Balance 2024
Plásticos: un debate que se empantanó a nivel global
El 2024 cierra sin haber alcanzado un Tratado Global contra la Contaminación por Plásticos por falta de consensos. Organizaciones de Argentina reclaman un debate urgente
Por: Eugenia Langone mail
El Tratado Global contra la Contaminación por Plásticos, nada menos que la posibilidad de contar con un instrumento jurídicamente vinculante a nivel mundial, llegó al final del 2024 sin lograr un acuerdo unánime en temas clave.
El quinto período de sesiones del Comité Intergubernamental de Negociaciones que se llevó adelante a fines de noviembre en Busan, República de Corea, no pudo cerrar un texto definitivo y dejó abierta la puerta a nuevas discusiones en 2025.
Al cierre, la voz latinoamericana, que tuvo la delegación de Uruguay como vocera, consideró que “las negociaciones demostraron la falta de convergencia en asuntos esenciales para alcanzar el acuerdo ambicioso y efectivo que el mundo está esperando”.
Desde noviembre de 2022, Naciones Unidas impulsa un acuerdo global en torno a los plásticos para la regulación del ciclo de vida, desde su producción hasta su eliminación. La discusión ya tuvo varios capítulos y si bien llegaba a noviembre de 2024 con la intención de alcanzar un acuerdo definitivo, los expertos habían anticipado los obstáculos desde antes de su inicio.
La contaminación de plásticos reviste urgencia. Según datos de la ONU, el mundo produce cada año 430 millones de toneladas métricas de plásticos y con esa tendencia, la producción se triplicará al 2060. Además, dos tercios del total de plásticos que se producen son de consumo efímero y en poco tiempo serán residuos contaminantes.
A todo eso se suman los costos sociales y medioambientales vinculados a la contaminación, estimados en 1,5 billones de dólares anuales. Así, el 19% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero provienen justamente de la producción y uso de este material.
La mirada local
Desde el llamado Sur Global y particularmente desde Argentina, los especialistas en desplastificación siguieron de cerca lo que sucedió durante las siete jornadas de negociaciones en Busan.
Unplastify, la empresa que trabaja en minimizar el uso de plásticos descartables en el mundo, y Asociación Sustentar dejaron plasmado en un informe el desarrollo de las discusiones y su postura frente al debate.
"El mundo produce cada año 430 millones de toneladas métricas de plásticos y con esa tendencia, el volumen triplicará en 2060"
En el documento no sólo marcan como prioridad “la reducción de producción y consumo de plásticos”, con un abordaje de la problemática desde “su origen”, sino además la necesidad de “trabajar en el desarrollo de tecnologías que permitan el desarrollo de sistemas y materiales alternativos al plástico que minimicen el impacto ambiental”.
De acuerdo al informe de las organizaciones locales, la reunión extraordinaria realizada en agosto pasado en Bangkok, Tailandia, había mostrado las dificultades que luego se concretaron.
Se trató de un encuentro restringido a delegaciones nacionales y expertos técnicos invitados, lo que dejó por fuera del debate a ambientalistas, líderes indígenas, científicos independientes y comunidades afectadas por la contaminación plástica.
Los desacuerdos
Con ese escenario previo, a Busan llegaron representantes de 178 países, 30 agencias internacionales, observadores de 576 organizaciones de la sociedad civil y organizaciones no gubernamentales; representantes de comunidades indígenas; movimientos de recicladores, científicos, y representantes del sector privado.
Este quinto encuentro, en los papeles, debía marcar el final de la Asamblea del Comité Intergubernamental de Negociación y para eso, trabajaron cuatro grupos de contacto que pese a las arduas discusiones, “no lograron unanimidad en temas centrales”, señala el minucioso informe de las organizaciones.
La posición de algunas naciones que no reconocían las obligaciones legales del tratado, el desacuerdo en relación a las políticas de exenciones, la falta de comprensión clara del concepto de “transición justa” y el estancamiento del debate en materia de gestión de residuos se contaron entre las trabas.
A esa lista, se sumaron las discrepancias en la creación de mecanismos de financiamiento a las naciones en desarrollo y la discusión central: los alcances del Tratado Global.
La delegación argentina, que actuó como parte del Grupo de Latinoamérica y el Caribe (Grulac) y que tuvo a la delegación de Uruguay como vocera, destacó en el discurso final que el texto de cierre de las negociaciones “no refleja todas las propuestas” presentadas en los grupos de trabajo y, fundamentalmente, que “las negociaciones demostraron la falta de convergencia en asuntos esenciales para alcanzar el acuerdo ambicioso y efectivo que el mundo está esperando”.