediseño de packaging y la reducción de plástico), avanzar en envases diseñados para ser 100% reciclables, fortalecer el impacto social y consolidar una operación responsable alineada a las expectativas de un consumidor cada vez más exigente.
“El consumidor espera que sus marcas favoritas integren la sustentabilidad como parte intrínseca de la calidad. Nuestro propósito es llevar alegría a las personas con productos que sorprendan y que, al mismo tiempo, respeten el entorno y a quienes los hacen posibles”, concluye Perdomo.



