Bioeconomía
Buscan llevar los restos de poda a las vidrieras del mundo
En Cataluña está avanzado un proyecto para transformar la biomasa forestal en fibra de celulosa regenerada y sostenible. Aquí los detalles
Los restos de poda o las ramas o maderas de menor calidad que en general se desechan, ahora podrán convertirse en fibras de celulosa regenerada para utilizar en ropa elaborada con textiles sostenibles y materiales innovadores.
Ese paso del bosque a las vidrieras es el proyecto en el que están trabajando el Centro Tecnológico Eurecat - una de las organizaciones de investigación privada más grande de Europa con sede en Cataluña- junto al Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña (España) y la Universidad de Lleida, denominado TexWoods, que busca aportarle valor agregado a la biomasa forestal impulsando la bioeconomía.
De este modo, “es posible contribuir a la reducción de la carga de combustible en los bosques y fomentar la creación de industrias locales y la economía circular en el mundo rural”, indicaron desde Eurecat.
En concreto, proyecto TexWoods trabaja en el aprovechamiento de los residuos forestales en aplicaciones de alto valor a través de nuevas tecnologías de biorrefinería a partir de biomasa lignocelulósica, es decir, procedente de materiales vegetales como la madera, y aplica tecnología de hilatura en húmedo innovadora a la celulosa recuperada, para la obtención de tejidos sostenibles y circulares tan necesarios en el contexto actual de economía lineal.
También implementa el diseño de procedimientos de disolución de los biopolímeros que minimizan el impacto ambiental de los procesos de hilatura, a través del uso de disolventes ecológicos - conocidos como green solvents - y nuevos métodos para su recuperación.
Se trata de una iniciativa enfocada en la sostenibilidad ya que desarrolla y optimiza los procesos para la fabricación de fibras regeneradas circulares, teniendo en cuenta factores que van desde el rendimiento en la extracción del biopolímero, hasta el consumo de energía y agua, así como el impacto ambiental de los disolventes o la calidad del producto.
En esta línea, el proyecto estudia la influencia de los parámetros del proceso, los sistemas de disolventes y los tratamientos de las fibras, así como la gestión y el reciclaje para implementar nuevos enfoques circulares.
El director de Ecosistemas de Eurecat, Gabriel Anzaldi, señaló que el centro “desarrolla proyectos innovadores para impulsar la bioeconomía como motor de transformación en múltiples sectores, como el textil, en este caso, para favorecer nuevos modelos económicos que generen oportunidades con el uso sostenible de los recursos naturales”.
Tecnología específica
Para potenciar parte de ese proceso productivo, el centro adquirió un nuevo equipamiento pionero en el país para implementar la tecnología de hilatura en húmedo que “permitirá transformar polímeros presentes en la naturaleza o recuperados de residuos generados en diferentes industrias en nuevos filamentos que se pueden incorporar como fibras en la fabricación textil”, explicó la directora de la unidad de Textiles Funcionales de Eurecat, Virginia García.
El equipamiento fue diseñado por la empresa FET (Fibre Extrusion Technology), de acuerdo con los requerimientos fijados por Eurecat para hacer posible el trabajo con polímeros de varios orígenes y viscosidades.
Los residuos que se usan como materia prima para el proceso de hilatura en húmedo suelen contener polímeros naturales o sintéticos, que pueden ser disueltos y regenerados para formar fibras.
La finalidad, según señaló García, es que “las empresas puedan incorporar esta tecnología como vía para la valorización de residuos y contribuir así al incremento de materiales textiles sostenibles y al desarrollo de procesos innovadores y eficientes para la producción de fibras regeneradas”.
“La única manera de asegurar la cadena de suministro textil de fibras de celulosa es aumentar la capacidad de producción de fibras regeneradas”, dijo y explicó que es un mercado que “se espera que aumente notablemente en los próximos años, dado que las empresas que hoy utilizan principalmente algodón tendrán que añadir fibras regeneradas en su programa de producción”.
De esta manera, aquellas empresas que gestionan residuos con alto contenido en celulosa u otros biopolímeros como, por ejemplo, del sector agroalimentario, forestal, textil o de gestión ambiental de mares y costas, se podrán beneficiar con esta innovación, así como la industria de la química y la biorrefinería, en la parte del fraccionamiento de la biomasa para la extracción de productos de alto valor añadido y de biopolímeros.


