Políticas
30.07.2025

En el Alto Valle

Chau aserrín: quieren pasar del residuo al biocombustible

El gobierno de Río Negro impulsa el uso energético de residuos madereros en el Alto Valle. Conocé los detalles

Un proceso de economía circular, que utiliza desechos a gran escala de la producción primaria y la convierte en energía, toma fuerza en Río Negro. El gobierno de esa provincia planea la instalación de una planta demostrativa de biocombustibles sólidos producidos a partir de los residuos generados por la industria maderera del Alto Valle, que será financiado por el Consejo Federal de Inversiones (CFI).

El gobierno rionegrino, a través de la Secretaría de Energía y Ambiente, impulsó la realización de un estudio técnico que valoriza los residuos de la industria maderera, que fue elaborado por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti). El mismo contempla la instalación de un módulo de pelletizado en las instalaciones del Centro de Capacitación de Energía y Ambiente de Río Negro (Cafema), en la ciudad de Allen, con una capacidad de procesamiento de 300 kilogramos por hora. Allí se podrán transformar residuos como aserrín de álamo y cáscaras de almendra en briquetas o pellets, listos para su uso como fuente de calor en calderas, estufas y procesos productivos.

“Este proyecto muestra cómo con planificación, tecnología y decisión política podemos convertir un residuo en una fuente de energía limpia, generar empleo local y capacitar mano de obra calificada”, destacó María del Carmen Rubio, directora de Proyectos y Regulación de la Secretaría de Energía y Ambiente de esa provincia.

Además de su valor energético, la planta servirá como espacio de formación y entrenamiento para operarios y técnicos. Esto permitirá mejorar el manejo actual de los residuos, que actualmente ocupan espacio, generan contaminación o son subutilizados.

“Desde el diseño se tuvo en cuenta no solo la disponibilidad de residuos, sino también la capacidad actual de los aserraderos para gestionarlos y el potencial de la planta como herramienta de capacitación en tecnologías limpias”, explicó Rubio.

El estudio también identificó que la biomasa aprovechable en el Alto Valle asciende a 8.200 toneladas por año, una cifra muy superior a la capacidad de producción estimada de esta primera planta piloto. 

Esto habilita la posibilidad de escalar el modelo y replicarlo en otros puntos del Alto Valle, reduciendo costos logísticos y potenciando el impacto ambiental y social de la iniciativa.

A futuro, se prevé avanzar en una segunda etapa del proyecto que estudie la viabilidad técnica y económica de una red de plantas de pelletizado descentralizadas, que maximicen el uso de los residuos de la industria foresto-industrial, en línea con los objetivos de sustentabilidad y desarrollo local que impulsa el gobierno provincial.

“Estamos convencidos de que estas acciones, silenciosas pero fundamentales, construyen el futuro energético y ambiental que queremos para Río Negro. Y lo hacemos con hechos, no con promesas”, concluyó Rubio.

arrow_upward