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11.03.2025

Menos huella

Idearon una salida novedosa para compensar la huella de plástico

Una fundación que opera en Argentina replicó una experiencia similar que funciona en el mercado financiero ¿De qué se trata?

Por: Eugenia Langone mail

La meta de un ecosistema de plástico neutro tiene por delante enormes desafíos, pero hay quienes decidieron dar el puntapié inicial de un camino complejo. Inspirados en los bonos de carbono, la Fundación Banco de Plásticos puso en marcha un proyecto similar pero con este material, que le permite a las empresas hacerse cargo de su huella y a los recicladores obtener financiamiento para potenciar el recupero.

Si bien se trata de un mercado incipiente, más de 120 mil toneladas de plásticos reciclados ya fueron vendidas a través de los bonos a nivel mundial. Y para el período 2024-2029 proyectan un crecimiento del 8,1% a nivel internacional.

Los primeros bonos de plástico que ofrece la fundación provienen de un proyecto de reciclado de insumos pesqueros de la Patagonia argentina y se trata del primero en su tipo en América latina. Nació de la recolección de redes, cajones, sogas y boyas que tras las actividades de pesca, quedan en el mar. 

La iniciativa la puso en marcha la empresa Cabelma SA, encargada de limpiar, triturar y tratar los residuos rescatados del agua para incorporarlos en procesos de extrusión para la producción de distintos productos. 

Cabelma lleva recolectadas y recicladas más de 100 toneladas de plástico, aprobó la auditoría que exige el cumplimiento de los estándares internacionales  (PPRS)y de esta forma, fue la primera en recibir la acreditación de la organización Plastic Credit Exchange para emitir bonos de plástico.

Agustina Vázquez Acuña, coordinadora de Fundación Banco de Plásticos.

En Argentina se consumen anualmente 1,9 millones toneladas de plástico de las cuales apenas el 15% se recicla, lo cual deja anualmente una brecha de 1,6 millones de toneladas. 

“El escenario de Argentina es similar en el resto del mundo”, explica Agustina Vázquez Acuña, coordinadora del espacio multisectorial que funciona desde 2021, y agrega: “La razón por la que sucede es netamente económica, la mayor parte de las veces la ecuación económica de reciclar no cierra”. 

El REP viene demorado

A ese motivo se suman otros factores, como son en el último año la caída del consumo, la baja en el precio del plástico virgen y el hecho de que se trata de un mercado que por no contar con una ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) sigue siendo voluntario. 

“No hay ley que obligue a las empresas a encargarse de su huella de plástico”, señala Vázquez Acuña y remarca que desde 1995 Argentina tiene en debate proyectos de ley que contemplan la REP, pero nunca se concretaron. 

En ese contexto, la organización empuja para que “todas las partes se hagan responsables de compensar la huella. 

Integrada por especialistas en la industria de reciclado, su trabajo consiste en tender puentes a través de un sistema de compensaciones entre las empresas generadoras de plásticos de un solo uso y recicladores, un puente que se construye mediante la emisión de bonos de plásticos como principal herramienta.

Un mercado incipiente

Inspirados los bonos de carbono, la fundación toma su concepto de origen para aplicarlo a esta problemática específica. Este enfoque permite a las empresas compensar su huella de plástico al adquirir estos bonos que certifican su responsabilidad en la recolección y el reciclado de este material.

Los bonos, en este caso, son emitidos por las plantas de reciclado que cumplen con determinados requisitos y tras ser auditadas externamente a partir de protocolos internacionales suben sus bonos al mercado a través de la plataforma PCX  Markets.

“Los bonos son un título que certifica que el titular fue responsable de recolección y reciclaje de una tonelada de plástico, ya que por cada una de ellas se emite un bono”, explica la coordinadora

De esa manera, “la recicladora que trabaja con 300 toneladas al mes, emite mensualmente 300 bonos en el mercado”, agrega.  Así, las empresas que compensan su huella de plástico a través de la compra de bonos asumen la responsabilidad por el impacto ambiental de los materiales  que generan y contribuyen para financiar activamente su recuperación.

“Es una solución sencilla, transparente y escalable para abordar la problemática de los plásticos”, explica, ya que la venta de estos bonos se destina a financiar las tareas necesarias para recuperar y reciclar estos materiales. Eso incluye en muchos casos programas de recolección, desarrollo de infraestructuras de reciclado y el apoyo a iniciativas que promueven la conciencia y educación sobre el manejo responsable de los plásticos.

¿Cómo certificar plástico neutro?

Lo primero que se debe definir, señalan desde la fundación, es el alcance de la operación que se desea compensar, ya sea un evento, un producto, una marca o las operaciones en su totalidad. Definido el objetivo, las compañías deben realizar los cálculos para medir la huella de plástico durante un cierto período de tiempo.

El Banco de Plásticos trabaja para coordinar la recolección y el reciclado de los materiales, a través de un trabajo articulado con diferentes socios transformadores. Este procedimiento es auditado. El valor del bono de plástico estará definido por la cantidad y el tipo de plástico generado.

Una vez compensada la huella de plástico definida en la etapa de alcance, la fundación emitirá los bonos que certifican que ésta fue exitosamente compensada

En caso de lograr compensar la huella de plástico de un producto, marca o empresa en su totalidad, se habrá certificado plástico neutro y se obtienen los correspondientes derechos al uso del sello con fines comerciales y de comunicación.
 

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