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22.04.2025

Un pulmón para el Planeta

Mercado de carbono: Argentina tiene mucho verde y poco bono

La Mesa Argentina de Carbono destacó el potencial del país para incursionar en este nicho. ¿Cuántos ingresos adicionales reportaría?

El mercado de carbono tuvo un crecimiento exponencial en los últimos años en el mundo, aunque en regiones como Argentina - con oportunidades únicas por su geografía - aún siguen siendo una materia pendiente.

A nivel internacional, existen más de 12.000 proyectos de captura y reducción de emisiones certificados y registrados bajo estándares internacionales. A pesar de que sólo el 6% son de Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN), en 2021 y 2022, este sector comercializó el 46% de todo el volumen de transacciones del mercado voluntario de carbono.

En los últimos cinco años, América latina emitió el 22% de los créditos de carbono a nivel mundial y se consolidó como la segunda región proveedora de reducciones de emisiones certificadas. Si se analizan los proyectos basados en SBN, casi el 50% de los créditos del mundo fueron generados en esta región.

En Argentina, en cambio, hasta 2024 hubo registrados más de 60 proyectos de mercados de carbono, un número ínfimo si se compara con la situación a nivel global y regional donde representa tan solo el 0,5% del total.

Los datos, relevados por la Mesa Argentina de Carbono, indican que el país tiene “oportunidades únicas”, por la riqueza de su biodiversidad, de dar un salto en este mercado.

En la Mesa estiman que si en Argentina se desarrollaran y certificaran proyectos de captura y reducción de emisiones en sólo el 10% de la superficie agropecuaria y foresta, podría ingresar por la comercialización de estos certificados casi u$s 7.000 millones (u$s 340 millones anuales). 

Si este cálculo se lleva al 30% de la superficie agropecuaria y forestal, representaría más de u$s 1.000 millones anuales, similar a los ingresos generados por el complejo pesquero.

Por su extensión territorial y el potencial de innovación de su industria, Argentina es susceptible de generar ganancias económicas a partir de diferentes tipos de proyectos en sectores como forestal, agricultura, ganadería, residuos, energía, transporte, procesos industriales y uso de productos, entre otros.

“En Argentina se desarrollan proyectos de carbono forestal desde hace más de 15 años y esto ocurre en 20.000 hectáreas aproximadamente, distribuidas en distintas regiones del país”, dijo a modo de ejemplo Juan Pedro Cano, coordinador de la Mesa Argentina de Carbono. 

Con más de 50 integrantes hoy la Mesa de Carbono está conformada por la gran mayoría de las empresas y personas que están desarrollando proyectos de captura de carbono de SBN integradas en el sector del agro y forestal. Los proyectos de carbono tienen, por lo general, un impacto dual. Por un lado, contribuyen positivamente al ambiente al reducir, remover y capturar GEI y, por otro, también a conservar y utilizar de manera sustentable ecosistemas proveedores de productos y servicios a la sociedad y a la biodiversidad en general.
Pero además, generar ingresos económicos adicionales a las actividades de base.

“Los proyectos de carbono no restringen la producción, sino que la complementan y generan financiamiento adicional a dichas actividades productivas. También pueden ayudar a cumplir con requisitos para el comercio internacional”, indicó Cano.

Argentina tiene un gran potencial de no solo cumplir sus compromisos internacionales mediante mecanismos, sino de ser proveedor de reducciones de emisiones al mundo. Fuentes especializadas estiman que los mercados de carbono crecerán entre 7 y 12 veces de aquí a 2030 y entre 45 y 83 veces hasta 2050 ante una mayor demanda internacional.

En Argentina hoy existen al menos 170 tipos de proyectos de carbono del sector agropecuario, la industria, las energías renovables, la foresto-industria, transporte y gestión de residuos, entre otros. 
Dentro del sector del agro y forestal los tipos de proyectos más relevantes son: 

1. Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación (REDD+): buscan reducir las emisiones de GEI debidas a la deforestación y degradación de bosques nativos. Esto se logra a través de acciones de conservación principalmente, permitiendo así almacenar el carbono en los bosques. Los más comunes generan créditos de carbono evitando la deforestación planificada (no ejecutar un permiso de desmonte) o evitando la deforestación no planificada (controlando los desmontes ilegales). 

Chaguaral es un proyecto de reforestación en Salta.


 
2. Forestación, Reforestación y Revegetación (ARR): son iniciativas de reforestación, forestación y/o revegetación que buscan capturar GEI de la atmósfera y almacenarlo de manera permanente o temporal en futuros bosques nativos o plantaciones comerciales. Los más comunes son de reforestación de bosques nativos o de plantaciones comerciales (por ejemplo plantaciones de eucaliptus o pinos cuyo fin será la venta comercial de la madera). 

