Actualidad
07.11.2025

Congreso ISWA

La industria del reciclado cruje por falta de demanda y bajos precios

En Argentina el sector atraviesa una crisis que afecta no sólo el aspecto ambiental, sino también laboral y social. Conocé qué opina cada actor de la cadena

Por: Gabriela Arias mail

El reciclado en Argentina atraviesa un momento crítico. La menor demanda de materiales, la caída de los precios y el repliegue del Estado ponen en jaque toda una cadena de valor que se consolidó en el tiempo y que ahora cruje y afecta no sólo al ambiente sino al trabajo y la inclusión social que la actividad genera en los territorios.

La producción de la industria recicladora de plásticos cayó 85 mil toneladas entre 2022 y 2024, y en sólo dos años pasó de 318 mil toneladas a 233 mil, según indicó José Luis Picone, director ejecutivo de la Cámara Argentina de la Industria de Reciclados Plásticos (Cairplas), en el marco del Congreso y Exposición Mundial 2025 de ISWA (International Solid Waste Association) y la Asociación para Estudio de los Residuos Sólidos, cuyo lema fue “Hacia un futuro sin residuos o un planeta sin futuro”, donde se dio un intenso debate sobre los “Desafíos del reciclado en Argentina”. 

"La ecuación es simple: sin demanda de material reciclado, no hay reciclado industrial; y sin reciclado industrial, no hay economía circular”, advirtió el especialista.

Durante el Congreso ISWA distintos referentes del sector coincidieron en que frente a este panorama desalentador, lo que queda es retomar el compromiso y la acción. ¿La clave? La articulación y el trabajo conjunto de todos los actores involucrados.

“Hoy el reciclado no está en crisis por falta de voluntad, sino por falta de reglas claras”, resumió Manuel Mateu, especialista en gestión integral de residuos. Con más de una década de experiencia en programas públicos y multilaterales —fue coordinador del programa Girsu del Ministerio de Ambiente y consultor para el BID y Naciones Unidas—, coordinó un panel donde participaron todos los actores: cooperativas, industria y fundaciones. “La idea es debatir desde las diferencias, no desde la trinchera”, explicó.

Un contexto que encendió las alarmas

Picone explicó que esta crisis no es sólo local. El precio del petróleo cayó y el PET virgen se volvió más barato que el reciclado. “Cuando el plástico nuevo cuesta menos que el recuperado, la industria elige importar antes que comprar localmente”, señaló. La consecuencia directa es una contracción del mercado, con empresas que reducen operaciones y una pérdida de empleos en toda la cadena.

En el panel "Desafíos del reciclado en Argentina", todos los actores de la cadena explicaron la situación del sector.

Desde Cairplas insisten en que una ley de envases con contenido reciclado obligatorio es clave para revertir esta tendencia. “Llevamos más de 20 años esperando una norma efectiva. Si no hay metas claras de recuperación y uso de material reciclado, el sistema se cae”, concluyó.

Esa demanda fue la que planteó Giselle Baiguera de Fundación Avina quien planteó que una ley de envases moderna, justa y participativa sería la oportunidad de construir un modelo de economía circular que no deje a nadie afuera.

Pero además llevó la discusión hacia el concepto de reciclaje inclusivo, es decir el que integra a las cooperativas y reconoce formalmente el rol de los recuperadores urbanos como parte del sistema público de gestión de residuos.

Avina, que impulsa el proyecto Reciclaje Inclusivo en Argentina junto a la plataforma Latitud R y con apoyo del BID, trabaja desde hace más de una década fortaleciendo cooperativas en más de 30 ciudades del país. “Las empresas no pueden mirar para otro lado. La responsabilidad extendida del productor tiene que dejar de ser una consigna voluntaria para transformarse en una práctica real”, sostuvo Baiguera. 

El impacto social detrás del cartón

Del otro lado de la cadena, Matías Capobianco, de Recicladores Unidos de La Matanza, retrató una realidad igual de compleja. “Los precios del cartón, del plástico y del vidrio se desplomaron. Lo que antes alcanzaba para parar la olla, hoy no llega ni para la garrafa”, graficó. 

Y contó la realidad que viven muchos cartoneros: “Con la apertura de importaciones y la baja del precio del cartón, la rentabilidad cayó drásticamente. En 2023 vendíamos a 360 pesos el kilo, hoy a 100. Y en muchos barrios no llega ni a eso”.

Según explicó el referente social, el derrumbe de los valores de venta afectó directamente a los ingresos de miles de recuperadores urbanos. “Es una situación de vulnerabilidad extrema. Sin una política que proteja el trabajo de quienes recuperan materiales, se pierde inclusión y se agrava la desigualdad”, planteó.

El testimonio reflejó con fuerza el costado social del reciclado: sin un sistema que garantice precios justos y acompañamiento estatal, se pierden no solo materiales, sino también oportunidades de inclusión y de trabajo digno.

El reciclado genera trabajo e inclusión social en los territorios.

Una voz que interpela

Así lo dejó claro Alicia Montoya, dirigente histórica del movimiento cartonero y fundadora de la cooperativa El Álamo. Con su estilo frontal y comprometido, marcó un punto de inflexión en la charla. “No nos dejemos engañar: es la sociedad civil, son los trabajadores organizados, los que pueden revertir el cuadro de ambiente que se cae a pedazos”, dijo.

Consideró que de esta situación crítica “vamos a salir con la sociedad civil, los estudiantes, trabajadores del sector y con aquellas empresas –como las recicladoras– que se comprometan”.

Pinamar: cuando la articulación da resultados

Una experiencia más alentadora llegó desde la Costa Atlántica. Leonardo Carlos Méndez, presidente de la cooperativa Reciclando Conciencia de Pinamar, mostró que el trabajo conjunto entre municipios, políticas públicas y organizaciones puede sostenerse en el tiempo.

Nacida en 2010 desde el activismo ambiental, la cooperativa se formalizó en 2014 y hoy cuenta con 46 socios productivos. En 2025 procesará más de 2.100 toneladas de residuos, frente a las 320 que manejaba en 2016. “Logramos mantener la planta funcionando gracias a convenios con el municipio y a normativas como la resolución 317, que permite cobrar un servicio a los grandes generadores”, explicó Méndez. La cooperativa también impulsa programas de educación ambiental y visitas escolares que ya alcanzaron a más de 10.000 alumnos.

“Cuando hay apoyo institucional y reglas de juego claras, el reciclado puede ser un motor de empleo y de conciencia”, afirmó.

Pero en este esquema son claves las políticas públicas claras. “Estamos viendo el cierre de programas clave como Argentina Recicla y la devolución de fondos internacionales que ya estaban aprobados.Si no hay reglas de juego que den previsibilidad, se corre el riesgo de que la cadena del reciclado se desarme”, dijo.

El especialista insistió en que el desafío es global y no admite dilaciones. “La contaminación por plásticos, los microplásticos en el mar, los basurales a cielo abierto son temas que el mundo ya está discutiendo. No podemos seguir postergando esta agenda”, concluyó. 
 

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