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19.11.2025

Quieren cruzar el charco

Con una plataforma digital le siguen el rastro a los residuos industriales

Buscan desembarcar en Argentina con una gestión inteligente que conecta a generadores, transportistas y gestores. Aquí los detalles

Por: Juan Ignacio Paur mail

Muchas empresas todavía gestionan sus residuos industriales mediante planillas o correos, sin un seguimiento real de lo que ocurre con cada desecho una vez que sale de planta. Esa falta de trazabilidad complica el control operativo y pone en riesgo el cumplimiento ambiental. 

Para resolver ese desafío, el técnico en control ambiental Andrés Ramírez desarrolló Strin, una plataforma digital que conecta a generadores, transportistas y gestores de residuos para registrar, monitorear y optimizar todo el ciclo de gestión, desde el origen hasta la disposición final. Nació en Uruguay y ahora tiene planes de expansión hacia Argentina y la región.

Strin es una plataforma web que integra a todos los actores del circuito de residuos industriales. Desde un único sistema, los generadores, transportistas y gestores pueden registrar y consultar información en tiempo real, garantizando un control completo del recorrido de cada residuo.

Para los generadores, el sistema automatiza el registro y la documentación, ofreciendo visibilidad inmediata de cada carga. “Las empresas pueden mantener control administrativo y ambiental sin depender de planillas ni procesos manuales”, explica Ramírez.

Los transportistas se benefician con la optimización de rutas y la reducción de costos logísticos, mientras que los gestores pueden hacer un seguimiento detallado de los materiales recibidos y generar informes precisos para autoridades o clientes.

Además, la plataforma incorpora un módulo de medición ambiental capaz de calcular en tiempo real la huella de carbono e hídrica de cada operación. 

Con esos datos, Strin genera informes mensuales personalizados que resumen el desempeño ambiental e identifican oportunidades de mejora.

Una solución para cada actor

Pensada para pymes, medianas empresas y gestores de residuos, Strin ofrece una solución integral y escalable.

En el caso de las pymes, les simplifica tareas y reduce los tiempos administrativos. De esa manera, pueden cumplir con las normas pero sin grandes costos. 

El técnico en control ambiental, Andrés Ramírez, desarrolló en Uruguay la plataforma.  

Los transportistas, en tanto, pueden optimizar rutas y cargas, ahorrar combustible y mejorar la coordinación. Los gestores, en tanto, ganan en control y trazabilidad ante los organismos ambientales.

“Queremos que cualquier empresa, sin importar su tamaño, acceda a tecnología de nivel industrial para hacer más eficiente y sustentable su gestión de residuos”, resume Ramírez.

Resultados que cruzan el charco

La herramienta ya se utiliza en Uruguay, donde varias empresas del sector ambiental la incorporaron a sus operaciones. Los resultados, según su creador, se reflejan en mayor eficiencia, transparencia y reducción de riesgos legales. “Hoy cada residuo puede rastrearse en tiempo real. Eso cambia la forma de controlar y comunicar lo que hacemos con nuestros desechos”, afirma.

Además de asegurar el cumplimiento normativo, Strin ofrece una ventaja reputacional: permite mostrar métricas concretas de sostenibilidad, algo cada vez más valorado por clientes e inversores.

Su diseño la hace escalable internacionalmente: no depende de una normativa específica y puede adaptarse a distintos marcos regulatorios. Ramírez ya prepara su desembarco en Argentina, donde identifica “un potencial enorme entre industrias y cooperativas interesadas en digitalizar sus procesos”.

Costos y accesibilidad 

En función de estas características la herramienta digital se ajusta al tamaño de cada cliente. Hoy, quienes quieran utilizarla deben inscribirse con un costo inicial de u$s 250, un precio que  incluye la capacitación y el alta en el sistema. Luego se paga un mantenimiento mensual de u$s 80 que cubre informes personalizados y soporte técnico.

En el caso de las grandes empresas, los valores se adaptan según el volumen de residuos y la complejidad operativa. “La idea es que el costo sea proporcional al beneficio. En la mayoría de los casos, la inversión se recupera en pocos meses gracias a la optimización de tiempos, procesos y cumplimiento ambiental”, concluye Ramírez.
 

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