 
3. Manejo de Tierras Agrícolas (ALM): consiste en capturar GEI de la atmósfera y almacenarlo en el suelo. Mediante actividades de gestión de las tierras agrícolas como la siembra directa y la plantación de cultivos de cobertura, como también actividades de manejo mejorado de ganado.
 
Los que se pusieron en marcha

En Argentina existen proyectos de este tipo encarados por distintas empresas. Un  caso de REDD+ (deforestación evitada) es el proyecto Chaguaral (Aike NBS), que llea adelante la conservación de 5.000 hectáreas de bosques nativos en la provincia de Salta. Antes de que se iniciara el proyecto, el antiguo propietario tenía permiso de desmonte para convertir la tierra con fines agrícolas y ganaderos. Se espera que genere más de 750.000 créditos de carbono durante toda la vida útil, que se certificarán mediante las normas Verified Carbon (VCS) y Climate, Community & Biodiversity (CCB) de Verra.

En cuanto a restauración de bosque nativo, existen dos. Uno es proyecto Vida Nativa (Nideport) que impulsa la conservación y restauración de casi 23.000 hectáreas de bosque nativo en la mata Atlántica. Tiene una proyección de mitigación de 6 millones de toneladas de CO2 equivalente en los primeros 40 años. Además de su enfoque ecológico, el proyecto prioriza la participación activa de las comunidades locales. Se  encuentra en proceso de certificación bajo los estándares internacionales de Verra, lo que permitirá garantizar la integridad ambiental, social y climática de sus resultados.

Pero también está el proyecto Rewilding Gran Chaco (Greensur / Forest Defense), cuyo objetivo es la reforestación de 18.450 hectáreas en el noreste de Las Lajitas, en la provincia de Salta, utilizando únicamente especies nativas. Como parte del proyecto, las zonas que en el pasado se destinaban a la agricultura y la ganadería serán convertidas en un hábitat que se asemeje al bosque chaqueño semiárido original. El proyecto tiene un potencial de capturar alrededor de 7,7 millones de toneladas de CO2eq. Está bajo proceso de certificación con Verra.

En cuanto a plantación forestal, está en marcha el proyecto Santo Domingo (GMF Latinoamericana) en la provincia de Corrientes. Es una iniciativa forestal pionera en varios aspectos que inició sus actividades en 2007 en un campo de 3.405 hectáreas. Se plantaron 3 millones de ejemplares, con 24% del total de la superficie cubierta por reservas de bosques nativos, pastizales, corredores riparios (bosques en galería protectores de cursos de agua) y vertientes naturales de agua. Está generando 750.000 créditos de carbono. Se trata del primer y único proyecto forestal de Argentina bajo el mecanismo para un desarrollo limpio (MDL) del Protocolo de Kioto.

También el proyecto de Forestación y Reforestación (Unitán), que establece plantaciones forestales en 3.000 hectáreas en tres provincias (Chaco, Formosa y Corrientes) con más de 4.500.000 árboles. Alcanzó en 2022 la certificación emitida por Verra bajo el estándar VCS para la captura de 300.000 toneladas de CO2. Esto permitirá emitir 300.000 créditos de carbono como consecuencia de la plantación de especies leñosas nativas y exóticas, como el Quebracho Colorado.

En cuanto al manejo de tierras agrícolas, está en marcha el programa POA (Ruuts), que busca regenerar 3 millones de hectáreas de campos ganaderos de la Patagonia argentina y chilena. Es el primer programa de carbono de ganadería regenerativa de Argentina validado y registrado por Verra. El proyecto permite que los productores ganaderos complementen sus ingresos a través de los mercados de carbono, a su vez que conservan los pastizales y evitan la desertificación de sus tierras. 

Además, el programa Carbon Group para Cultivos Bajos en Carbono y Manejo de Pastizales (Carbon Group), que pretende incluir a productores dedicados a la agricultura extensiva (maíz, soja, trigo, girasol, algodón y otros cultivos), y a la ganadería extensiva, principalmente bovina y de pastoreo de praderas, pastizales, agropastoriles y silvopastoriles. El objetivo es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero capturando el dióxido de carbono y almacenándolo como carbono estable en el suelo. Esto se logrará a través de la adopción de mejores tecnologías. Se espera mitigar casi 2 millones de toneladas de CO2eq al final de este proyecto, que se certificarán mediante las normas Verified Carbon (VCS) de Verra.

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