Industria
10.06.2025

De gran peso

Gerdau hizo punta y certificó como Empresa B en Argentina y Uruguay

Es la primera productora de acero en lograr esta categoría en la región y se enfoca en la economía circular y sostenibilidad a través del reciclaje de chatarra y reducción de emisiones

Gerdau, una de las principales empresas productoras de aceros largos en América latina, certificó como Empresa B sus operaciones de Argentina y Uruguay, y de esta manera se posiciona como la primera compañía de la industria siderúrgica en esta región en obtener esta categoría que se alinea con un plan de desarrollo sostenible, innovación y la creación de valor para las comunidades.

Con más de 124 años de historia, Gerdau tiene presencia en Argentina desde 1998, con plantas industriales en la ciudad de Pérez (Santa Fe). En Uruguay está presente desde hace más de 40 años, con su planta ubicada en Montevideo. En ambos países, como un jugador de peso en el mercado de acero de alta calidad.

De esta manera, Argentina y Uruguay se suman ahora a otras operaciones de Gerdau que ya han obtenido la certificación de Empresa B, incluyendo Perú (Siderperu), México (Gerdau Corsa), Estados Unidos y Canadá.

La certificación forma parte central de la estrategia de sostenibilidad de la empresa y reconoce sus iniciativas y buenas prácticas en materia ambiental, social y de gobernanza, alineadas con su propósito de empoderar a las personas que construyen el futuro, dejando un legado positivo para la sociedad.

“Obtener esta certificación en Argentina y Uruguay es un hito que refuerza nuestro compromiso de construir un futuro más sostenible, impactando positivamente a las comunidades donde operamos y ofreciendo productos de alto valor agregado a nuestros clientes”, expresó Guillermo Maglieri, director ejecutivo de Gerdau en Argentina y Uruguay. “Este logro refleja nuestra visión de sostenibilidad basada en el reciclaje, la economía circular y la reducción de emisiones de carbono”, dijo.

Un modelo de triple impacto

La certificación como Empresa B se otorga a organizaciones que cumplen con estrictos estándares de desempeño social, ambiental y de gobernanza y que demuestran su capacidad para generar un impacto positivo en el entorno mientras mantienen un modelo de negocio sostenible.

“Celebramos con gran entusiasmo la certificación de Gerdau Argentina y Uruguay como Empresa B. Su incorporación a la Comunidad B es una señal potente de que el sector industrial también puede liderar la transición hacia una economía más inclusiva, equitativa y regenerativa”, expresó Francisco Murray, director ejecutivo de Sistema B Internacional.

“Gerdau es una compañía de larga trayectoria en el continente y su decisión global de comprometerse con el paradigma del triple impacto marca un hito en nuestra región, inspirando a toda la industria a repensar su rol en la construcción de un futuro más sostenible”, concluyó el ejecutivo.

En cuanto a producción sostenible, Gerdau es la recicladora de chatarra ferrosa más grande de América latina, una actividad que le permite impulsar la economía circular y minimizar la demanda de recursos naturales.

En Argentina, más del 90% del acero producido proviene del reciclaje de chatarra, mientras que en Uruguay ese porcentaje alcanza el 100%. Además, se recicla más del 98% del agua utilizada en los procesos productivos, lo que representa un eficiente de los recursos hídricos.

Por otra parte, la empresa integra a recicladores locales a la cadena de valor mediante un programa de desarrollo de proveedores, generando beneficios sociales, ambientales y económicos y  también implementó una política de fletes y envíos con menor impacto ambiental, mediante la optimización de la logística para reducir su huella de carbono.

En materia de impacto social, la empresa genera oportunidades de empleo directos e indirectos, fomenta programas de voluntariado corporativo y promueve activamente la diversidad y la inclusión. De hecho, sus  programas de Responsabilidad Social se enfocan en los pilares de educación, vivienda y reciclaje, que benefician a las personas en las comunidades donde opera.

A nivel organizacional, las evaluaciones de desempeño incorporan formalmente aspectos sociales y ambientales para todos los colaboradores, pero también los temas "están integrados en las descripciones de puestos, con metas socioambientales, asegurando coherencia entre los objetivos estratégicos y la gestión diaria, priorizando la seguridad de todas las personas sobre cualquier resultado", indicaron desde la compañía.

Un proceso desafiante y colaborativo

Desde la compañía señalaron que el camino hacia la certificación "implicó revisar y sistematizar prácticas existentes, detectar oportunidades de mejora y trabajar de manera transversal con toda la cadena de valor".

La evaluación realizada por B Lab analizó 5 áreas de impacto: gobernanza, trabajadores, clientes, comunidad y medio ambiente. Desde 2020, con la definición de su matriz de materialidad, la compañía inició una transformación que sirvió como base para esta certificación.

El proceso en las operaciones de Argentina y Uruguay comenzó a fines de 2023 y se extendió por más de un año, incluyendo diagnóstico, planificación y preparación de materiales requeridos en el proceso. Gracias al trabajo conjunto de sus equipos, la empresa alcanzó los exigentes estándares que hoy consolidan su compromiso con el desarrollo sostenible.

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