Liderazgo femenino
Reciclan un residuo minero y lo transforman en biocemento
Una startup biotecnológica minera desarrolló una solución innovadora que puede ser utilizada para viviendas y caminos. ¿Cómo surgió y qué hace?
Dos sectores con fuerte huella ambiental como la minería y la construcción fueron el foco de una startup biotecnológica chilena, nacida en Antofagasta, que viene desarrollando y escalando productos orientados a dar soluciones sustentables basados en el concepto de economía circular.
Se trata de Domolif, que nació en la capital minera del mundo como es Antofagasta y viene hace años buscando “transformar los procesos industriales a través de soluciones biotecnológicas innovadoras”, según se presentan en su página web el equipo de ejecutivas, ya que además, es una compañía liderada por mujeres.
Con el financiamiento del Fondo de Innovación para la Competitividad del gobierno regional de esa región, Domolif desarrolló un biocemento a partir de la utilización del relave un desecho de la minería que actualmente representa un problema ambiental global y que puede ser transformado en materiales de construcción de alto rendimiento mediante un proceso biotecnológico conocido como biocementación.
Ahora fueron por más y en colaboración con el Centro de Innovación en Materiales Sostenibles (CIMS) y el financiamiento de la agencia de fomento del gobierno de Chile (Corfo), la empresa está desarrollando el biocemento, que será utilizado en la impresión 3D de estructuras para viviendas y caminos. "Estamos muy contentos con este nuevo desafío. Nuestro biocemento no requiere el uso de cemento tradicional y cumple con todas las normativas de construcción y es un paso gigante hacia una economía verdaderamente circular”, dijo Pamela Chávez, fundadora y CEO de Domolif en declaraciones a El Mercurio.
La intención en este caso es aportar una solución sustentable y de última generación que se puede utilizar en zonas con déficit habitacional o afectada por pasivos ambientales.

“Este biocemento puede ser moldeado para hacer una pared, un aislante y todo lo que se necesite para la construcción de una vivienda, incluso para estabilizar caminos”, describió Johanna Obreque, CTO de la empresa. “La idea es generar un producto con valor agregado a partir de un desecho industrial”.
Un proceso innovador
Mediante la biomineralización, se realiza un proceso donde los organismos vivos son capaces de producir minerales, para la protección o refuerzo. En el caso de este desarrollo, se centraron en el uso de relaves de cobre para crear biocemento mediante el proceso de precipitación de calcita inducida por microorganismos (MICP, por sus siglas en inglés). Este proceso, que utiliza bacterias para inducir la formación de minerales, fue aplicado exitosamente en la producción de materiales de construcción más sostenibles.
“Este estudio, que hemos estado desarrollando desde mediados de 2024, sumado a nuestra experiencia en temáticas de relave y las indagaciones que hemos obtenido, nos ha demostrado la capacidad y resistencia del producto”, dijo Obreque.
Este avance es especialmente relevante en un país como Chile, donde la minería es una de las principales industrias, que anualmente genera 600 millones de toneladas de relaves. Por eso, utilizar estos residuos en la fabricación de materiales de construcción no solo contribuiría a la reducción de los pasivos ambientales, sino que también ayudaría a mitigar el impacto de la industria de la construcción, que representa el 39% de las emisiones mundiales de CO2.
“Con el aumento de la actividad constructiva, se espera que este porcentaje llegue al 57% en las próximas décadas, lo que hace aún más urgente el desarrollo de soluciones sostenibles”, agregaron desde Domolif.