Negocios
06.08.2024

El caso de Zafrán

La industria de alimentos que busca mantener los bosques en pie

Una empresa con planta en San Martín (Buenos Aires) combinó acciones con productores de Chaco para utilizar la algarroba en barras y galletitas. Alimentación saludable y cuidado del ecosistema
 

Un ingrediente ancenstral, el cuidado de los bosques nativos, un vínculo estrecho con comunidades originarias del Impenetrable – en el Chaco argentino – y un negocio se conjugaron en un producto que hoy está en el mercado. 

La empresa de alimentos Zafrán con planta propia en San Martín, provincia de Buenos Aires, encaró la producción de barras y galletitas en base a algarroba, conocida históricamente por su riqueza nutricional.

“Nuestro propósito es mejorar el mundo a través de una alimentación que nutra a las personas, regenere la Tierra y que genere trabajo inclusivo”, dijo Nito Anello, cofundador Zafrán, y explicó que en esa búsqueda descubrieron el trabajo de Emprendedores por Naturaleza con la algarroba y las comunidades del Impenetrable en el Chaco. 

A partir de eso comenzaron a trabajar en una receta de barras y otra de galletitas con ese ingrediente. La algarroba se encuentra entre los alimentos autóctonos más antiguos utilizados en Sudamérica y es uno de los productos forestales no madereros principales de la Argentina. Su consumo se vincula a costumbres ancestrales, comunidades que elaboraban la harina de algarroba con mortero de madera. 

Todos los años el árbol de algarrobo florece en octubre y se forma una vaina que termina cayendo en diciembre. Los pobladores locales las recolectan para darle de comer a animales o las secan y hornean para preparar recetas tradicionales. 

El objetivo de Zafrán generar un negocio de impacto positivo a través de recetas saludables, con el objetivo de colocar en el mercado un producto que a su vez contribuya al servicio de la regeneración de los ecosistemas, en un contexto de crisis climática y fenómenos naturales cada vez más extremos que ponen en debate este tema.

“Es una acción cotidiana, como elegir y consumir alimentos libres de desmonte, que se puede ayudar a mantener los bosques en pie”, explicaron desde Zafrán.

La empresa trabaja junto a las comunidades en la zona de El Impenetrable, Chaco, donde se cosecha la algarroba.

“Con el tiempo ciertas prácticas perdieron valor, sustituyendo el forraje para el ganado por cereales convencionales y este superalimento por productos industrializados. Desde Emprendedores por Naturaleza, colaboramos para revalorizar la tradición en los alrededores del parque Nacional el Impenetrable y promovemos iniciativas de producción a favor de la naturaleza”, dijo Anello.

En este caso, mediante “el aprovechamiento de frutos nativos para generar ingresos y conservar la vida silvestre, impulsando el desarrollo de una nueva economía local y restaurativa que fomenta la protección del monte en pie", comentó Fátima Hollmann, coordinadora de Economías Restaurativas de Fundación Rewilding.

“Las recetas honestas son simples y transparentes, un listado de buenos y pocos ingredientes, reconocibles, sin nombres raros. Buscamos alimentos nutritivos,  ricos y con impacto positivo en la naturaleza y las personas”, agregó Anello.

Explicó que esta iniciativa no sólo le da trabajo a las comunidades criollas del Impenetrable sino que la barra de nuez y algarroba luego se elabora la planta de San Martín y “allí más de la mitad de personas involucradas en su producción y comercialización pertenecen a un colectivo con altas barreras de empleabilidad”. 
“Queremos cambiar la lógica de la competencia por la colaboración. Queremos aprender de los bosques y de la naturaleza que vivimos interconectados, que existimos porque existen innumerables seres.

Buscamos soluciones beneficiosas para todo el sistema. Nadie existe sólo ni se salva sólo”, agrega Anello.En ese sentido llamó a las empresas a ser parte de la innovación y pensar el mercado y el impacto desde otro lugar. A considerar la idea de que “cada uno cumple un rol fundamental, el consumidor desde sus elecciones, las empresas y los productores desde la explotación y consumo”. 

Según los últimos documentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), es urgente detener la deforestación de las cadenas de valor agrícolas- Teniendo en cuenta que el 90% de la deforestación es provocada por la agricultura, el gran desafío es encontrar nuevas formas de producir alimentos que no avancen sobre los bosques.

En la Argentina el principal bosque a cuidar es el Gran Chaco, el segundo más grande de Sudamérica después del Amazonas. Mantener el Chaco en pie no sólo beneficia a los pobladores locales sino a todo el mundo, incluyendo la fijación de carbono, la conservación de la biodiversidad y la retención del agua. Estos servicios eco-sistémicos, a largo plazo mitigan los efectos del cambio climático, mejoran la productividad de las tierras productivas de todo el mundo y aumentan la seguridad alimentaria.
 

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