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17.08.2024

Finanzas sostenibles

Los instrumentos financieros verdes empiezan a germinar en Argentina

Con cifras récords en 2023, los instrumentos para financiar proyectos sustentables crecen y se diversifican en Argentina

Por: Eugenia Langone mail

La economía “verde” crece y se diversifica, y eso se refleja en el mundo de las finanzas. Los especialistas afirman que en Argentina las alternativas de inversión se multiplican, así como los instrumentos en el mercado

En datos duros, el 2023 se mostró como un año récord: se aceleró la velocidad de desarrollo que las finanzas sostenibles habían tenido en 2022, se batió un nuevo récord en términos de cantidad de emisiones de instrumentos de inversión y se superó en un 47% a las realizadas en 2022. Aunque se parte de una baja base de comparación, el movimiento es auspicioso.

Con esos guarismos, el año pasado fue el segundo periodo consecutivo con mayor crecimiento anual de emisiones e incluso sumaron las Letras como un nuevo instrumento, de acuerdo al último informe presentado por Bolsas y Mercados de Argentina (Byma) con datos al 31 de diciembre. 

En el mismo sentido, los informes de la Comisión Nacional de Valores (CNV) sobre el Mercado de Deuda Sostenible argentina mostraron la progresión: de 2019 a 2023, las emisiones de Bonos Sociales, Verdes y Sustentables (SVS) crecieron de sólo 1 a 72, las cuales obtuvieron un financiamiento por más de u$s 1.500 millones. 

Aún con todo ese viento a favor, los especialistas del mercado advierten que es un camino “en construcción” y “desarrollo”.

Un negocio “con convicción”

Consultado por Ecobiz, Fernando Luciani, director ejecutivo del Mercado Argentino de Valores (MAV), fue claro en decir que se trata de “un negocio que se está desarrollando a partir de la convicción que existe hoy en todas las empresas respecto de la sustentabilidad y el triple impacto”

Es más, indicó que en los “últimos cinco años hubo una apropiación de esos conceptos por parte de las empresas y los fondos comunes de inversión”, lo que se tradujo en instrumentos concretos: bonos SVS, obligaciones negociables, fondos comunes de inversión, títulos públicos y fideicomisos financieros, entre otros. De hecho, más que el monto del financiamiento logrado en 2023, destacó “la mayor cantidad de emisiones” que se dieron en el mercado. 

Ese dato también quedó registrado en el informe de Byma sobre los instrumentos que hubo en el mercado eñ año pasado, que se concentraron en un 48% en Obligaciones Negociables con 30 emisiones, mientras que el 52% restante se distribuyó entre ON Pymes CNV Garantizadas, ON Pymes, Títulos de Deuda, Fideicomisos Financieros, Fondo Común de Inversión y, por primera vez, Letras.

“Lo que empieza a suceder a partir de que todo eso se hace más estable es que empieza a haber más bonos con esos atributos y aparece la tendencia”, señaló el especialista, y agregó un dato del mercado argentino y de la zona núcleo productiva argentina en particular. “En el MAV lo que estamos viendo es que hay productos, por ejemplo, vinculados a pagarés y cheques que son vendidos por un emisor que son empresas con certificaciones llamadas verdes y ese es un elemento más a la hora de ofrecer ese producto”, aseveró.

Dicho todo esto, Luciani no dejó de señalar que se trata de avances que todavía representan porcentajes muy menores del total del mercado, sin querer arriesgar números. “Son movimientos emergentes que se hacen todavía con la convicción de trabajar en el concepto más que sobre un producto totalmente consolidado y rentable -agregó-. Hablamos aún de una tendencia, algo incipiente que además debe ir adaptando las estructuras de acuerdo a la oferta y la demanda”. 

La mirada de los bancos

Natalia Diruscio, gerenta de de Finanzas Sostenibles del Banco Municipal de Rosario (BM), es una de las responsables de llevar adelante el proceso de unificar los intereses del mundo de los negocios y de la sostenibilidad, fundamentalmente a partir del Protocolo de Finanzas Sostenibles de 2019 y al cual la entidad adhirió en 2o21.

“Son mundos que están en un contacto bastante estrecho, ya que para poder volver sostenibles las actividades se requieren inversiones del sector financiero que esté dispuesto a financiarlas y es un aspecto importante para apalancar el desarrollo de la producción sostenible”, explicó Diruscio, convencida, por otra parte, de que cada vez más “los inversores quieren dejar el dinero en los bancos y están interesados en que su dinero tenga un destino que consideren mejora el ambiente, el mundo y la economía, es decir, lo que llamamos invertir sin dejar de buscar rentabilidad, pero con un propósito”.

Aunque al igual que Luciani no omite afirmar que se trata de “un cambio de mirada que está en plena construcción”, la gerenta del BM tampoco deja de asegurar que “es un mundo donde hay oportunidades de negocios, porque hay mucho por hacer y mucho por invertir”. 

Como ejemplo, Diruscio se refirió a las energías renovables. “Para una empresa que busca trabajar en eficiencia energética y en tener una fuente de energía, eso puede ser un ahorro a futuro, pero requiere de una inversión que tiene un costo", explicó. "Quien provea la energía renovable tiene un negocio por hacer y ante estos casos, para los bancos financiar es una oportunidad y tiene un retorno”, agregó. 

Sobre ese punto, indicó que en este tipo de proyectos “no se financia a tasa cero o negativa, sino que siempre hay un retorno”, e incluso que "se busca que ese retorno sea similar a otras inversiones, porque es una búsqueda y hay oportunidades reales y hay quienes encontraron negocios de impacto muy exitosos”, entendiendo por eso al doble objetivo de “producir un negocio de impacto positivo en el ambiente y al mismo tiempo que reporte dinero, porque nadie habla de filantropía”.

De esta manera, tal como expresó Luciani “desde los bancos lo que se hace es adaptar las líneas de préstamos convencionales, pero aplicando una mejora de tasa cuando lo que se financia cumple con determinados requisitos de sustentabilidad”, dijo Diruscio.

Sobre ese ecosistema, la ejecutiva destacó que tanto BM como otras entidades “tenemos líneas desarrolladas de impacto ambiental que buscamos mejorar para que sean más atractivas”. Y la hora de ponerle números al movimiento de la “economía de la sustentabilidad”, la gerenta del BM señaló que se trata de un volumen “cuyos índices no están todavía determinados en un ciento por ciento en las empresas, pero definir el alcance de la medida sería un primer paso”, concluyó.

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