Cambio de matriz
Fabrican helados que no le temen al sol
Una fábrica de San Juan decidió cambiar su matriz energética por fuentes renovables. Los pasos de esa transición
Por: Florencia Boeri mail
Portho Gelatto es una tradicional heladería de la capital sanjuanina de 28 años de antigüedad que decidió transformar su cadena de producción incorporando un sistema solar fotovoltaico. Hoy funciona bajo la marca Portho, tras un proceso de reconversión de marca, tienen 10 locales en San Juan, planean abrir 3 más y franquicias en Mendoza y en San Luis. En septiembre último inauguraron una fábrica nueva.
En diálogo exclusivo con Ecobiz, Fernando Nieto, hijo de los fundadores y gerente general de la empresa cuenta cómo es apostar por eficiencia energética cuando la estructura empresarial ya está consolidada.
La nueva planta funciona solo con dos bombas de 1,5 caballos de fuerza (HP), el sistema de refrigeración dejó atrás el agua de pozo e incorporó torres de frío, y toda el agua sanitaria se utiliza con termotanques solares.
“El plan de energía renovable solar en nuestra planta puede cubrir hasta un 40% de la demanda, aunque esto está limitado por la superficie disponible para la instalación de paneles”, explica el gerente.
Nieto destaca que cuando desarrollaron el proyecto, la Agencia San Juan de Inversiones ofrecía líneas de crédito para incorporar energía solar y así accedieron a un análisis de diagnóstico y necesidades y realizaron el estudio de prefactibilidad y el diseño del sistema.
Actualmente, implementaron una primera etapa que cubre un 8% del total proyectado. La energía generada se destina directamente al consumo de la planta, sin reinyección a la red, ya que opera las 24 horas del día. Es un sistema fuera de línea: no utiliza baterías adicionales, sino que inyecta la energía directamente en su consumo interno.
Además, la fábrica cuenta con sectores de punto de separación de residuos: todo lo que es cartón, plástico y lata está sectorizado, y tienen gestionados convenios con recicladoras de la ciudad.
El plan de transformación de la infraestructura energética comenzó en diciembre de 2017. A los ingenieros involucrados se les pidió que trabajen en la disminución de la luz artificial y en sumar paneles térmicos en la fábrica para conservar la temperatura. Más allá de las transformaciones a gran escala, la línea sustentable está presente en cuestiones más pequeñas y visibles para los clientes.
“Se cambió las cucharitas de plástico por otras de galletas de arroz. El packaging que teníamos lo reemplazamos por un polipapel reciclado, y para los potes comenzamos a trabajar con telgopor biodegradable. Este año vamos a sacar las bolsas de nylon y vamos a usar unas de aceite de maíz”, relata Nieto.

Si bien la empresa no tiene un área de sustentabilidad, los encargados de una de las tres áreas: producción, compra y administración, tienen un comité de sustentabilidad mensual al que llevan propuestas de mejora en ese aspecto.
Al interior de la empresa estas medidas empezaron en 2017, con el uso de hojas recicladas en el área de administración, con la recolección de tapitas de plástico, aplicando separación en origen en los locales, cambiando toda la luminaria a led y los aire acondicionado por modelos inverter.
“No hacemos bandera de la sustentabilidad, lo trabajamos para adentro”. Fernando explica que prefieren trabajar internamente y poner el foco en que el personal sea consciente de los lineamientos, antes que comunicar hacia afuera.
En este sentido considera: “El cliente va notando nuestros avances en el consumo diario del producto. Si comunico que soy una empresa sustentable se va señalar lo que nos falta, entonces preferimos ir gestionando mejores en la medida de nuestras posibilidades y que el cliente lo vaya percibiendo”.

A emprendedores gastronómicos que quieran dar un volantazo, Nieto expresa: “En mi experiencia, prestarle atención a la línea de sustentabilidad es solamente proponérselo y dedicarle un determinado tiempo, no hay que llegar a una meta específica, ni arrancar con profesionales, ni con un comité de sustentabilidad. Creo que podés comenzar viendo tu propio negocio y dónde están tus mayores costos”.
En este punto hace una salvedad. “Lo que sí recomiendo es no cometer nuestro error: hemos hecho un montón de acciones y no las estructuramos. Entonces cuando queramos presentar un informe de sustentabilidad nos va a costar un montón”, se lamenta.