Reciclan pelo humano para cuidar el agua y el suelo

Que un solo corte de pelo pueda descontaminar 20 mil litros de agua es un concepto potente y Julián Osuna lo sabe. El joven ingeniero industrial de 34 años lleva adelante junto a su socio Mariano Suárez una experiencia de reciclaje de pelo humano que comenzó en 2021 y a partir de la cual constituyeron en la localidad bonaerense de Quilmes MOT Argentina (Matter of Trust por sus siglas en inglés). Se trata de la pata local de la organización internacional que funciona en más de 40 países del mundo, y que ellos pusieron en marcha como cooperativa y donde producen dos productos a base de pelo que cuidan el agua y mejoran la absorción de los nutrientes en los suelos. 

El proyecto se sustenta básicamente en aprovechar al máximo las características propias del pelo: repeler el agua y absorber los aceites. De ese modo, los cinco integrantes de MOT Argentina buscan evitar que la disposición final de este residuo se lleve adelante en rellenos sanitarios. 

“Si bien el pelo en sí mismo no es un contaminante, desechado en grandes cantidades genera gases de efecto invernadero y tienen un proceso de descomposición muy lento”, explicó Osuna a Ecobiz. 

La pregunta obligada es qué hacen con el pelo que colectan a través de una red de peluquerías adheridas, e incluso que reciben por correo y a través de consultas en @mot_argentina. La respuesta son productos  vinculados al ahorro y la descontaminación del agua que se fabrican a través de un proceso que se inicia manualmente  y que se completa a través de una máquina. 

Hecho a base de pelo

Agropelo es uno de los dos productos que se ofrecen y es un enhebrado hecho ciento por ciento de pelo, que puede usarse sobre pequeñas superficies como macetas o grandes, como huertas y jardines.

Una vez recibido, y pasados los 15 días para la eliminación de material biológico, el trabajo se inicia a mano separando las diferentes extensiones que luego se enhebran para confeccionar planchas cuadradas de 60 centímetros, que luego se recortan en diferentes tamaños. 

“Eso se comercializa tanto para uso doméstico como para viveros, huertas y espacios de mayor extensión”, explica el ingeniero, que señala que las planchas sobre la tierra permiten un ahorro de agua del hasta el 50%, así como por su descomposición aporta nutrientes al suelo para el potencial crecimiento de las plantas en por lo menos un 20%. 

Los datos, señala, son citados de un estudio llevado adelante por los equipos chilenos de MOT que realizaron una experiencia nada menos que en el desierto de Atacama, al norte del país andino. 

“Allí, se hizo un desarrollo con todos los parámetros de la investigación y los datos fueron concluyentes: las plantaciones de maíz en Atacama utilizando estos sistemas duplicaron su producción”, afirma el emprendedor, sin dejar de remarcar que se trata de uno de los escenarios, tal como su nombre lo indica, de suelos más desérticos del mundo. 

Pero además de la “capacidad de renegar los suelos y mejorar la apropiación de los nutrientes”, el pelo sobre todo tiene la capacidad de captar hasta siete veces su peso en hidrocarburos. 

Por eso, el segundo de los productos que produce MOT Argentina, el Petro Pelo, se confecciona justamente para ser colocado en el agua con la función principal de absorber aceites, combustibles y derivados de petróleo, o también funciona sobre superficies sólidas. 

No sólo pensando en grandes derrames, estos rollos rellenos de pelo se colocan en el agua con boyas y malla de diferentes materiales se ofrecen para ser utilizados en muelles, clubes náuticos, industrias y diferentes espacios donde la manipulación de combustibles para funcionar como absorbentes.  

Una organización horizontal

Osuna recuerda que la pregunta sobre qué hacemos con el pelo que desechamos fue la que en plena elaboración de su tesis de grado disparó la inquietud y de allí el contacto con MOT Chile que lo llevó a conformar la entidad en Argentina.

“Matter of trust es una organización que busca impulsar el reciclaje del pelo a nivel mundial, que tiene un funcionamiento muy horizontal y que cada una de sus sedes funciona de modo autónomo”, cuenta sobre la conformación del espacio en Argentina que tomó la forma de cooperativa, pero que en otras partes del mundo, como Chile y Estados Unidos, funciona con otras figuras.

Así, lo que comenzó como un interrogante académico, se propone transformar la gestión de residuos en la Argentina. Y ellos mismos lo sintetizan: “Reciclamos algo que siempre se desechó, acumulándose en rellenos sanitarios, generando emisiones de efecto invernadero y grandes costos ambientales y económicos. Pero además lo estamos procesando para que sirva para el cuidado del agua y la tierra. No sólo prevenimos el daño ambiental, sino que lo remediamos”.