Tecnologías
06.11.2025

Construcción bio

Ponen a trabajar a las bacterias para reparar el hormigón y contaminar menos

Una startup argentina busca reducir el impacto ambiental del cemento, uno de los materiales más contaminantes. Levantaron capital semilla y van por más. Te lo contamos

Por: Rodrigo Elias mail

Una startup argentina investigó y puso manos a la obra para aportar una solución más sostenible a la industria de la construcción, una de las más contaminantes porque consume grandes volúmenes de agua, piedra y arena, y depende del cemento, cuyo proceso de fabricación libera dióxido de carbono al ambiente.

Se trata de Calfix Bio, que desarrolló una tecnología basada en bacterias capaces de generar carbonato de calcio, un material similar al hormigón para sellar sus fisuras de manera natural prolongando la vida útil de las estructuras y reduciendo la huella ambiental del cemento.

El aporte es relevante para la actividad ya que cada año el hormigón (mezcla en la que el cemento es esencial) es responsable del 8% de las emisiones globales de CO2.

“El hormigón es un ambiente hostil, no tiene agua ni nutrientes, y nuestra formulación les da a las bacterias lo que necesitan para vivir y trabajar dentro del material”, detallaron Pablo Montequín, Anabella Guilarducci y Gabriela Paraje, cofundadores de Calfix Bio, oriundos de Santa Fe y Córdoba, en diálogo con Ecobiz. Y agregaron: “Esto se puede hacer en cualquier tipo de estructura de hormigón, desde un puente, hasta un edificio o carreteras”. 

Bacterias en acción

Una vez aplicadas en las grietas, las bacterias comienzan su proceso metabólico y en pocos días rellenan las fisuras con carbonato de calcio. En pruebas de laboratorio, lograron sellar grietas de hasta 4 milímetros en apenas una semana. 

“Si logramos que las estructuras duren más, vamos a reducir la necesidad de nuevas construcciones, del consumo de materiales y de las emisiones asociadas”, subrayaron los titulares de Calfix Bio. Y añadieron: “El hormigón se fisura siempre, no importa cómo lo hagan, por lo cual lograr que estas estructuras sean más durables evitará la demolición temprana de estructuras y generará un menor consumo de cemento”.

Anabella Guilarducci, Gabriela Paraje y Pablo Montequín, creadores de la startup biotecnológica Calfix.

A su vez, el reemplazo de productos químicos por soluciones biológicas suma otra ventaja sustentable.

Su tecnología apunta a dos frentes: un sellador biológico para reparar estructuras existentes y un aditivo preventivo que permita fabricar hormigones autorreparantes. “Queremos que el microorganismo esté incorporado desde la mezcla, para que actúe en las fisuras tempranas y evite filtraciones o daños mayores”, comentaron.

Cómo se conformó la startup

Calfix Bio nació en 2025 a partir del programa de company building del fondo de capital de riesgo Gridx, referente en biotecnología en América latina. De los 500 proyectos que se postulan cada año, solo 20 fueron seleccionados, y cinco lograron una inversión pre-semilla de u$s 250 mil para avanzar en nuevas etapas. Entre ellos el de Guillarducci (doctora en Química de la Universidad Nacional del Litoral) y Paraje (licenciada en Microbiología de la Universidad Nacional de Córdoba), quienes junto a Montequín, abogado especializado en propiedad intelectual, transformaron la investigación en una empresa que ya logró levantar capital y forma parte del portfolio de más de 90 startups que integran el ecosistema de la aceleradora.

Impacto económico y objetivos

Desde el punto de vista económico, el desarrollo promete ser competitivo. Aunque la tecnología aún no alcanzó la etapa de producción a gran escala, estiman que los costos estarán alineados con los de otros aditivos que hoy se utilizan en la construcción. 

Además, basados en experiencias de biotecnologías similares —como los bioinsecticidas—, proyectan que tanto el sellador biológico como el aditivo auto reparante podrán ofrecerse al mercado sin representar una opción onerosa.

“Queremos pasar de la prueba de concepto a un Producto Mínimo Viable (MVP) en el corto plazo, y recibir feedback de los posibles operadores de esta tecnología”, apuntaron. Y concluyeron: “La ciencia aplicada puede tener un impacto directo en la sustentabilidad, nuestro objetivo es que esta tecnología no se quede en el laboratorio, sino que llegue a las obras y cambie la forma en la que construimos”.

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