Otra vida a los residuos
Pensar en verde: de las composteras manuales a la atención a grandes empresas
Prestan el servicio de compostaje a grandes industrias en Argentina y tienen avanzado un proyecto para instalar su propia planta en Campana
Por: Eugenia Langone mail
“Transformamos residuos en recursos”. De eso se trata Greenheads y ese es el proceso que lograron poner en marcha en los últimos diez años Matías Scolni, Valentín Rumen y Tobías Rial en provincia de Buenos Aires.
Los socios, que comenzaron haciendo composteras plásticas agujereadas manualmente una a una, trabajan ahora con matrices que les permiten tener una producción de grandes volúmenes, y así atender no sólo la demanda de esos productos, sino además prestar servicios de compostaje para grandes productores de residuos. Un trabajo que ya hacen en más de 50 plantas industriales de la provincia de Buenos Aires, y también en Entre Ríos.
Graduados en gestión ambiental, sacaron al mercado sus primeras composturas de plástico virgen hace ya una década. “Había pocos oferentes en ese momento, no era un tema en boca de todos, sino que fue creciendo y nosotros nos fuimos vinculando con otros actores para trabajar en red y potenciar las experiencias”, relata Scolni sobre los comienzos.
Sin embargo, desde ese inicio a esta parte implementaron transformaciones en diferentes áreas. Hace unos años que las composteras que producen ya no son de plástico virgen, sino mayormente de pellet plástico reciclado de la industria automotriz.
“Son fundamentalmente las partes duras de los autos, como los paragolpes, que se trituran, se transforman en pellet y se vuelven a utilizar”, explica Scolni. Ese cambio, más la implementación de las matrices, les permitieron producir en grandes volúmenes y así atender así una demanda de proyectos de gran escala.

“Dar ese salto nos posibilitó participar en ventas a Estados municipales y provinciales, así como grandes iniciativas del sector privado”, agrega sobre la comercialización de una línea de productos que incluye composteras plásticas de ciclo cerrado y continuo para interiores, composteras de madera modulares de uso exterior para medianos y grandes generadores de residuos, y con las mismas características las hechas en la llamada “madera plástica".
Más allá de la ampliación de la oferta, una de las metas de los socios fue además atender procesos y brindar servicios que justamente permitan llevar adelante el tratamiento de los residuos. Y fundamentalmente hacerlo en grandes volúmenes.
Atender procesos
"Nuestro norte siempre fue trabajar con grandes generadores de residuos y es lo que estamos haciendo, pero eso tuvo su tiempo de proceso, no sucedió de un día para otro”, cuenta Scolni a Ecobiz.
Actualmente, trabajan en plantas industriales de Buenos Aires y Entre Ríos, y hasta hace pocos meses también en la zona sur de Santa Fe. Se trata de 50 empresas donde se producen hasta 40 toneladas de residuos, entre las que se cuentan plantas en Argentina de compañías globales como Avon, Royal Canin, Unilever, Elea, TGS. También con La Anónima y ocho fábricas de Molinos Río de la Plata tanto en Buenos Aires como en Concepción del Uruguay, grandes automotrices y sus proveedores, así como organizaciones y escuelas.
El proceso de tratamiento de los residuos se lleva adelante ciento por ciento en las mismas plantas a través de los servicios que ofrecen y allí las 4 toneladas son el límite. “La normativa establece que superado ese volumen el tratamiento debe realizarse fuera del espacio donde se genera, por eso, ese es nuestro universo de clientes”, señala el socio y fundador.
Servicio punta a punta
Lo que hacen, en concreto, es el “servicio de compostaje industrial” de punta a punta. Primero se instala un sistema acorde a las necesidades del espacio, se hace un control y mantenimiento del proceso y se ocupan del abastecimiento del material seco para llevar adelante el proceso.
“En cada servicio, además, se hacen informes mensuales para tener en cuenta los avances y cuando es el momento del final del ciclo, hacemos la remoción y la medición de los mismos para sopesar el impacto de lo hecho”, explicó Scolni.
Si bien el compost producido es propiedad de cada una de las empresas e instituciones, el servicio en muchos casos se extiende en el proceso posterior para trabajar en la concientización y educación de quienes son parte de las compañías.
“En muchas de las plantas, terminado el ciclo y obtenido el compost, se hacen kits para compartir con los empleados, se llevan adelante capacitaciones y se aprovecha en ese sentido”, cuentan.
Seguir abriendo puertas
Sin dejar de pensar en las ventajas de responsabilidad social, reducción de huella de carbono de los residuos que procesan y fortalecimiento de las comunidades hacia el interior de las plantas e instituciones para las que trabajan, los socios ya proyectan dar un paso más hacia los grandes generadores.
“Siempre tuvimos la idea de hacer una planta de compostaje industrial”, cuenta Scolni. Ese paso les permitiría atender además a clientes que tengan una producción de residuos por encima de las 4 toneladas y procesarlas en una planta propia.
Sin dejar de reconocer las dificultades, tanto de inversión como de adquisición de maquinarias pesadas y habilitaciones, señala que el proyecto para ponerla a funcionar en Campana ya “está muy avanzado”. Aunque todavía no hay plazos, está todo dado para “seguir creciendo”, dicen.