Campo
03.01.2025

Buenas prácticas

Buscan ganar un mercado de lujo con guanacos libres de estrés

Científicos de Conicet asesoran a productores de Chubut en buenas prácticas agropecuarias que les permiten extraer fibras de gran valor económico certificando el bienestar animal 

Los productores de las provincias patagónicas en Argentina tienen una oportunidad inmejorable para insertarse como proveedores de la industria textil con un producto de lujo como es la lana de guanaco, con alto potencial en ese mercado porque se trata de una de las fibras más finas del reino animal - muy similar a la de la vicuña - que tiene un valor de mercado de u$s 200 por kilo en bruto. Sin embargo, la clave está en las prácticas sustentables, ya que ese precio se paga cuando se cumplen estrictos protocolos de buenas prácticas de manejo ya que las empresas compradoras están interesadas en un producto certificado que tenga garantizado el bienestar de los animales.

Con esa meta, especialistas del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) firmaron un convenio de asistencia técnica con los representantes de la Estancia “La Rosa”, ubicada en la provincia de Chubut con el objetivo de aprovechar en forma sustentable los guanacos silvestres a través de prácticas de la esquila en vivo. 

Los científicos promueven herramientas técnicas y de gestión para que el manejo de este camélido se instale como modelo de producción complementaria al de la ganadería y, así, contribuir al desarrollo productivo y económico de diversas regiones del país.

Pablo Carmanchahi, del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (Inbioma) perteneciente al Conicet Universidad Nacional del Comahue (UNCo) explicó que comenzaron en octubre de 2023 con esta experiencia. “Hicimos relevamientos poblacionales, ya que es el momento que la normativa autoriza el manejo de los guanacos y establecer densidades pre-esquila -autorizadas en dos períodos diferentes en la primavera y verano-, determinar la ubicación de los animales para elegir el sitio de colocación de una estructura para la captura y esquila, y evaluar las posibilidades logísticas del campo”.

En una segunda campaña, en marzo de 2024 realizaron tres o cuatro arreos experimentales, “para determinar cuáles son sus vías de escape y ver si podíamos llevar a los animales hasta el lugar donde nosotros queríamos poner la manga”, agregó.

Así, comenzaron a construir los prototipos de estructuras necesarias para realizar el manejo de los guanacos, dentro de protocolos de buenas prácticas, con herramientas específicas o estructuras que son diferentes a las utilizadas en general para el manejo de ovejas.

“El tema de la esquila de guanacos en silvestría, con buenas prácticas, me pareció una alternativa complementaria, novedosa. Impulsamos el desarrollo de la misma y ponemos compromiso para dar inicio a la posibilidad de una producción mixta entre la fauna y la ganadería; buscamos que más productores se sumen a esto. La idea es desarrollarla y plantearla como alternativa”, dijo Tobías De Lillo, productor que está a cargo del establecimiento “La Rosa”. 

Explicó que la firma del convenio y trabajar con actores del sistema científico, “nos permite tomar al guanaco, que es considerado como un problema, como parte de una solución”. 
Carmanchahi dijo que la intención es que convivan las dos alternativas de producción, junto a la cría de ovinos.

Cuidado y bienestar animal

La fibra se saca del animal cumpliendo con protocolos de buenas prácticas, lo que proporciona la posibilidad de certificarla. Una empresa que está certificando estos procesos es Wildlife Friendly, que verifica el cumplimiento de los estándares de bienestar animal durante el manejo de los guanacos silvestres.

Carmanchahi explicó que estos protocolos que desarrollaron son parte del Plan Nacional de Manejo de Guanacos y de los Planes Provinciales de Chubut y Santa Cruz. “Para definir estos protocolos realizamos investigaciones científicas que nos ayudaron a definir acciones de manejo. En este sentido, evaluamos la respuesta fisiológica, midiendo los niveles de cortisol, hormona que se expresa en el proceso de estrés, y encontramos que se incrementaban con el tiempo en los animales que estaban encerrados”, dijo.

También “evaluamos el impacto de esta actividad sobre parámetros comportamentales y sociales y pudimos observar que el hacinamiento en los corrales incrementa los comportamientos de malestar”.

A partir de estos datos definieron un número óptimo de animales por corral para evitar que se expresen estos comportamientos.

Carmanchahi trabajó varios años con la cooperativa de pobladores rurales en Mendoza, en la Reserva Provincial La Payunia donde, a partir de una iniciativa estatal, se instaló una hilandería específicamente para procesar fibra de guanaco. Con los productores proyectan obtener la fibra, hacer el procesamiento (la fibra descerdada duplica su valor) y potenciar un polo de producción primaria en la región de Chubut y Santa Cruz.
 

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