Más que pasto
Mundial de Clubes: los equipos que hacen goles fuera de la cancha
El gran encuentro deportivo es una oportunidad para mostrar e incentivar las prácticas sustentables que transforman el fútbol global
Por: Rodrigo Elias mail
El Mundial de Clubes de la Fifa, en su nuevo formato que reúne a 32 equipos al igual que en los certámenes de selecciones, se presenta como una oportunidad única no solo para redefinir la competencia entre los mejores equipos del mundo, sino también para mostrar e incentivar las prácticas sustentables que transforman el fútbol global.
Con estadios más eficientes, energías limpias y un creciente compromiso ambiental de los clubes, el fútbol comienza a jugar un nuevo partido: el de la sostenibilidad.
La Fifa actualizó sus directrices sobre estadios de fútbol con un enfoque que va más allá de lo deportivo. El documento, adoptado como referencia mundial, promueve infraestructuras pensadas para perdurar, servir a las comunidades locales y mitigar el cambio climático.
En sintonía con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, estos lineamientos ya se aplican en obras vinculadas al Mundial 2026 y podrían convertirse en modelo para futuras ediciones del Mundial de Clubes.
El Hard Rock Stadium de Miami, uno de los estadios del Mundial de Clubes y donde Argentina ganó la Copa América 2024, está certificado por sus características sostenibles. Entre las cualidades sustentables más innovadoras del estadio, se encuentran:
- Eficiencia energética: el Hard Rock Stadium se jacta de haber “transformado un estadio de 37 años en un edificio energéticamente eficiente”.
- Sin plásticos de un solo uso: a fines de 2019, se comprometió a eliminar el 99,4 % de los plásticos de un solo uso. Gracias a esto, eliminó un total de 2,8 millones de unidades de plástico al año a partir de vasos de plástico.
- Iniciativas innovadoras de sustentabilidad: desvía desechos de los vertederos a través de biodigestores (compostaje a través de digestores de alimentos líquidos) y recuperación de aceite de cocina para convertirlo en biocombustible, creando energía renovable.

Energía solar
En Europa, donde los países que integran el bloque vienen trabajando en fuertes exigencias a la industria para transformar la matriz energética, el fútbol también hizo lo suyo. El gigante alemán, Borussia Dortmund, está instalando en su estadio el sistema fotovoltaico más grande del mundo en una cancha. Con 11.000 paneles y una capacidad de 4,2 MW, el estado Signal Iduna Park se autoabastecerá y evitará la emisión de 1.800 toneladas de CO2 anuales.
Esta decisión marca un antes y un después para los clubes que buscan reducir su huella ambiental sin resignar infraestructura ni competitividad.
Del otro lado del Atlántico, clubes brasileños ya ofrecen ejemplos concretos que podrían escalar al escenario del Mundial de Clubes. El Botafogo recolectó 2.500 toneladas de residuos reciclables en su estadio Nilton Santos, y el Criciúma implementó el programa Recicla Junto, y logró alcanzar las 15.000 toneladas de desechos recuperados.

Además, Internacional de Porto Alegre recolecta agua de lluvia, usa urinarios secos y compra energía limpia, reduciendo miles de toneladas de emisiones al año. Mientras que Juventude apuesta a los paneles solares y ya ahorra 10.000 reales mensuales en energía.
La AFA comienza su camino verde
En Argentina, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) viene dando sus primeros pasos con la creación del área de sustentabilidad. A través del reciclado de tapitas plásticas en alianza con la Fundación Garrahan y la realización del Primer Foro de Sustentabilidad en el Fútbol Argentino, se comienza a consolidar una agenda ambiental que podría posicionar a clubes locales para participar del Mundial de Clubes con un perfil más sostenible.
En tanto en Europa la Uefa, junto a SolarPower Europe, impulsa la instalación de energía solar en estadios europeos. Esto no solo responde a la alta demanda energética de los recintos deportivos, sino que plantea una alternativa concreta para reducir costos y emisiones a largo plazo. El objetivo es que asociaciones nacionales y clubes se sumen a la transición energética, reforzando el papel del fútbol como agente de cambio.
Con su proyección internacional, el Mundial de Clubes tiene todo para ser mucho más que una competencia deportiva: puede transformarse en un escenario donde se muestren las mejores prácticas ambientales del fútbol mundial.
Desde el reciclaje hasta la eficiencia energética, desde la infraestructura sustentable hasta la educación ambiental, el fútbol tiene una nueva oportunidad para motivar a sus aficionados.