Tecnologías
01.07.2025

Implantes transitorios

Coreanos crearon un chip que cuando le llega la hora, se degrada

Es una innovadora tecnología, que además ayuda a reducir la basura electrónica. Aquí te explicamos cómo funciona

La demanda acelerada de dispositivos electrónicos en una sociedad hiper conectada tiene como contracara la producción de enormes volúmenes de basura producidos por esta industria y por la corta vida útil de los equipos que provocan serios problemas ambientales. En respuesta a eso, un grupo de investigadores surcoreanos desarrollaron un chip de memoria biodegradable que almacena datos de forma confiable, sobrevive más de 3.000 ciclos de flexión y se disuelve completamente en agua en solo tres días.

La ventaja de esta tecnología es que puede ser implantada en el cuerpo humano sin generar efectos adversos y está diseñada para degradarse de forma controlada. Es decir, cuando la capa del dispositivo se disuelve, el reto lo hace en solo tres días sin dejar residuos tóxicos ni microplásticos. 

De esta manera, se puede usar en implantes quirúrgicos temporales que se eliminan una vez que cumplen su función.

Se trata de una investigación que llevó adelante un equipo del Korea Institute of Science and Technology (Kist), liderado por los doctores Sangho Cho y Yongho Joo que fue publicado recientemente y que podría revolucionar los usos de dispositivos electrónicos, fundamentalmente en la medicina, al habilitar por ejemplo opciones de implantes transitorios que se autodegradan. 

Es una solución ideada para la electrónica físicamente transitoria, donde todo o parte del dispositivo puede disociarse o degradarse a demanda, lo cual representa grandes oportunidades para la electrónica del futuro, en particular en la bioelectrónica portátil e implantable. De esta manera es una opción que se podría utilizar en dispositivos médicos, sensores temporales y electrónicos desechables.

El dispositivo está realizado con nuevo material llamado PCL-Tempo, que combina policaprolactona (PCL), un polímero biodegradable ampliamente usado en aplicaciones médicas, con Tempo, una molécula orgánica que permite el almacenamiento de información eléctrica. 

Ese material garantiza altas prestaciones en cuanto a duración y fiabilidad, al punto tal que permite, por ejemplo, diferenciar las señales On y Off  durante más de un millón de ciclos; retener información durante más de 10.000 segundos; y mantener funcionalidad tras 250 ciclos de escritura y borrado.

Además de las ventajas en cuanto a su propias prestaciones, esta innovación trae una respuesta a la crisis que genera la basura electrónica en el ambiente. De hecho, permite reducir el vertido de metales tóxicos, el reciclaje costoso y evita el sobreuso de monitores médicos.

Los investigadores surcoreanos consideran que este dispositivo abre la puerta a una nueva generación de electrónica inteligente, sostenible y completamente biodegradable.

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