Calentamiento global
Suman verde y restan cocheras para habilitar grandes edificios en Rosario
Conocé las exigencias que fija una nueva ordenanza para desarrollos en grandes superficies del área central y avenidas, orientadas a mitigar los efectos del cambio climático
Por: Eugenia Langone mail
En Rosario se aprobó una ordenanza que fija nuevos criterios ambientales para la construcción en altura sobre grandes superficies en el área central y avenidas, con la intención de mitigar los efectos del cambio climático. El objetivo es reducir las “islas de calor” provocadas por las altas temperaturas que demandan mayor uso de energía y favorecer la absorción de los suelos para atemperar el impacto de las lluvias en la ciudad.
La normativa 10.813/25, aprobada por el Concejo Municipal, exige a los desarrolladores inmobiliarios que la construcción en altura se realice mediante la figura de torre con perímetro libre, es decir, que la edificación tenga un deslinde mínimo de las medianeras de 6 metros, para garantizar el ingreso de luz y ventilación a las unidades de departamentos.
Es un requisito que sólo regirá para el área central y corredores urbanos y se aplicará sobre terrenos de entre 1.000 y 5.000 metros cuadrados.
La ordenanza va un paso más allá y establece la obligación de contar con una cobertura vegetal mínima del 30% de la superficie total del terreno, que incluso puede desarrollarse como terrazas verdes.
Para quienes utilicen ese porcentaje de suelo absorbente, está contemplado un beneficio: quedarán exentos de construir hasta un 20% del total de cocheras que hoy exige la norma.
La norma va en línea con la idea de dar respuestas a los efectos adversos que genera el calentamiento en las ciudades y los perjuicios que acarrea. También se inscribe dentro del Plan de Infraestructura Verde (PIV) que viene desarrollando la secretaría de Planeamiento de la Municipalidad de Rosario. “Es un enfoque ambiental de cara a la construcción de las ciudades del siglo XXI y la mitigación del calentamiento que sufren”, detalló Pablo Florio, subsecretario del área.
El funcionario detalló que la iniciativa que aprobó el Concejo Municipal unificó criterios para los nuevos proyectos inmobiliarios en la ciudad, que además tiene una “tradición de construcción en altura”.
Ahora la intención fue sumarle componentes que permitan contribuir al cuidado del ambiente y el bienestar de las personas. “Hablamos de torres construidas en terrenos de un mínimo de 1.000 metros, que no podrán ir de medianera a medianera, sino que deberán respetar deslindes mínimos de 6 metros”, especificó. “Eso permite la permeabilidad de la manzana haciendo lugar al ingreso de aire, luz y ventilación en cada uno de los ambientes de las unidades”, detalló el arquitecto.
Cómo y dónde construir
Lo que marcará la altura permitida será justamente la distancia de deslinde, que multiplicada por 12 dará como resultado los metros habilitados a construir. Así, respetando el mínimo de 6 metros, la altura máxima para la torre será de 72 metros, y queda establecido un máximo de 120 metros para los terrenos que tengan espacio suficiente para que la distancia alcance los 10 metros.
“Los terrenos que tienen las dimensiones necesarias para alcanzar esa altura son los menos, por lo cual la ciudad no se va a llenar de torres de 120 metros sino que serán la excepción”, aclaró Florio.
Además, remarcó que la apuesta es para el área central de la ciudad, es decir, el primer anillo de bulevar Oroño, Pellegrini y el río, así como los corredores urbanos sobre avenidas importantes.
“Esto no sólo tiene que ver con volver a habitar el centro de la ciudad, sino además con la infraestructura ya existente que está en condiciones de recibir esta tipología”, continuó.
“Son sectores donde si es necesario mejorar sus posibilidades, se puede hacer con inversiones no tan grandes en relación a la gente que va a vivir. No se trata de llevar electricidad y cloacas a la otra punta de la ciudad”, aseveró.
El funcionario explicó que el área central y determinados puntos de su territorio “son los que más se perjudican por el calentamiento urbano en lo que se denomina isla de calor”, y detalló que “para accionar sobre eso, estamos trabajando en políticas públicas que tengan que ver con aumentar mucho el suelo verde, lo que se traduce en todas las intervenciones de plazas y de veredas para aumentar el suelo absorbente”.
A eso se suman estas nuevas exigencias a los desarrolladores establecidas en la ordenanza. “Aumentar el verde donde no existe y hacer que un edificio en torre tenga un mínimo del 30% de su superficie de lote con cobertura vegetal resulta un aporte significativo”, afirmó.
Las terrazas verdes están pensadas como espacios que garantizan que las unidades construidas por debajo sean más frescas, lo que redunda en un mejor uso de la energía y menor necesidad de aclimatar los ambientes.
En tanto, para menguar los efectos de los fenómenos climáticos extremos como la lluvia, se establecieron los incentivos para que las constructoras aporten un 30% de suelo verde que sea realmente absorbente, reduciendo la exigencia de construcción de cocheras. "Es un beneficio importante pensando en que las cocheras significan siempre un esfuerzo constructivo grande", dijo Florio.
Pero sobre todo son cambios que "se proponen incentivar y no obligar" en el proceso de transformación y adecuación que también las ciudades requieren para hacer frente al cambio climático.


