En Cañada de Gómez
La metalúrgica que midió su huella para ganar competitividad
Es una empresa familiar que escaló y es pionera en fabricación de productos mecanizados. Asegura que trabaja en la sostenibilidad "en beneficio de sus clientes". Detalles del proceso
Por: Eugenia Langone mail
“En las empresas, cada avance que quieras hacer tiene sus exigencias”, dice Walter Ciarrochi, que se define como “inquieto” y así también conduce Ciarro (Ciarrochi SRL), una firma familiar con cuatro décadas de historia en Cañada de Gómez - provincia de Santa Fe y cluster de la maquinaria agrícola - que está entre las pioneras en la fabricación de productos mecanizados. Con esa actitud Ciarrochi decidió en 2024 medir por primera vez la huella de carbono de su actividad porque “es un beneficio para los clientes”, dijo y lo puso en práctica en el período 2023.
“Como para todas las empresas que lo hacen por primera vez, este es un piso que les permitirá seguir trabajando y tomar decisiones”, señala a Ecobiz Chiara Vignolo, quien analiza de huella de carbono y es coordinadora de la consultora Alpa, que trabajó con la empresa en esta actividad.
Ciarrochi fabrica todo tipo de piezas para la industria a través de centros mecanizados, y si bien a lo largo de su historia e incluso en la actualidad ha sido del sector agroindustrial de donde surge la mayor demanda, por estos días también buscan abrir nuevas puertas en la minería y el petróleo.
Con un equipo de 50 personas, la firma atiende la demanda de más de 500 clientes e incluso tienen proyectados y realizados desde cero más de 1.400 proyectos, explica su titular.
Ya con certificación ambiental ISO 14000 que debían renovar, y a partir de una inquietud le acercaron desde la Secretaría de Industria del Municipio, Ciarrochi decidió dar el paso de medir por primera vez su huella de carbono. Y lo hizo a través de la consultora Alpa en el nivel 1 y 2, que son los que incluyen las emisiones directas e indirectas de gases de efecto invernadero (GEI) emitidas por la compañía.
“Somos movedizos, nos gusta y este paso es un beneficio para nuestros clientes”, reitera Ciarrochi sobre cómo tomaron la decisión. Admite que a partir de allí aprendieron que “todo se puede medir” y “se pueden tomar las medidas correctivas para mejorar”.
La fuente de emisiones
Mientras planifican su mudanza al Parque Industrial de Cañada de Gómez, el titular de la firma explica que tras la medición comprobaron que el consumo de energía es el punto crítico y clave sobre el cual tienen que trabajar.
“Fundamentalmente vimos que el 50% de nuestras emisiones se dan por el consumo energético que tienen las máquinas y ese es el punto que debemos mejorar”, afirma en diálogo con Ecobiz y remarca que en el caso de los residuos de producción están concentrados esencialmente en “las virutas que se desprenden de las máquinas”.
De sus inicios en la fábrica a la actualidad, señala que el escenario se ha modificado y mucho. “Antes no te exigían nada para trabajar, ahora son muchos los requisitos y más cuando querés vincularte con grandes empresas de áreas clave como son minería, petróleo y gas”, indica en relación a los sectores que tienen en la mira, además del histórico segmento agroindustrial que no dejan de lado.
Un piso de trabajo
Ciarrochi es una de las más de 30 empresas de todo el país que en el marco de la alianza estratégica público privada que llevaron adelante la Red Argentina de Municipios Frente al Cambio Climático (RAMCC) y la consultora Alpa, se propusieron realizar la primera medición de huella de carbono. Un relacionamiento que además tuvo en octubre de 2024 su primer Encuentro de Economías Sostenibles en Rosario.

“La firma midió nivel 1, que son fuentes directas de emisión de gases de efecto invernadero que van desde los vehículos que se utilizan y los combustibles, hasta las fuentes fijas de energía como el gas; y el nivel 2 que incluye el consumo de energía, ya sea de red o de fuentes renovables, que en ese caso son emisiones evitadas”, explica la coordinadora de Alpa.
Medido a año cerrado 2023, Vignolo señala que para las firmas, como Ciarrochi, que realizan la medición por primera vez, los resultados sirven de “piso” para tomar decisiones estratégicas. Y agrega que “lo ideal es que las empresas puedan repetir las mediciones, ya que la comparación debe realizarse año a año dentro de la misma estructura para evaluar lo alcanzado”.
Sobre las motivaciones que llevan a las compañías a dar el paso, señala que son “múltiples” e incluyen, entre otras, la necesidad de elaborar reportes de sostenibilidad, un requisito que les exigen sus proveedores. En otros casos, por interés y decisión empresaria.
“Muchos quieren exportar y para eso, la medición está entre las exigencias aunque en Argentina no sea obligatoria”, señala la coordinadora que también trabaja para firmas en países de la región, como Uruguay y Paraguay, e incluso en Nicaragua y España.
“Empieza a haber una apropiación del concepto de la medición de huella de carbono por parte de los empresarios”, dice, y concluye que “si bien para muchas compañías puede resultar aún desconocido, ya empiezan a saber de los beneficios de hacerlo que no sólo son ambientales, sino también económicos”.