Industria
26.09.2024

Una industria exportadora

Le sacan el jugo a los desechos de la industria láctea y frigorífica

La empresa Yeruvá, con varias plantas en Argentina, produce proteínas funcionales utilizando sangre vacuna, porcina, aviar, suerlo lácteo y levadura, materiales que son descartados por las fábricas

Un empresario puso el ojo en aquello que otros desechaban y lo convirtió en un negocio no sólo rentable sino también sustentable, ya que hace su aporte para reducir el impacto ambiental de los desperdicios que generan las industrias láctea y frigorífica.

Fue Juan Manuel Requena quien allá por 1997 creó en la localidad de Esperanza - en el centro de la provincia de Santa Fe dentro del principal cluster lechero de la Argentina - Yeruvá, una empresa familiar que hizo foco en la reutilización de los desperdicios que generaban los frigoríficos. Conocía el tema de primera mano ya que su padre tenía una empresa productora de harina de hueso y carne.

Junto a su esposa Silvana Gaido decidió dar un nuevo uso a desechos altamente contaminantes, primero reconvirtiendo la sangre y luego incursionando en los provenientes de la industria láctea, como el suero, que las usinas descartan sin darle un segundo uso.

A partir de allí Yeruvá, que lleva el nombre de un pájaro, comenzó a producir proteínas funcionales utilizando la sangre vacuna, porcina, aviar, suero lácteo y levadura cervecera.que se aplican para alimetación animal o humana. Y nunca dejó de crecer e innovar, algo que queda expresado en la fuerte apuesta que realizan a su departamento de i+d+i. Pero también a través de la apertura de nuevos centros operativos para distintas unidades de negocios que atienden a diferentes segmentos de mercado.

Suero recuperado

El suero de queso fue durante mucho tiempo considerado un desecho de las usinas lácteas, pero desde hace casi 12 años Yeruvá SA lo convirtió en una valiosa fuente de proteínas funcionales, a través de la utilización de tecnología de punta e innovación.

La transformación del suero no sólo permite reducir el desperdicio y minimizar el impacto ambiental que genera, sino que contribuye a la sostenibilidad de la producción alimentaria porque crea ingredientes saludables para diversas industrias, como el que se utiliza en la panificación o en la fabricación de helados.

La empresa, que también instaló una planta en la localidad de Granadero Baigorria (lindera a Rosario) donde elabora sangre aviar bioconservada, tiene un portfolio de productos naturales y sin agregados, de alto valor nutricional que abastecen tanto a la industria de alimentación animal como humana, asi como químicas y cosméticas.

“Somos especialistas en secado de proteínas funcionales. Entendemos que tenemos que innovar permanentemente y diferenciarnos con una cartera de productos de mayor valor agregado”, explicó Marcos Requena quien está a cargo del área comercial de la empresa en una publicación del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti), organismo con el cual desarrolló nuevos productos, validó calidad y mejoró procesos.

Las tecnologías que adopta esta empresa argentina no solo mejoran la vida útil de los productos, sino que también aumentan la biodisponibilidad de los nutrientes, lo que le asegura a los consumidores contar con el máximo beneficio de los alimentos que consumen. 

Eso le permitió desarrollar una amplia experiencia exportadora con habilitaciones y certificaciones internacionales y logró calificar como proveedor global de compañías de primera línea en los más diversos mercados de América Latina, Europa, Estados Unidos y Asia.
 

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