Industria
19.03.2025

Un buen corte

Carne al sol: las ventajas de la energía renovable en la industria frigorífica

La demanda energética en la actividad insume entre el 8% y 15% de sus costos. Estrategias para cambiar la matriz y ahorrar en consumo y facturas

Por: Eugenia Langone mail

La industria frigorífica concentra el 1% del consumo total de energía del sector manufacturero en Argentina, el equivalente  a lo que necesitan para funcionar más de 110 mil hogares, pero este insumo representa al interior de la actividad entre un 8% y 15% en su matriz de costos. Ante este escenario, un cambio de matriz orientada a las fuentes renovables “permite ahorros importantes”, afirmó Agustín Pueyrredón, director de proyecto de la empresa Multisolar EPC.

El especialista, quien disertó en el webinar “Energía solar en la industria de los frigoríficos” organizado por la consulta Portal Solar Argentina, aportó herramientas para que las empresas puedan avanzar en la transición energética, especialmente orientada a la provisión de energía fotovoltaica, que le permita reducir el costo de su factura eléctrica y optimizar las operaciones.

“Se trata de un consumo de volúmenes altos y de forma pareja”, explicó Pueyredón al ahora de hacer un paneo puntual sobre lo que ocurre en esa industria, al remarcar las ventajas que le aportaría a la actividad dar el puntapié inicial hacia el cambio de matriz, esencialmente por las ventajas en materia de infraestructura con las que cuentan estas plantas.

Cómo encarar el cambio

En ese punto, explicó que los primeros pasos a tener en cuenta a la hora de pensar un cambio son la evaluación de costos y retornos, y la elección del equipamiento más adecuado en el mercado. 
Con ejemplos, Pueyrredón señaló que con el cambio de matriz se puede lograr que el 17% del consumo anual de energía utilizada en la producción no provenga de la red, sino de la de energía fotovoltaica. 

“Esta es una industria que pisa fuerte y es necesario modernizar la matriz de consumo energético”, afirmó, antes de desglosar cuáles son los aspectos del proceso productivo donde se producen los picos de demanda. 

“Dentro de las plantas frigoríficas, la refrigeración y el congelamiento se lleva el 70% del consumo de energía, mientras que el vapor y el agua caliente otro el 15% y el tratamiento del agua, entre el 5% y 10%”, detalló.

Para Pueyrredón, tener consumos altos pero parejos “es un potencial para transformarlos en consumidores de energía solar, porque mientras en forma más pareja se consume la energía, mejor se puede compatibilizar con los sistemas fotovoltaicos”, dijo.

Otra de las ventajas a las que apuntó es a las grandes superficies disponibles que tienen las plantas frigoríficas que permiten instalar los sistemas necesarios, ya sea en los techos o en los terrenos donde funcionan estas industrias.

Y, como en muchos otros sectores, la presión por parte de consumidores, así como las normativas municipales, provinciales y nacionales, empujan cada vez más a disminuir el impacto ambiental y tomar acciones concretas hacia la sostenibilidad.

La tecnología disponible

Los espacios disponibles, ya sea en techos como en terrenos, son fundamentales para la instalación de los paneles que son los que captan la radiación solar y la transforman energía eléctrica limpia, en referencia a equipos bifaciales, que son los más utilizados actualmente en el mercado con 15 años de garantía y una vida útil que se extiende a 25 años. 

“Esa energía que sale de los panales se puede inyectar a la red, se puede autoconsumir o ser almacenadas en baterías”, explicó el especialista, y haciendo cálculos detalló que “el ratio se estima en 5 metros cuadrados por kilovatio si están instalados en el techo y de 9 metros cuadrados por cada kilovatio”. 

A la hora de pensar en los sistemas disponibles, Pueyrredón se refirió a los equipos on grid, que son los que se conectan y sincronizan con la red de energía permitiendo “el ahorro en autoconsumo y la entrega al sistema de los que sobra”, apuntó. 

Si bien se refirió también a los equipos híbridos (de inyección a red y almacenamiento) y la posibilidad de uso de baterías de litio, remarcó que “las plantas on grid son un negocio financiero de ahorro mes a mes”, y puntualizó que se trata de la tecnología “más propensa a utilizarse en frigoríficos ubicados en en contextos urbanos”.

La clave, a la hora de hacer estimaciones, no es producir la mayor cantidad de energía posible, sino de maximizar el autoconsumo. 

Para eso, es fundamental la información base: perfil de autoconsumo (cuánto, cómo y en qué momento se utiliza la energía), la potencia límite contratada por las plantas, y la ubicación y orientación de los terrenos. 

Rentabilidad

“La rentabilidad siempre será mayor si la energía se consume en el momento que se produce”, recalcó Pueyrredón, quien recomendó la utilización de simuladores a la hora de hacer cálculos.

Sobre casos puntuales, el especialista afirmó no sólo que las plantas pueden llegar a producir anualmente el 17% de la energía que consumen, sino que la implementación de energía limpia tiene en esta industria “un fuerte impacto en los costos”. 

Ese punto, explicó que la energía en la matriz de costos de la industria frigorífica presenta entre un 8 y un 15%. “Con esos datos, el cambio permite ahorros importantes”, agregó. Sobre los períodos de repago de las inversiones señala que son de entre 3,5 y 4,5 años en la provincia de Buenos Aires, e incluso menos en provincias como Santa Fe.
 

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