Industria
28.11.2024

Se alineó con la sustentabilidad

La industria que dio vuelta el bife

Una empresa frigorífica nacional y centenaria transforma su forma de producir. Logra generar energía renovable, evita emisiones y elabora compost orgánico

Por: Eugenia Langone mail

Una cabeza de ganado se convierte en 145 kilos de carne envasada para exportación, pero puede ser algo más que eso: 25 kilovatios de energía eléctrica renovable con capacidad para abastecer a una población de algo más de 4 mil habitantes, 10 kilogramos de dióxido de carbono evitado y 3 kilos de compost orgánico generado. Esa es la transformación hacia la sostenibilidad que el frigorífico Arrebeef, una empresa que nació de un negocio familiar y actualmente está conformada por capitales ciento por ciento nacionales, comenzó a caminar desde hace más de una década. 

La apuesta fue fuerte para una empresa que nació como una carnicería en la localidad de Arrecifes hace ya casi un siglo, en el norte de la provincia de Buenos Aires. Fue en 1996 que se puso en marcha el desarrollo a partir de la adquisición del frigorífico que actualmente exporta el 90% de su producción a China, Estados Unidos y países de la Unión Europea.

Actualmente, Arrebeef cuenta con dos plantas frigoríficas, una en Escobar y la segunda en Pérez Millán, una localidad bonaerense de algo más de 4.500 habitantes donde emplea a 1.300 personas y que, desde hace algo más de cinco años, podría abastecerse de la energía eléctrica renovable que se produce en la misma industria a través de la producción de biogás. 

José Previgliano es responsable de comunicación de la firma, integra el Comité de Sostenibilidad y señaló a Ecobiz que “hace ya tiempo que Arrebeef se planteó el desafío de ser una empresa cada vez más sostenible y alienada a las transformaciones del mundo y comprometida con la sociedad y el ambiente”. 

La primera “gran apuesta”, como la definió Previgliano, fue la proyección y concreción de Arrebeef Energía, que significó la construcción de su planta de biogás para aprovechar todos los residuos orgánicos que salen den frigorífico: bosta de los corrales, sangre y grasa que van parar a los grandes digestores.

Entre 2022 y 2024, 36.398 metros cúbicos de residuos se convirtieron en energía, lo que evitó la emisión de 2.404 toneladas de dióxido de carbono. A lo que se sumó el sistema de tratamiento por el que pasaron en ese mismo período 773.348 metros cúbicos de efluentes industriales. 

En la planta de Arrebeef Energía la empresa se orientó a la producción de biogás. 

La planta produjo así más de 6.200 megavatios de energía que se inyectaron al sistema a través de un convenio con la empresa mayorista Cammesa, un volumen que permitiría alimentar energéticamente a la misma localidad de Pérez Millán donde funciona la planta. 

Una estrategia planificada 

Sin embargo ese fue el puntapié inicial, ya que a partir de ese momento la compañía inició el diseño de un plan quinquenal 2023-2027 que permite establecer una estrategia social y ambiental planificada. “Ese plan es una gran plataforma que llevó adelante tras un fuerte trabajo interno y se elaboró en base a cuatro ejes centrales: producción sostenible, ambiente capital humano y gobernanza”, detalló Previgliano. 

Es más, en pocas semanas, la compañía presentará su primer reporte de sostenibilidad que dará cuenta de las acciones llevadas adelante con las particularidades de “una industria que es tradicional en el país, y más en este caso donde se trata de un frigorífico que es 100% de capitales argentinos y que busca liderar esta tendencia y marcar un rumbo”, agregó Previgliano. 

Más allá del desafío asumido, el representante de la firma no obvió señalar que cada vez son más los compromisos y las exigencias que llegan desde los mercados y de los propios clientes. 

“Además de las regulaciones de los mercados nacionales e internacionales, son los mismos consumidores los que exigen más”, remarcó. Allí la medición de la huella de carbono y la trazabilidad de productos libres de deforestación - como los que exige el reglamento de la Unión Europea (EUDR) - pero también el compromiso social, están entre los principales puntos de la agenda.

Lo que remarca Previgliano es que las transformaciones se dan en los procesos internos en toda la cadena de producción, pero también trabajan fuertemente con los proveedores. 

“A nosotros nos elevan la vara y nosotros lo hacemos con los proveedores, de modo de generar una cadena virtuosa y contagiar lo que estamos haciendo”, agregó. 

A ese compromiso se suma la pata social y comunitaria que comienza con sus propios empleados, con quienes trabajan a través de un equipo interdisciplinario y haciendo un fuerte eje en la educación. 

“La de la carne es una industria muy manufacturera, por lo que históricamente no se requería formación académica”, explicó el representante de la firma y detalló que las propuestas son fundamentalmente de alfabetización y la posibilidad de terminar su educación secundaria a través de cursadas en la misma planta.

arrow_upward