En Países Bajos
Se amigaron con el musgo en la pared y lo transformaron en una solución sostenible
Una startup diseñó un producto que revoluciona el concepto arquitectónico en las grandes ciudades. ¿Cómo se usa?
Las paredes y muros cubiertos de musgo pueden dejar de ser vistos como un signo de descuido en las grandes ciudades para convertirse en una expresión de sustentabilidad y cuidado ambiental. Esa es la transformación que buscaron consolidar desde la startup Respyre, con sede en los Países Bajos, que desarrolló un tipo de bio hormigón especialmente formulado para fomentar el crecimiento natural del musgo.
La propuesta de la empresa es convertir las superficies muertas de las ciudades —como muros y fachadas— en sistemas respiratorios naturales que permitan purifican el aire, reducir la temperatura en los ambientes evitando la sobreutilización de refrigeración, y mejorar el entorno urbano.
La empresa se fundó en 2021 con el objetivo de “facilitar y hacer sostenible la construcción inclusiva con la naturaleza”, indicaron. En función de eso crearon un bio hormigón que facilita el crecimiento del musgo sin dañar su estructura.
A través de una mezcla especial, el bio hormigón de Respyre ofrece porosidad, retención de agua, acidez controlada, textura microporosa y nutrientes esenciales. Estas características crean el ambiente ideal para que el musgo crezca sin dañar las estructuras.
A diferencia de otras plantas, el musgo utiliza rizoides, estructuras similares a raíces pero no invasivas, que se adhieren a las superficies sin desgastarlas.
El proceso de aplicación es sencillo y adaptable. El hormigón puede ser vertido in situ, aplicado como revoque o incorporado como otro material. Esto permite integrarlo tanto en edificaciones nuevas como en estructuras ya existentes.

Una vez instalado, el musgo puede crecer espontáneamente con ayuda de la humedad natural o bien ser injertado para acelerar su expansión.
Los creadores de la startup indicaron que en poco tiempo las fachadas se transforman en superficies vivas y autosuficientes, capaces de capturar contaminantes del aire, reducir la temperatura ambiental, absorber agua de lluvia y devolverle a la ciudad parte de su vitalidad ecológica.
El musgo que crece sobre el bio-hormigón no es solo decorativo. Según Respyre, “actúa como un sistema respiratorio natural para las ciudades”, ya que la vegetación es capaz de filtrar partículas contaminantes, regular la humedad y generar oxígeno, mejorando notablemente la calidad del aire en zonas urbanas densamente pobladas.
Por otra parte, explicaron que una de las mayores ventajas del musgo es su bajo mantenimiento. No requiere riego constante ni fertilizantes, ya que se alimenta de la humedad del ambiente y de los nutrientes incorporados en el bio hormigón, lo que lo convierte en una solución ecológica, económica y sostenible.
Este concepto se alinea con las nuevas tendencias de arquitectura sostenibles, con edificaciones más armónicas con el ambiente.