Industria
28.02.2025

Producción más verde

Cambiaron petróleo por soja y le dan otro alimento a los transformadores

Investigadores de la UNL y Conicet junto a una empresa de Rafaela se juntaron para escalar un desarrollo que ya está patentado. Lograron seducir a una multinacional de la agroindustria

Por: Eugenia Langone mail

Una multinacional de la industria aceitera avanza hacia el uso de aceites ecológicos. El primer paso lo dio a través de la compra de equipos a la empresa de transformadores Inelpa que funcionan a base de un aceite dieléctrico biodegradable desarrollado íntegramente en Santa Fe. 

Con el impulso de la firma Aceites Especiales Santa Fe (Acesfe) que se acercó hace ya varios años a la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y al Conicet, los investigadores avanzaron en el desarrollo de Ecodielec 11, elaborado a base de soja, patentado en 2017, que ya fue probado por empresas de energía y que ahora llega a la agroindustria. 

El insumo, que viene a reemplazar los aceites producidos a base de minerales provenientes del petróleo, fue vendido a la multinacional del negocio agroindustrial por la compañía rafaelina Inelpa, que concretó la venta de los primeros 150 litros sobre el final del 2024. 

Si bien el desarrollo ya se venía utilizando en transformadores de la red de distribución de la Empresa Provincial de la Energía (EPE) y en la Usina Popular y Municipal de Tandil SEM, el investigador del Instituto de Investigaciones en Catálisis y Petroquímica (Incape-Conicet-UNL) y desarrollador del aceite, Juan Carlos Yori, afirmó a Ecobiz que este “es un paso fundamental” y agregó: “Antes de llegar hasta acá tuvimos que demostrar muchas cosas”. 

El experto no sólo remarcó el orgullo, sino además dos capacidades fundamentales de la ciencia santafesina: la de solucionar problemas que demanda la industria actual y de producir esta tecnología en el país sin depender de la importación.

El paso inicial

El paso inicial lo dieron los investigadores Alejandro José Pérez Bigot y Luis Oscar Schujman de Acesfe, que acercaron la demanda a los investigadores del instituto que avanzaron en el marco del Programa de Valorización, Desarrollo y Escalado de Procesos Agroindustriales (Provade) de la Facultad de Ingeniería Química (FIQ-UNL). 

“Nosotros lo que hicimos a partir de allí fue hacer todo el desarrollo, desde la búsqueda de la información y el trabajo en laboratorios hasta llegar a la escala industrial”, relató Yori sobre el trabajo previo. 

El expertise del Incape, señaló, es justamente “valorizar materias primas, como son los descartes de la agroindustria, y el desarrollo de aceites para biocombustibles y la valorización de la biomasa residual”. 

“Cuando empezamos no nos imaginamos que íbamos a tener una patente en 2017 y el derecho de propiedad sobre le proceso y el producto”, admite sobre el camino hecho desde los inicios, y destacó que llegan a la actualidad con “una experiencia privada en el uso de este aceite en transformadores de más de una década y muchos avales”.

En ese marco, insiste en la importancia del interés y el acuerdo con una empresa de la magnitud de una multinacional, porque no sólo es un “aval definitivo”, sino porque además les permite insistirle a las grandes usuarias de transformadores, como son las empresas de energía de las provincias - EPE en Santa Fe, Epec en Córdoba y Eper en Entre Ríos -  en avanzar en estas transformaciones. 

Incluso, Yori señaló que tuvieron contactos con YPF. “Ahí pudimos decir que tenemos en transformadores en funcionamiento con este aceite que llevan trabajando hace más de una década cuando la garantía de un equipo es de sólo dos años”, indicó. 

Tecnología al servicio de la industria

Actualmente, el equipo de investigadores de la UNL y el Conicet cuenta con una capacidad de producción de 300 litros diarios de Ecodielec 11. La misma se realiza en una planta piloto ubicada en el Contenedor Tecnológico "Dr. Gustavo Fester" en Ciudad Universitaria de la UNL.

Sin embargo, el investigador del Incape dijo que son las empresas del sector público y privado las que deben tomar la posta para impulsar los cambios. 

“La Universidad no está para producir y vender el producto, sino para generar el conocimiento y formar recursos humanos, por esto este paso es tan significativo en este momento del debate sobre el sistema científico nacional, que demuestra una vez más que sin ciencia y técnica no hay desarrollo”, afirmó. 

Competitivo, ecológico y eficiente

El Eocdielec 11 no sólo es un aceite dieléctrico, biodegradable y atóxico formulado para utilizarse en transformadores de distribución y potencia, que mejora la seguridad operativa gracias a su alto punto de inflamabilidad, sino que además es altamente competitivo en costos.

“Somos competitivos respecto del precio del mineral y también respecto de las potenciales posibilidades de aplicación porque esta es una tendencia en países de Europa y Estados Unidos, pero también en Brasil y Chile dentro de América latina”, dijo a Ecobiz. 

Y consideró que el caso de la venta a la multinacional concretada en diciembre es otra muestra de la “tendencia” mundial. “Estas son compañías que traen normativas ambientales internacionales, que están sometidas a determinadas normas ISO sobre todo en los aspectos ambientales y lo traen al país desde su casa matriz”, indicó.

Además de la eficiencia en las prestaciones, consideró central su bajo impacto ambiental. “Un derrame de un aceite mineral puede terminar en un curso de agua y en ese caso, los microorganismos demorarán cien años en biodegradarlo, mientras que el aceite a base de soja se transformará en apenas 28 días”, dijo. 

“Esta tecnología es una excelente propuesta para agregar valor a la industria de granos o como complemento de la industria de biodiesel”, explicó Yori.

Por otra parte, aseguró que “es amigable e inocuo, y la ventaja principal es que ante fuertes exigencias, como las que sufren las redes eléctricas en verano, el aceite evita que el transformador se prenda fuego y explote”, una característica que lo hace aún más atractivo para el sector industrial.
 

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