COP16
Invertir para salvar a la naturaleza
El eje del debate en la cumbre sobre diversidad de la ONU, que se realiza en Colombia, se centró en la necesidad de movilizar recursos para cumplir con las metas de sustentabilidad
La destrucción de la naturaleza “supondría para la economía mundial una pérdida de billones de dólares al año, siendo los más pobres los más afectados”, fue el planteo que realizó el secretario general de Naciones Unidas (ONU), António Guterres, durante la apertura de la COP16, la conferencia mundial del organismo sobre la biodiversidad que se está realizando en Cali (Colombia), y de la que participan más de 200 países.
Todos los Estados que se dieron cita en la cumbre llegan con las tareas a medio hacer ya que la mayoría no podrá llegar a cumplir las metas trazadas en la Agenda 2030. De hecho, Guterres, reprendió a los delegados diciendo que el mundo no estaba en condiciones de cumplir esos objetivos de 2030 e instó a los presentes a comprometerse con importantes inversiones para materializar las promesas.
De hecho, en la primera sesión de trabajo hubo consenso en que los casi 200 países reunidos en Colombia deben actuar urgentemente para movilizar miles de millones de dólares para detener la rápida destrucción de la naturaleza. "El planeta no tiene tiempo que perder", dijo la presidenta de la COP16, Susana Muhamad, en la reunión inaugural en Cali.
"Todos estamos de acuerdo en que no contamos con los fondos suficientes para esta misión", afirmó Muhamad, quien también es ministro de Medio Ambiente de Colombia.
Dos años antes, los países adoptaron el histórico acuerdo Marco Mundial para la Diversidad Biológica Kunming-Montreal, con una lista de 23 objetivos para ayudar a detener la pérdida de la naturaleza para 2030. La COP16 tiene la tarea de determinar cómo implementar ese acuerdo, que incluye encontrar 200 mil millones de dólares por año para la conservación.
Los países crearon el Fondo Marco Mundial para la Diversidad Biológica el año pasado, pero los oradores en la apertura de la cumbre lamentaron que hasta ahora sólo haya recaudado millones y no los miles de millones previstos.
El principal negociador de Brasil, André Correa do Lago, dijo en la sesión plenaria de apertura que la falta de donaciones al fondo generaba preocupación de que no sería capaz de cumplir los objetivos del marco.
Los países desarrollados acordaron en el marco de la biodiversidad proporcionar a las naciones en desarrollo 20.000 millones de dólares anuales ya en 2025, un aumento respecto de los 15.400 millones de dólares anuales en 2022, según las últimas cifras disponibles de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde). Correa do Lago dijo que esa brecha necesita ser llenada de una manera que no endeude aún más a los países en desarrollo.
Incluyendo las finanzas, Muhamad enumeró una amplia gama de temas de la agenda que debían llevarse a cabo para que la COP16 fuera considerada un éxito, incluyendo hacer un balance de las promesas de biodiversidad de las naciones, aumentar la inclusión de los indígenas en las decisiones de conservación y acordar una forma para que los países paguen por compartir material genético.
Pero también en el encuentro se pusieron en cuestión algunos aspectos vinculados con la sustentabilidad, como la comercialización de los créditos de CO2 para compensar las emisiones de gases de efecto invernadero.
El Instituto Forestal Europeo publicó un informe que pone en duda las bondades del actual sistema de créditos voluntarios de CO2 para mantener los bosques y concluyó que lo mejor para promover una gestión forestal que garantice su resiliencia y alcanzar los objetivos climáticos sería incentivar financieramente a sus dueños para sostenerlos.
También se observó el avance de las explotaciones mineras e hidrocarburíferas sobre bosques nativos. Según indicó Juan Pablo Osornio, director de Compromiso de Earth Insight, más de 500 áreas clave de biodiversidad y 180 millones de hectáreas de bosques están afectadas, especialmente en las cuencas del Amazonas, del Congo y el sudeste asiático. “Estas regiones, que suman 25,4 millones de hectáreas de áreas protegidas, están superpuestas por bloques de petróleo y gas”, denunció el informe titulado “Ventana de oportunidad que se cierra: Mapeo de amenazas del petróleo”, presentado por la organización en la COP16 de Biodiversidad.