Día Mundial del Reciclaje
Producir y reciclar: un negocio que prende en Argentina
Grandes compañías implementan diferentes acciones para darle una segunda vida a los desechos que generan. Los casos de Mastellone, CCU, Danone y Aguas de Origen
El 17 de mayo es el Día Mundial del Reciclaje, una fecha establecida por la Unesco en 2005 para promover un modelo de economía circular, en el cual los materiales puedan reintroducirse en los ciclos productivos en lugar de convertirse en residuos.
En Argentina, muchas empresas tomaron la posta y comenzaron a incorporar estas prácticas como parte del negocio, de manera no sólo de alienarse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), sino también de ganar nuevos nichos de mercado frente a una demanda cada vez más selectiva de prácticas amigables con el ambiente.
Una de ellas es Mastellone Hnos, la compañía láctea propietaria de la marca La Serenísima, que el año pasado logró reciclar el 85,9% de los residuos generados en todas sus operaciones y en su complejo industrial alcanzó la meta de enterramiento cero desde mediados de 2024, logrando así una tasa de reciclaje anual en ese establecimiento del 99,8%.
Entre las iniciativas, la empresa implementó un sistema de recolección diferenciada en cada una de sus áreas productivas para lo cual dispuso de cestos y contenedores específicos que permiten a los trabajadores separar correctamente los materiales reciclables, como papel, cartón y plásticos, de aquellos que son considerados símil domiciliarios. “Esta clasificación contribuye a que los residuos sean luego reciclados o reutilizados por distintas empresas, reintroduciéndose en nuevas cadenas productivas”, indicaron desde Mastellone Hnos.
Los resultados de estas iniciativas permitieron que durante 2024 la empresa lograra que el 85,9% de los residuos generados en Mastellone Hnos. fueran reciclados y solo el 14% se destinaron a relleno sanitario.
Por otra parte, el Complejo Industrial Pascual Mastellone en General Rodríguez alcanzó la meta de enterramiento cero desde junio de 2024 y logró así una tasa de reciclaje anual del 99,8%.
También decidió hacerlo extensivo a la comunidad y para eso impulsa el cambio cultural mediante la educación ambiental, a través de talleres educativos abiertos que buscan concientizar sobre la problemática ambiental y brindar herramientas para fomentar prácticas sostenibles en el hogar y la industria.
Un trabajo conjunto
Por otra parte, las empresas Danone - la láctea que elabora marcas como Actimel, Activia, Danonino, entre otros -; la compañía de bebidas CCU Argentina y la segunda más grande del mercado cervecero argentino y Aguas de Origen que es una alianza entre las dos primeras apoyan el programa “Recuperadores” junto a Fundación Avina.
Es un modelo implementado para fortalecer el trabajo de los recuperadores urbanos y las prácticas de economía circular con inclusión social, articulando esfuerzos con cooperativas, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil.
Desde su creación en 2011, el programa atravesó cuatro fases de evolución y crecimiento. La última, actualmente en curso, busca recolectar 100.000 toneladas de materiales reciclables en 39 ciudades del país.

Esta etapa pone foco en nuevos materiales como el aluminio, polipropileno (PP) y el poliestireno (PS), y en avanzar hacia una certificación social que distinga el valor del trabajo cooperativo en la cadena de reciclaje.
“Con el impulso del programa, hoy contamos con capacitación, asistencia técnica, redes con otras cooperativas y, sobre todo, una organización que nos permite mejorar nuestras condiciones de trabajo” comentó Jacqueline Infante, recuperadora urbana y miembro del Programa Recuperadores de Danone, CCU y Avina.
El programa acompaña el desarrollo de 45 cooperativas en 39 ciudades, con mejoras en infraestructura, implementación de sistemas de gestión, profesionalización del trabajo y formación técnica en reciclaje, seguridad e igualdad de género. En total, más de 5200 recuperadores urbanos son impactados por la iniciativa.
“Es fundamental impulsar programas que, como este, combinan el compromiso ambiental con la generación de trabajo digno. La articulación entre distintas empresas demuestra que, cuando trabajamos juntos, podemos potenciar el impacto social y ambiental de manera real y sostenida”, aclaró Juan Pablo Barrale, grente de Asuntos Corporativos de CCU Argentina.
Entre los logros recientes, se destacan la creación del Manual de Calidad para Centros Verdes, desarrollado en El Álamo, que marca un hito en la profesionalización y formalización de la tarea los recuperadores urbanos y la elaboración del Informe Huella de Carbono en Centros de Reciclaje en Buenos Aires donde se evidenció el impacto positivo del reciclaje.
“Una transición justa hacia una economía más circular es posible gracias al compromiso de los recuperadores urbanos”, dijo Diego Buranello, director de Asuntos Corporativos en Danone Cono Sur.
Explicó que “ellos no solo son clave para reducir el impacto ambiental, sino que también representan un motor de inclusión social, generando oportunidades concretas en toda la cadena de valor” y por eso valoró el trabajo articulado entre compañías y organizaciones.
Actualmente, se estima que se producen más de 2.000 millones de toneladas de residuos sólidos cada año, una cifra que se proyecta aumentará en un 70% para el año 2050.
En Argentina, el promedio de generación diaria es de 1,15 kg per cápita al día, lo que representa unas 49.300 toneladas diarias, y alrededor de 18 millones de toneladas anuales .
Aunque muchos de estos residuos tienen potencial de ser reciclados, en el país solo el 6% logra efectivamente reinsertarse en el circuito productivo.
Esta baja tasa se debe a múltiples factores estructurales: la falta de regulaciones eficaces, la caída en el valor de los materiales reciclables, la escasa articulación entre sectores, la ausencia de infraestructura adecuada y la falta de incentivos para mejorar el diseño de los productos.
Estas condiciones perpetúan prácticas como el vertido en basurales a cielo abierto, afectando la salud de las comunidades y contribuyendo al cambio climático a través de la emisión de gases de efecto invernadero.