Negocios
28.08.2025

No comen vidrio

Convierten las botellas en arena y logran salvar playas

Replicaron un modelo australiano y elaboran un insumo para varias industrias. Reciclan 100 toneladas de vidrio por mes y tienen convenios con grandes empresas y municipios

Por: Rodrigo Elias mail

“En el mundo estamos comiendo playas para hacer vidrio”. Con esa frase Gustavo Chopitea, cofundador y presidente de Reciqlo, resumió la importancia de reciclar este material y así evitar la extracción de arena. 

La empresa nació en 2019 en Buenos Aires para atender una cuestión puntual: Cattorini y Rigolleau - dos gigantes de la industria del vidrio -  no alcanzaban a cubrir la demanda con el material reciclado disponible en el país, lo que los obligaba a importar. Reciqlo tomó la posta y no sólo logró abastecerlos sino además hizo convenios con municipios para ofrecer material para obra pública y cerró un acuerdo con la empresa vitivinícola Finca Las Moras para recolectar y procesar el enorme volumen de material que utiliza en la fabricación de vinos.

Hoy la empresa recicla alrededor de 100 toneladas de vidrio por mes y ya lleva 3.000 en total.

“El vidrio se hace principalmente con arena, sodio y calcio, los tres componentes que se funden en el horno para producir los envases de vidrio”, explicó Chopitea, que lidera la empresa con Carlos Archiabal y Jorge Fernández Moreno, en diálogo con Ecobiz. Y agregó: “La arena no es sustentable, tarda miles de años en volver y viene más de las montañas que de los mares, entonces a medida que extraemos arena de las playas para hacer vidrio, construcciones, edificios, casas o cualquier obra civil, nos vamos devorando las costas”. 

Explicó que todas las cristalerías incorporan vidrio reciclado en su proceso de fabricación por los importantes beneficios que ofrece. “Funde a una temperatura mucho más baja que la arena, utilizada como material virgen, lo que permite operar los hornos a menor temperatura y reducir significativamente el consumo de energía”, explicó. 

El vidrio puede molerse o triturarse para fines específicos como la construcción de bancos, baldosas, asfalto en frío y filtros de agua.

Este ahorro energético también se traduce en una menor emisión de gases de efecto invernadero (GEI), ya que se quema menos combustible, principalmente gas, dado que las plantas funcionan con este recurso y no con electricidad. Además, el uso de vidrio reciclado permite un ahorro aproximado del 40% en agua y reduce la necesidad de materias primas no sustentables, como la arena.

Una solución australiana

El reciclado de vidrio recibió un fuerte impulso en Australia y Nueva Zelanda, debido a que son islas. Tras los booms inmobiliarios y de la construcción (sobre todo en Australia), las autoridades advirtieron que sus prácticas estaban generando un gran impacto en la línea costera y en las playas. Además, observaron que gran parte de la arena utilizada en construcción podía ser reemplazada por arena de vidrio, en lugar de desechar ese material en vertederos.

“El vidrio ocupa mucho espacio en los vertederos, lo que representa un problema económico, puede favorecer la proliferación de mosquitos por el agua acumulada en los envases, y en zonas de alta temperatura, puede generar focos de incendios ya que el vidrio intensifica el calor de los rayos solares”, comentó. 

Ante esto, Chopitea señaló que prestaron atención a la tecnología que comenzó a ser utilizada en estos dos países, especialmente determinadas máquinas y decidieron traerlas e instalarlas en Argentina. Lo hicieron en grandes generadores de residuos, espacios donde se consumen elevados volúmenes de alimentos y se producen desechos en poco tiempo, como restaurantes, bares, hoteles y discotecas. 

“Estas máquinas trituran los envases y producen una arena, que es arena de vidrio”, subrayó. Y agregó: “Ese material, en la primera etapa de Reciqlo, se usó para fabricar baldosas, y así por ejemplo, se embaldosó la avenida Corrientes de la Ciudad de Buenos Aires”. 

El modelo de Reciqlo

En una primera etapa el modelo de negocio consistía en la venta de estas máquinas. Si bien no se trataba de una tecnología especialmente sofisticada, la complejidad residía en el tipo de material utilizado para su fabricación: acero naval, que se destaca por su robustez, resistencia y durabilidad. “El vidrio es altamente abrasivo y, sin el uso de metales gruesos y resistentes, el desgaste se produce rápidamente”, afirmó. 

En 2020 la pandemia les presentó un desafío, por lo que decidieron escalar el proyecto. “Armamos un programa de recolección diferenciada por grandes generadores, dejamos de repartir máquinas y empezamos a recoger el vidrio por esos lugares y a llevarlo a una planta ubicada en un predio en San Isidro, que es la de recolección municipal, la de transferencia que tiene el municipio en Villa Adelina”, contó. Y agregó: “Nos dieron un espacio en esas instalaciones donde procesamos los envases y los transformamos en arena”. 

