Quieren cruzar el charco
Con una plataforma digital le siguen el rastro a los residuos industriales
Buscan desembarcar en Argentina con una gestión inteligente que conecta a generadores, transportistas y gestores. Aquí los detalles
Por: Juan Ignacio Paur mail
Muchas empresas todavía gestionan sus residuos industriales mediante planillas o correos, sin un seguimiento real de lo que ocurre con cada desecho una vez que sale de planta. Esa falta de trazabilidad complica el control operativo y pone en riesgo el cumplimiento ambiental.
Para resolver ese desafío, el técnico en control ambiental Andrés Ramírez desarrolló Strin, una plataforma digital que conecta a generadores, transportistas y gestores de residuos para registrar, monitorear y optimizar todo el ciclo de gestión, desde el origen hasta la disposición final. Nació en Uruguay y ahora tiene planes de expansión hacia Argentina y la región.
Strin es una plataforma web que integra a todos los actores del circuito de residuos industriales. Desde un único sistema, los generadores, transportistas y gestores pueden registrar y consultar información en tiempo real, garantizando un control completo del recorrido de cada residuo.
Para los generadores, el sistema automatiza el registro y la documentación, ofreciendo visibilidad inmediata de cada carga. “Las empresas pueden mantener control administrativo y ambiental sin depender de planillas ni procesos manuales”, explica Ramírez.
Los transportistas se benefician con la optimización de rutas y la reducción de costos logísticos, mientras que los gestores pueden hacer un seguimiento detallado de los materiales recibidos y generar informes precisos para autoridades o clientes.
Además, la plataforma incorpora un módulo de medición ambiental capaz de calcular en tiempo real la huella de carbono e hídrica de cada operación.
Con esos datos, Strin genera informes mensuales personalizados que resumen el desempeño ambiental e identifican oportunidades de mejora.
Una solución para cada actor
Pensada para pymes, medianas empresas y gestores de residuos, Strin ofrece una solución integral y escalable.
En el caso de las pymes, les simplifica tareas y reduce los tiempos administrativos. De esa manera, pueden cumplir con las normas pero sin grandes costos.
Los transportistas, en tanto, pueden optimizar rutas y cargas, ahorrar combustible y mejorar la coordinación. Los gestores, en tanto, ganan en control y trazabilidad ante los organismos ambientales.
“Queremos que cualquier empresa, sin importar su tamaño, acceda a tecnología de nivel industrial para hacer más eficiente y sustentable su gestión de residuos”, resume Ramírez.
Resultados que cruzan el charco
La herramienta ya se utiliza en Uruguay, donde varias empresas del sector ambiental la incorporaron a sus operaciones. Los resultados, según su creador, se reflejan en mayor eficiencia, transparencia y reducción de riesgos legales. “Hoy cada residuo puede rastrearse en tiempo real. Eso cambia la forma de controlar y comunicar lo que hacemos con nuestros desechos”, afirma.
Además de asegurar el cumplimiento normativo, Strin ofrece una ventaja reputacional: permite mostrar métricas concretas de sostenibilidad, algo cada vez más valorado por clientes e inversores.
Su diseño la hace escalable internacionalmente: no depende de una normativa específica y puede adaptarse a distintos marcos regulatorios. Ramírez ya prepara su desembarco en Argentina, donde identifica “un potencial enorme entre industrias y cooperativas interesadas en digitalizar sus procesos”.
Costos y accesibilidad
En función de estas características la herramienta digital se ajusta al tamaño de cada cliente. Hoy, quienes quieran utilizarla deben inscribirse con un costo inicial de u$s 250, un precio que incluye la capacitación y el alta en el sistema. Luego se paga un mantenimiento mensual de u$s 80 que cubre informes personalizados y soporte técnico.
En el caso de las grandes empresas, los valores se adaptan según el volumen de residuos y la complejidad operativa. “La idea es que el costo sea proporcional al beneficio. En la mayoría de los casos, la inversión se recupera en pocos meses gracias a la optimización de tiempos, procesos y cumplimiento ambiental”, concluye Ramírez.



