Financiar y mitigar
Crean dos empresas para abrirle la puerta verde a las pymes
¿De qué se trata la nueva oferta de servicios financieros que lanzaron dos especialistas en finanzas sostenibles? Acá te lo contamos
Por: Sandra Cicaré mail
“Nuestra propuesta es como subirte a un tren, podés hacerlo en cualquier estación”, dijo Iván Buffone, socio fundador junto a Lucas Peverelli de la consultora Business & Sustainability, que funciona hace siete años en Argentina, para explicar en tono de metáfora cómo funcionan las dos nuevas unidades de negocio que acaban de lanzar al mercado con la intención de integrar modelos de empresas con estrategias de triple impacto. "Además de hacerlas mejores para el mundo queremos que potencien su rentabilidad", aseveró.
Atendiendo a una demanda que cada vez se fortalecía más en el ecosistema, Buffone y Peverelli crearon BS Capital Partners, especializada en financiamiento sostenible, y Nullaexitus, que ofrece créditos de carbono generados en la Mesopotamia argentina, pero a su vez verificados y trazados por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
El acceso a instrumentos de financiamiento para proyectos vinculados a una producción más sostenible no siempre es un camino fácil de transitar. “La demanda es infinita”, dijo Buffone pero también “muy heterogénea”. En ese universo conviven startups o el mundo emprendedor que recién están comenzando a definir una idea para convertirla en un proyecto y las pymes o empresas medianas y grandes que “están en proceso de transformación de su producción, de su cadena de valor o generando nuevas unidades de negocio”, detalló.
Pero también es un mercado que moviliza u$s 1,6 billones en el mundo y unos u$s 1.000 millones en Argentina.
Por eso, desde BS Capital Partners pusieron el foco en el segmento de pymes o medianas empresas nacionales, que buscan recursos para transformar su matriz productiva hacia un horizonte verde.
“Conseguir alguna línea de crédito sostenible o emitir una obligación negociable (ON) etiquetada verde, tiene una ventaja de posicionamiento, de visibilidad, de relevancia, de recertificación de tus características sostenibles que no tendrías de otra manera”, agregó Buffone para explicar las ventajas de sumergirse en este segmento.
Así como la demanda es enorme y variada, la oferta también transita por varios carriles, que incluyen financiamiento bancario con líneas específicas verdes; instrumentos del mercado de capitales (ON etiquetadas verde, sostenible, social), o fondos de impacto; hasta dinero de la cooperación internacional y también de subvenciones públicas.
El rol que se trazó BS Capital Partners es unir esas partes y en la primera estación de ese tren la propuesta es acompañar a las empresas a estructurar su proyecto. “Quizás alguien quiere ampliar la planta y hacerlo orientando la producción al triple impacto, y ahí nosotros ayudamos a estructurar financieramente eso”, dijo Buffone.
La segunda parada de ese tren es “articular con el mercado”, es decir, actuar como facilitador en todo ese espectro de oportunidades para conseguir capital. El último paso es lograr reportar el destino de esos fondos, ya que muchas entidades lo exigen como condición para hacer desembolsos.“Armamos una propuesta que está diseñada para poder hacer el camino integral que va desde el momento en que surge la necesidad hasta que termina el financiamiento”, resumió Buffone.
Ayudar a compensar.
Pero así como Buffone y Peverelli detectaron este desfase entre oferta y demanda de financiamiento, también encontraron dificultades para que las pymes argentinas, que son parte de la cadena de valor de las grandes empresas, puedan descarbonizarse.
Así es como nace Nullaexitus, la otra unidad que ofrece créditos de carbono generados en más de 3.000 hectáreas forestadas en la Mesopotamia argentina, con respaldo formal y trazabilidad local.
"Toda actividad humana y toda actividad productiva deja una huella", dijo Peverelli pero “también existen actividades que capturan carbono, como la reforestación que es el foco de Nullaexitus”, agregó.
La intención es darles una alternativa local a las empresas que buscan compensar su huella sin depender de mercados internacionales ni afrontar altos costos. "Tenemos una decisión tomada de ser los créditos de carbono forestales más económicos de la Argentina", agregó Peverelli y explicó que el trabajo conjunto con la UNLP le da robustez al sistema ya que la Universidad cuenta con un registro unificado de créditos para que no se pueda revender varias veces ese instrumento, garantizando así la trazabilidad.
Aunque reconoce que los créditos de carbono suelen ser instrumentos "sofisticados" y reservados para empresas globales, Peverelli explicó que la intención de Nullaexitus es que sean "accesibles" para las pymes que forman parte de cadenas de valor globales que vienen con muchas exigencias en materia de reducción de huella en el Alcance 3.
Explicó que la demanda de créditos de carbono es “súper alta” y diversa y entre sus clientes figuran, por ejemplo, algunos que son productores de PVC que buscan compensar emisiones residuales o el sector de la logística, que está “súper estresado”, dijo, por clientes que demandan trayectos bajos en carbono pero carecen de infraestructura para la reconversión.
También indicó que otros sectores como petróleo, gas, minería también están abordando el Alcance 3 de sus emisiones. “Existe una creciente integración entre la reducción y la compensación de emisiones y las empresas están compensando mientras avanzan en sus procesos de transformación y mitigación”, detalló como una observación de lo que ocurre en este proceso.
Además, cada vez más empresas están ofreciendo servicios carbono neutrales en productos o servicios específicos. “Escuchamos la promoción de apps como Cabify que hace un viaje carbono neutral, pero también ocurre en la construcción, en el agro, en intervenciones mineras o petroleras”, acotó Buffone.
“Hay una serie de empresas que están buscándonos porque están convencidas de que el mundo que se viene es sustentable y si no tienen propuestas de valor verdes se les cae la organización”, resumió Peverelli.
Para los empresarios abrir el juego a nuevas opciones para que las empresas se enfoquen en el triple impacto no es más que ratificar una tendencia que se consolida, pese los posicionamientos políticos, especialmente de potencias como Estados Unidos con la llegada de Donald Trump al gobierno. “En términos de sustentabilidad el capítulo ambiental llegó para quedarse”, dijo Peverelli y explicó que “no se observan empresas que hayan desinvertido en esto en los últimos meses”, incluso en estos últimos 18 meses en Argentina.
“No conozco ninguna empresa argentina que se haya metido en cuestiones de sustentabilidad porque el gobierno argentino se lo demandaba o se haya bajado porque el gobierno deje esa la agenda”, ratificó.
Esto ocurre porque el gran motor de la agenda sustentable hoy “son las cadenas de valor”, impulsadas a su vez por “un cliente final que le pide a la empresa a la cual le compra que le dé una propuesta de valor en términos ASG”, agregó.
“Esa pulsión no cambió”, dijo Buffone, quien indicó que “el mundo de las finanzas sostenibles no se impactó tanto por esta agenda", porque los riesgos ambientales y sociales ya forman parte de la evaluación de los proyectos y del blindaje de aquello que se financia.



