Alacero Summit 2024
América latina quiere descarbonizar con receta propia
Los referentes de la industria del cemento y concreto armaron un plan para descarbonizar sus operaciones en América latina y buscan despegarse de modelos importados. Un debate abierto
Por: Eugenia Langone mail
Las industrias del cemento y el concreto en América latina busca transitar su proceso de descarbonización, pero con un modelo propio, basado en las características y la evolución del sector y evitando la importación de experiencias internacionales, especialmente originadas en Estados Unidos o países europeos. Utilizar más combustibles alternativos, logra mayor eficiencia en los hornos y diseñar sistemas de capturas de emisiones, son parte de ese menú.
Así lo dejaron en claro los empresarios que participaron del Alacero Summit 2024, el principal encuentro de la industria del acero de Latinoamérica que se realizó esta semana en Buenos Aires, en el marco del cual tuvo lugar el primer Foro de Descarbonización, donde se present{o la propuesta que desarrolla desde 2016 la Federación Interamericana del Cemento (Ficem), en que diseñó una hora de ruta propia para la región que utiliza anualmente varios cientos de toneladas menos de cemento que el promedio internacional.
Actualmente los países en vías de desarrollo consumen cemento por debajo de la media mundial, en el orden de los 500 kilos por habitante, una cifra que en países como China se triplica hasta alcanzar las 1,5 toneladas.
El proyecto de la Ficem apunta a encarar el proceso de descarbonización con “soluciones basadas en la naturaleza”, indicó Ricardo Pareja, director de Innovación y Acción Climática de la federación, especialista que además está convencido de que esa mirada también tiene puntos en común con la industria del acero.
“Quien habita un entorno en vías de desarrollo tiene 10 toneladas de cemento sobre él, mientras que quien una economía desarrollada tiene 30 toneladas”, dijo Pareja para poner en contexto el punto de arranque de cualquier proceso de descarbonización. “No puede ser el mismo el camino hacia la descarbonización el que lleven adelante los países desarrollados que los en vías de desarrollo”, aclaró.
En ese punto, el especialista remarcó “las carencias en construcción” de los países latinoamericanos y señaló que “la brecha de infraestructura se sigue agrandando”. En números, especificó que mientras que el consumo medio de cemento a nivel mundial es de 500 kilos por habitante, en África ese consumo de cemento cae a 170 kilos, mientras que en China se dispara a 1,5 toneladas.
De todos modos, aunque actualmente el 70% del consumo de cemento se da en los países desarrollados, Pareja vaticinó que para 2050 “la mayor parte será en el Sur global”, lo que marcará un incremento inevitable de la huella de carbono de la actividad.
Frente a eso, la Ficem viene trabajando en una hoja de ruta junto a las 250 plantas industriales de cemento que funcionan en América latina sobre “13 palancas”, como denominó a estas estrategias y metodologías, que tiene cuatro núcleos principales.
El primero apunta a “entender los números de bases y medir bien” para no cometer errores en las proyecciones. Eso sin dejar de tener en cuenta al mercado porque si bien señaló que “depende de cuánto cemento se consuma dependerá cuánta tecnología hay que invertir”, dio y también apuntó a “un mejor uso del cemento a través de edificios más resistentes que pueden hacerse con menos productos”.
Otro punto es el trabajo sobre las propias plantas cementeras: más combustibles alternativos, más eficiencia en los hornos y sistemas de capturas de emisiones.
Y, sobre el final, destacó “las soluciones basadas en la naturaleza, ya que en la región entre el 40 y 60 por ciento de las emisiones que se producen se dan por el mal uso del suelo”.
“No podemos europeizar la agenda, porque ese puede ser el fin de nuestros procesos”, dijo para cerrar el mensaje el referente de Ficem.