Tecnología y finanzas
Financian al agro y ahora quieren ayudarlo a monetizar la sostenibilidad
Es la plataforma digital argentina que conecta a productores con proveedores y bancos. Buscan acercar créditos más convenientes para quienes garanticen buenas prácticas agrícolas
Por: Eugenia Langone mail
La financiación a proyectos de triple impacto ya tiene vida propia y empezó a correr dentro del sector financiero que atiende a la economía real. “Tenemos grandes proveedores de insumos pero estamos buscando también sumar a quienes tengan toda una cartera de productos de triple impacto y crecer dentro de la cartera verde, que hoy es de un 2,5%”, aseveró Mercedes Saraceni, gerenta de Comunicación y Sostenibilidad de la plataforma digital para el agro Nera y añadió: “Nuestra intención es sumar”.
Nera, la app que conecta a quienes producen con proveedores y entidades financieras, sabe que este negocio no sólo crece sino que toma nuevas formas. La empresa salió al mercado en 2023 financiando a 4 mil agricultores de todo el país. A poco más de un año de ese lanzamiento, ya superó los u$s 1.200 millones en créditos a 6 mil productores, sumaron a 1.800 grandes proveedores de insumos y su red de financiamiento se amplió de un banco a cuatro: Galicia, Comafi, Santander y Banco del Sol.
“Tenemos expectativas”, dice Saraceni, y le suma números a esos objetivos. “Apuntamos sólo en este año a otorgar mil millones de dólares en financiación”, indica en diálogo con Ecobiz.
Tras participar semanas atrás del tercer Congreso de Distribuidores del Agro (CDA), donde el “green deal”, la huella de carbono, la digitalización y las oportunidades financieras fueron parte de la agenda, Saraceni apuntó a “las oportunidades” y las posibilidades de crecimiento que también hay en la transición hacia la sostenibilidad.
La ejecutiva explica que hace tiempo hay una tendencia notoria en “el incremento de la demanda de la trazabilidad de los alimentos, de su origen y producción, así como del origen de sus materias primas”.
Si bien aclara que es un rumbo que viene incentivado por los mercados del hemisferio Norte y tiene un mayor impacto en las grandes compañías, son estos jugadores globales los que “se dan vuelta a mirar al resto de la cadena para ver cómo producen”.

El proceso, señala, involucra desde exportadoras y corre acopios hasta la molienda y el productor. “En Nera lo que veíamos era que la inversión para llevar adelante los procesos de la manera que se requiere para respetar las buenas prácticas o certificar los productos, no tiene repago para el productor", explica.
Y agrega que eso mismo le sucede a "las insumeras y laboratorios que tienen que reportar a sus grupos de interés cómo trabajan y cómo están mitigando el impacto ambiental en sus fabricaciones”.
Frente a eso, la propuesta de la plataforma es “alentar el armado de programas de incentivos para monetizar esos esfuerzos”.
Basados en el core de su negocio, que es el entorno digital, desde Nera buscan acercar a todos los actores de la cadena diferentes modalidades de convenios para el acceso a créditos que pueden ser otorgados en función de las buenas prácticas agrícolas, de técnicas de agricultura regenerativa o captura de huella de carbono, entre otras.
“A los productores que lleven adelante estas prácticas se les asignan reducciones de tasas cuando le compran a los proveedores”, explica para detallar los beneficios por trabajar orientados a la sustentabilidad.
Por otra parte, detalla que tienen convenios con proveedores que son ciento por ciento sostenibles y donde el 95% de su oferta está vinculada a acciones como uso de energía solar, biodigestores y aplicaciones que reducen el impacto ambiental. En esos casos, “la tasa es diferencial porque el destino de la financiación es de triple impacto”, detalla.
Una oportunidad de negocio
Para Saraceni, el desafío es lograr un círculo virtuoso que integre la tecnología y la digitalización con la producción y que eso pueda sostenerse en el tiempo.
“Hoy la medición de la huella de carbono es un incentivo, pero en poco tiempo lo será cuando puedas demostrar el ahorro, la optimización de la huella y la captura de carbono en el suelo”, se adelanta.
Así y todo, destaca que “la historia que Argentina tiene para contar mucho como país productor en relación al mundo” y agrega que “hay prácticas que ahora son bandera en Estados Unidos y que aquí llevan muchos años ya desarrollándose”.
En ese contexto, el próximo paso es que “productores medianos y pequeños, que tienen números más ajustados, puedan pensar estas prácticas sostenidas en el tiempo y en los beneficios generales que significan para la gestión del campo, y no sólo como un adicional”, dice y asevera: “Hay que ponerse los lentes para que puedan pensarlo como una gran oportunidad de negocios”.