Fierros verdes
La industria se pone el overol para lograr una producción más limpia
Los sectores con mayor huella ambiental avanzan en la modificación de matriz productiva. Aquí te contamos casos y tendencias
Por: Eugenia Langone mail
En Santa Fe, la compañía Motores Czerweny muestra en primera persona cómo una pyme industrial puede animarse a virar hacia proyectos sustentables. Hace ocho años, la empresa inició un recorrido que no estuvo exento de tropiezos: primero intentó con energía eólica, pero la geografía provincial no lo hacía viable. Luego apostó a motores para bicicletas eléctricas, un proyecto que se frenó ante la falta de articulación público-privada y el avance de la importación. Finalmente, redirigió su estrategia hacia soluciones vinculadas a la energía solar, donde encontró más posibilidades de desarrollo y participa en el mercado de las renovables con productos como bombas de pozo profundo, autocebantes de piscina y para autoconsumo eléctrico.
Hoy, la firma prepara un lanzamiento previsto para fines de 2025: motores con eficiencia energética que buscan convertirse en una nueva carta de innovación en el sector. “Siempre pensamos en qué más podemos hacer porque entendemos que la eficiencia es importante. Hay un camino de inversión privada, pero tiene que haber un acompañamiento del sector público”, subrayó Carina Ayub, al frente de la empresa e integrante de la Organización de Mujeres Empresarias (Oame).
La experiencia de Czerweny no es aislada y un caso que muestra cómo las compañías comienzan a transitar ese camino Alejandra Rízoli, de la Cámara de Comercio e Industria Suizo-Argentina, señaló que la sostenibilidad ya no es un asunto marginal en la agenda corporativa. “Nuestro Comité de Sostenibilidad y Ambiente es el que más creció e interés despertó en muchas de las grandes empresas”, explicó en el marco de un debate que se dio en la Semana del Clima en Rosario, sobre los cambios que la matriz industrial tiene por delante en el camino hacia la sostenibilidad, que incluyeron desde el financiamiento hasta el marco regulatorio, la medición del impacto y las posibilidades de llevar la sustentabilidad al sector más duro de la industria, como son la minería, gas y petróleo.
Incluso en sectores más complejos, como minería, gas y petróleo, hay avances. La Cámara Empresaria de Ambiente y Sostenibilidad (Cemas) trabaja en nodos regionales en Comahue - donde muchas empresas trabajan directamente como parte de la cadena de valor de compañías exploradoras y productoras de gas y petróleo - y en poco tiempo más se propone avanzar en el que denominarán Nodo Cuyo para acompañar cadenas de valor vinculadas directamente con hidrocarburos. “El desafío no es desarrollar proyectos políticamente correctos, sino trabajar en los sectores que más preocupan a los ambientalistas”, sostiene Marcela García Canosa, gerenta de la entidad. “Se trata de regular, no de prohibir”, agregó.
“En la industria blanda es fácil hacer proyectos y quedar bien en el tema de sostenibilidad, pero el gran desafío es hacerlo en sectores cuestionados - como minería, gas y petróleo - que son difíciles y donde realmente podemos hacer algo importante”, apuntó García Canosa y remarcó la necesidad de una legislación ambiental clara.
Financiamiento y marco regulatorio
Pero más allá de los casos, el debate estructural se centra en la falta de condiciones para sostener proyectos a largo plazo. “El crédito promedio en Argentina para este tipo de iniciativas es de 48 meses, cuando en el mundo hablamos de diez años”, advirtieron empresarios y dirigentes empresarios que participaron en Rosario de la Semana del Clima.
Mariano Ferrazzini, de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe), fue categórico: “El primer desafío que enfrentamos es el financiero”. Y sumó otro obstáculo clave: la falta de un marco regulatorio sólido. “Santa Fe es la segunda provincia consumidora de energía eléctrica del país y la única que no tiene ni marco regulatorio ni ente regulador. Esto limita cualquier transformación en su matriz energética, que explica alrededor del 50% de la huella de carbono industrial”, señaló.
A la par, aseguró que la capacitación también aparece como un requisito: formar recursos humanos con capacidad técnica en sostenibilidad para que los proyectos no se frenen por falta de especialistas.
Una agenda que ya no se discute
El consenso entre empresarios y cámaras es que la sostenibilidad dejó de ser opcional. Lo que está en juego es cómo y en qué plazos se podrán dar las transformaciones necesarias en sectores productivos que van desde la metalmecánica hasta la petroquímica.
“El cambio ya es una necesidad”, resumió Ayub. “Cada uno, desde un puesto de decisión en una compañía o en su propia casa, puede ponerse al frente de acciones que mejoren la calidad de vida y el cuidado del medio ambiente”.

