Manos de acero
Gestiona la chatarra a gran escala y descarboniza la producción
El grupo siderúrgico de Brasil liderará el desmantelamiento de una plataforma de petrolera y acompañará el proceso para garantizar su sostenibilidad
Por: Eugenia Langone mail
Gerdau, la mayor productora de acero de Brasil - con presencia en Argentina en el parque industrial de Pérez- y la más grande recicladora de chatarra del vecino país se enfrenta a un hito que sumará muchos puntos en el proceso de descarbonización del gigante siderúrgico. Por primera vez desmontará una plataforma petrolera de Petrobras en territorio brasileño y gestionará la chatarra y el proceso de sostenibilidad que acompaña este proceso, que habitualmente se realizaba íntegramente en Asia.
Cenira Nunes se desempeña desde hace 25 años en el área ambiental del sector metalúrgico y es parte de Gerdau, donde lidera el proceso de gestión de definición de las metas de Gases de Efecto Invernadero (GEI) de la empresa y su inclusión en el Carbon Disclosure Project (CDP), además de participar en la implantación de la certificación de la compañía como Empresa B.
La especialista afirmó que el volumen de chatarra que cada año gestiona el gigante brasileño, que en promedio suman unos 12 millones de toneladas, le permite “tener la mitad del promedio de emisiones en comparación con los números globales”.
Nunes remarcó el papel clave de la chatarra en el proceso de descarbonización de la industria del acero, y además acotó que “será muy disputada” en el futuro.
En el marco del Foro de Descarbonización que se llevó adelante durante el encuentro Alacero Summit 2024, la ejecutiva dio detalles de la operación que la compañía llevó adelante en América del Norte, y que le permitirá desmontar próximamente la primera plataforma de petróleo de Brasil en su territorio.
Ese paso se da luego de que Gerdau resultara ganadora de la primera licitación de la petrolera Petrobras para llevar a cabo ese proceso que habitualmente se hacía en Asia. “Lo que se hacía siempre era enviar las plataformas completas a países asiáticos sin cuidados sobre la sostenibilidad y ni sobre el destino y la gestión de la chatarra”, contó Nunes.
Sin embargo, más allá de los avances, reconoció que aún resulta “insuficiente” y explicó que la compañía viene realizando desde hace cuatro años curvas anuales de carbono para evaluar costos y beneficios de la reducción de los gases de efecto invernadero, que además traen un retorno financiero.
Las metas de eficiencia
Sobre esos estudios se basan sus metas a mediano plazo, las cuales aseguró, están focalizadas en “la eficiencia energética a través del tejido de alianzas con la Asociación de Consumidores de Energía Industrial de Brasil; y en la eficiencia operativa”.
“Trabajamos sobre la energía renovable como un pilar de nuestras iniciativas”, dijo Nunes y detalló que tienen “una unidad en Estados Unidos de 14 mil residencias con generación de energía, ubicadas en Texas, además de dos granjas solares ya anunciadas en Brasil”.
Otro aspecto en el que están enfocados tanto en Brasil como en la región es en la producción de biomasa. “Toda América latina tiene una vocación para la producción de biomasa, que ya la usamos en procesos productivos clásicos como son los altos hornos donde utilizamos carbón vegetal”, señaló.
Aunque en menor volumen - apenas el 2%- Nunes no dejó de destacar la utilización del carbón vegetal para la producción de coque y destacó la importancia del proceso para “conocer el material”.
De cara al 2030 hizo referencia a los retos que imponen lo que definió como “tecnologías disruptivas”, haciendo referencia puntualmente al hidrógeno, aunque aclaró que aún “no son competitivas” porque “no tienen escala industrial”, dijo.
Y en ese punto hizo especial hincapié en la necesidad de que en América latina se desarrollen más instrumentos de financiación y políticas públicas que acompañen estos procesos.
“No existe decir que vamos a hacer acero de baja emisión si no tenemos políticas públicas”, dijo y planteó: “Debemos hablar de la protección del acero latinoamericano y de las inversiones para la transición y nuestro desafío como sector en las tecnologías disruptivas es la financiación y las políticas públicas”, agregó.