El futuro sobre ruedas
El primer bus sin conducción humana llegó a la Argentina
¿Futuro distópico o presente anunciado? El ITBA trajo a Ciudad de Buenos Aires un micro autónomo propulsado a energía eléctrica que opera en un predio cerrado
Por: Florencia Boeri mail
No necesita chofer y tiene un destino claro: el primer bus autónomo del país fue adquirido por el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) para investigar el vínculo que se genera entre las personas y la tecnología de movilidad autónoma, que es vanguardia en desarrollo tecnológico ¿De qué se trata?
Si bien no sucede en Argentina, en buena parte del mundo hablar de movilidad sustentable implica hablar de movilidad eléctrica, es decir, vehículos que no requieren de combustión y no emiten dióxido de carbono. Este desarrollo va de la mano de otro aún no tan instalado, ya que su legislación en muchos países está en tratativas: se trata de los vehículos autónomos, que no requieren una conducción activa.
Con el foco puesto en investigar esta tendencia, el ITBA compró a la empresa francesa Navia el primer bus autónomo para el país, el cual está funcionando en el Parque de la Innovación de la institución, ubicado en el barrio porteño de Núñez. El predio es abierto y público, y todo aquel curioso puede ir a dar una vuelta sin costo en los 1.100 metros que recorre el vehículo ¿A qué se debe tal inversión?
“Nuestro objetivo es sentar un precedente en el uso de la movilidad autónoma en nuestro país, para que el día de mañana se pueda incorporar a la ciudad. Actualmente el bus funciona en una zona abierta pero exclusiva y no inmerso en la ciudad, porque eso requiere justamente la trayectoria por la que estamos pasando”, explicó en diálogo con Ecobiz, Lien Tori, el ingeniero a cargo del proyecto.
Si bien el investigador contempla que la movilidad eléctrica aún no está en la agenda de los argentinos, piensa que electromovilidad y autonomía pueden llegar de la mano. “En este momento el desafío más grande es que la sociedad se acostumbre a incorporar un vehículo eléctrico y un vehículo autónomo a su vida”, compartió.
El bus posee 8 sensores lidar que monitorean en tiempo real el entorno y transmiten estímulos que pueden derivar en decisiones, como frenar o doblar en una curva. Además cuenta con hadas de nivel 3, que sería una asistencia al manejo bastante avanzada, para poner en contexto: nivel 0 implicaría ningún tipo de asistencia y nivel 1 contempla asistencia sencillas, como sensores de estacionamiento y sensores de distancia.
Tori explicó que se trata de electrónica que asiste al conductor para maximizar la seguridad. “Nosotros por seguridad elegimos que sí o sí haya un operador a bordo porque primero queremos que esto se inserte en la sociedad, y para eso va a pasar un tiempo un tiempo prudente”, reflexionó el ingeniero. Si bien es una tecnología que en primera instancia despierta desconfianza en las personas, paradójicamente, la seguridad es el eje principal de la movilidad autónoma.
La empresa Navia tiene 10 años de trayectoria desarrollando este tipo de tecnología y en ese tiempo lleva cero accidentes registrados. El bus autónomo adquirido a la marca tiene la capacidad de escanear todo su entorno en 360 grados. “No usa cámaras ni reconocimiento de imágenes, porque no son mecanismos lo suficientemente confiables como sí lo es el sensor láser que utiliza”, explicó el académico.
En relación a la desconfianza que genera, Tori contó que muchas personas les dicen que no se subirían si no hubiese un operador a bordo, pero una vez que lo hacen y notan que el movimiento del bus es suave y silencioso comienzan a tomar seguridad. “Es una desconfianza al tipo de tecnología, por eso hay que transicionar este periodo en que la gente se empieza a acostumbrar”, consideró.
El primer bus autónomo del país, una vez recargado con energía eléctrica durante 4 horas, alcanza una autonomía de 10 horas en las que realiza 60 kilómetros en un recorrido de 1.100 metros de distancia haciendo distintas paradas dentro del predio.

Es abierto al público y se puede acceder a la experiencia de lunes a viernes de 9 a 18, y algunos sábados por la mañana.
El futuro de las ciudades
¿Se esperan buses autónomos en las ciudades? No en el corto plazo, pero el proyecto de investigación que tiene a ITBA como pionero, estima que tarde o temprano va a suceder, tal como ocurre actualmente en China, Estados Unidos y países europeos. Para que sea una realidad en Argentina aún falta infraestructura, desarrollo y legislación.
Respecto a este último punto, el bus autónomo de Navia puede funcionar en el Parque de Innovación gracias a la “Ley de Sandbox”, una reglamentación propia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que permite y regula a proyectos pilotos tecnológicos de innovación en entornos controlados, tal como sería este caso.
“Sería bastante más complicado que el bus circule por la vía pública porque hoy no hay un marco normativo que permita eso”, adelantó Tori. Mientras tanto, desde el ITBA consideran incorporar otro tipo de vehículos autónomos, sin pasajeros, para lograr acercar la tecnología autónoma a la gente.
“Con vehículos de delivery o vehículos limpiadores automáticos para la vía pública los niveles de exigencia legal son menores. Incluso con los robots delivery de oficina que hacen de anfitrión o transportan cosas, a lo cual la primera impresión podríamos pensar que no resuelven nada, pero lo que buscamos es la cotidianidad de contacto con la tecnología, para que la brecha se achique y para la gente sea mucho más común”, explicó el ingeniero mecatrónico.
El proyecto del ITBA fue encarado a fines del 2022 y en septiembre del año siguiente lograron tener el bus y realizar las primeras pruebas. La decisión de adquirirlo en lugar de desarrollarlo de cero tiene que ver con el foco de la investigación: “Nuestro objetivo no es desarrollar productos, sino desarrollar conocimiento”, sintetizó Lien.