Chopitea indicó que el vidrio recuperado se destina principalmente a la industria, que lo reutiliza para la fabricación de nuevos envases. También dijo que puede molerse en escamas para otorgarle un uso específico, o triturarse en partículas de vidrio con el fin de darle múltiples aplicaciones. Además se puede destinar a la construcción de bancos, baldosas, asfalto en frío y filtros de agua. 

A partir de las máquinas que utilizan, se obtienen principalmente dos derivados. El primero es el cullet, es decir, escamas o pedazos de vidrio de distintos tamaños que pueden emplearse para fabricar tapas de muebles tipo terrazo, pisos, baldosas y bolardos. También se puede usar en recubrimientos de paredes, donde la arena de vidrio aporta mayor brillo y una terminación estética atractiva.
El segundo producto derivado es el “Silkong”, un insumo agrícola hecho de silicio sustentable destinado a mejorar la calidad de los suelos.

Articulación con municipios y vecinos

Para fomentar el reciclaje desde Reciqlo desarrollaron un sistema que integra a todos los actores sociales de la ciudad, planificando recorridos por donde circulan los camiones y conectando los grandes generadores con las unidades de recepción que ellos mismos crearon, denominadas “Puntos Vidrio”

Sus operaciones se desarrollan dentro de la planta de San Isidro y, actualmente, están presentes en ese municipio bonaerense y también en Vicente López, donde implementan programas en articulación con las autoridades locales. Allí trabajan de manera conjunta ofreciendo a los vecinos y a los comercios gastronómicos la posibilidad de participar en estos programas, mediante los cuales contribuyen positivamente al cuidado del medio ambiente.

“Los vecinos participan en un programa donde a medida que van aportando sus envases para reciclar, obtienen puntos que luego cambian por premios en un programa de beneficios”, aseguró.

Impacto económico 

El modelo de negocios de Reciqlo se sustenta en varias líneas. Una de ellas es la venta de calcín a cristalerías, con precios de commoditie fijados por demandantes concentrados, que son más competitivos que los importados. “El precio lo ponen las cristalerías, y trabajamos con Rigolleau”, dijo. 

Otra línea consiste en la comercialización de productos revalorizados, como ecobaldosas, mobiliario urbano y aplicaciones para la construcción.

Además, ofrecen el insumo agrícola Silkong y brindan servicios a municipios, incluyendo programas, logística, puntos de recepción y actividades de educación ambiental

Por último, están explorando patrocinios y bonos, como el piloto de “bono de residuo”, que funciona como una compensación por los envases introducidos al mercado, un modelo que implementaron junto a la empresa Finca Las Moras, similar al esquema de bonos de carbono. 

Los bonos de carbono funcionan como un balance entre el carbono que una institución o persona genera y lo que logra compensar, generalmente mediante reforestación. Aplicando un principio similar, desde Reciqlo le propusieron a Finca Las Moras una solución para sus residuos: calcular la cantidad de vidrio generada por su operación anual y “netearla” mediante la recolección y procesamiento de esos envases, a través de la venta de un título o bono que representa la neutralización de esos residuos

Dado que la marca de vinos comercializa más de un millón de botellas al año, este mecanismo les permitió compensar una parte de los envases introducidos al mercado y avanzar hacia una operación más sustentable.

Una ventana para varios actores

La propuesta de Reciqlo suma ventajas tanto al sector público como privado. Con el uso de estos productos reciclados, las empresas “se posicionan como responsables con el medio ambiente y las que son exportadoras saben que en Europa estas cosas importan y se exigen”, dijo Chopitea. 

En cuanto a los municipios, estos productos les permiten generar ahorros en ciertos materiales utilizados en la obra pública, al reemplazar las baldosas tradicionales de las veredas por otras provenientes de la economía circular. 

Además de baldosas, es posible fabricar mobiliario urbano, como bancos o bolardos, de manera que los elementos de plazas y espacios públicos que normalmente se construyen con arena de costa puedan sustituirse por arena de vidrio, logrando mayor eficiencia en distintos niveles. 

Chopitea también destacó que su producto a base de silicio contribuye a mejorar el crecimiento de árboles, plazas y espacios verdes, fortaleciendo y enriqueciendo la tierra, muy castigada por el uso prolongado de químicos.

A futuro, el empresario mencionó que los planes se orientan a potenciar el Silkong, un producto que requiere mucho tiempo de inversión en I+D, y contó que desde hace cinco años realizan ensayos en instituciones públicas y privadas, universidades y laboratorios, tanto en Argentina como en Estados Unidos. Dijo que si estos desarrollos tienen éxito, podrían generar un negocio altamente rentable.

“Nuestro objetivo es seguir con este I+D y tratar de hacer alianzas comerciales para introducir el producto en la industria agrícola, sobre todo la extensiva de cereales”, sostuvo. Y concluyó: “Y queremos convencer a otros municipios para que nos acompañen y nos contraten para ayudarlos a resolver todo el tema de recolección de residuos que hay en las ciudades, así como lo hacemos en Vicente López y San Isidro”. 
 

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