ADN sustentable
Alimentan al ganado y hacen crecer un negocio con propósito
Desde Tornquist una pyme familiar fue más allá de la eficiencia productiva para apostar por el triple impacto, y tuvo éxito. Aquí los detalles de ese proceso
Por: Juan Ignacio Paur mail
En el corazón del partido de Tornquist, provincia de Buenos Aires, una pyme familiar decidió transformar su forma de producir. Desde 1994, Crecer Alimentos Balanceados elabora alimentos para animales —bovinos, ovinos, porcinos, aves, conejos y equinos— abasteciendo a productores rurales de toda la región y el país. En los últimos años, esta empresa, fundada por Cecilia Inchausti, ingeniera agrónoma y gerente técnica, fue más allá de la eficiencia productiva para apostar al triple impacto: económico, ambiental y social.
Una de las primeras iniciativas fue la instalación de paneles solares en la planta, que actualmente generan entre el 20 % y el 25 % del consumo eléctrico del establecimiento y permiten inyectar el excedente a la red.
Por otra parte, todo el embalaje es 100 % reciclable y utilizan tintas seguras, mientras miden y controlan continuamente el consumo energético para optimizarlo.
Respecto de las materias primas, Crecer prioriza el uso de subproductos agroindustriales locales —como afrechillo de trigo, residuos de malta, girasol, cebada o subproductos de soja— para formular alimentos balanceados eficientes. Aunque estos no bastan por sí solos, combinados aportan valor nutricional y reducen el desperdicio.
Desde sus inicios, la planta se instaló junto a un molino harinero, lo que facilitó el aprovechamiento directo del afrechillo y este uso inteligente de recursos les permitió evolucionar hacia un modelo de economía circular, sin costos adicionales de transporte o logística.
De esta manera, la reducción de insumos vírgenes no solo optimiza el costo de producción, sino que responde a una creciente demanda de clientes que valoran la trazabilidad y el bajo impacto ambiental en la cadena alimentaria.
Un camino consciente
Desde junio de 2023, Crecer es una Empresa B certificada, comprometida no solo con el crecimiento económico, sino también con la sostenibilidad ambiental y un impacto social positivo en su entorno. Su historia, que va desde la incorporación de energía solar hasta la reutilización de subproductos agroindustriales en sus fórmulas, demuestra que incluso en localidades pequeñas se pueden construir modelos productivos justos, responsables y alineados con los desafíos ambientales actuales.
La historia de Crecer nació de una apuesta arriesgada pero decidida. En 1994, Cecilia Inchausti y su esposo, Alfredo Köhler, tomaron las riendas de una planta de alimentos balanceados que estaba en crisis y la refundaron con una fuerte impronta técnica y un compromiso con el desarrollo local.
Comenzaron con apenas tres personas y un modelo de producción artesanal, basado más en el trabajo que en el capital. Hoy, con un equipo de más de 25 trabajadores, Crecer produce más de 30.000 toneladas anuales de alimento para ganado y se ha consolidado como una firma reconocida por su cercanía con el productor, su enfoque personalizado y su compromiso con la innovación sustentable.
La transición hacia la sostenibilidad fue un proceso consciente que, en muchos sentidos, ya estaba implícito en la forma de trabajar de la empresa. “Nuestros propios clientes nos pedían que certificáramos: sentían que los valores de la sustentabilidad ya estaban en nuestra manera de hacer las cosas”, relata Inchausti. Con el apoyo de una consultora especializada, iniciaron una revisión interna que permitió alinear sus prácticas con los estándares del sistema B.
La certificación, obtenida en junio de 2023, formalizó un modo de trabajo y estableció un compromiso con la mejora continua que trasciende a las personas que hoy lideran la empresa: representa el ADN mismo de Crecer.
En esta evolución hacia un modelo sostenible, la empresa fortaleció su identidad combinando acciones internas, certificaciones y alianzas estratégicas. El proceso permitió alinear criterios sociales, ambientales y económicos con la nueva visión empresarial.
Además, Crecer mantiene una articulación activa desde hace más de dos décadas con el Inta Tornquist, promoviendo proyectos técnicos y de capacitación dirigidos a productores rurales. Las colaboraciones comenzaron en 2003 y se formalizaron mediante convenios actualizados en 2017 y 2021, extendiendo su alcance a toda la Patagonia. Estos acuerdos incluyen investigación en nutrición ovina y caprina, suplementación estratégica y adaptación al cambio climático.
A través de estas acciones, la empresa no solo fortalece la base técnica del sector, sino que impulsa una visión más sostenible en toda la cadena agroalimentaria.
Modernizar para ser eficiente
El proceso productivo también fue modernizado: se automatizó el embolsado, se incorporaron cintas elevadoras y se reemplazaron bolsas de 45 kg por formatos de 25 kg más manejables. Los operarios trabajan bajo protocolos de calidad ISO 9001 y participan regularmente en instancias de formación continua, que refuerzan una cultura laboral centrada en la excelencia, el cuidado del entorno y el bienestar de los trabajadores.
Estas transformaciones no solo consolidaron un modelo de producción más eficiente y respetuoso con el ambiente, sino que también fortalecieron la relación de Crecer con su red de proveedores, clientes y aliados estratégicos.
La apuesta por la sustentabilidad se volvió un diferencial competitivo: abrió nuevas puertas comerciales, mejoró los vínculos de confianza con los productores y estimuló alianzas de largo plazo con instituciones científicas y técnicas.
Hoy, el presente de Crecer sigue guiado por la mejora continua y la apertura a nuevos desafíos. La empresa proyecta su ingreso al mercado chileno, buscando nichos donde se valoren la trazabilidad, el impacto positivo y la producción consciente.
En esta etapa, se sumó el hijo de la pareja a la gestión empresarial. Como ingeniero industrial, está a cargo del control de procesos y del área financiera con la intención de profesionalizar la estructura sin perder el espíritu familiar. Como señala Inchausti, “la sustentabilidad es algo que atraviesa cada decisión, no importa quién esté al frente: es una forma de hacer las cosas”.
 


