Economía circular
Plásticos: la industria recicladora resiste el viento de frente
Conocé los datos del último Índice de Reciclado de Plásticos realizado por Ecoplas y la cámara argentina del sector (Cairplas). Una radiografía de la actividad
En Argentina, durante 2024, se reciclaron mecánicamente 233.200 toneladas de plásticos y se valorizaron energéticamente otras 30.300 en hornos cementeros. Aunque los datos en volumen son menores a los del año anterior, la proporción reciclada respecto al total consumido en este periodo subió del 14 al 17%, lo que da un dato de mayor eficiencia en el proceso.
De todos modos, el sector se enfrenta a una coyuntura compleja provocada por la baja de los precios internacionales del plástico virgen que desalienta la utilización de reciclados en los procesos productivos, lo que generó que la industria recicladora plástica hoy esté trabajando con más del 50% de capacidad ociosa.
Los datos surgen del último Índice de Reciclado de Plásticos realizado por Ecoplas, la asociación civil especializada en el tema, en conjunto con la Cámara Argentina de la Industria de Reciclados Plásticos (Cairplas), que relevan la situación de la industria y del sector.
El informe destaca que fueron relevadas nuevas empresas recicladoras, lo que sugiere una adaptación y evolución dentro del sector.
Tiempos complejos y desafíos
Hasta 2023, el sector del reciclado de plásticos en Argentina mostraba una evolución notable, con más de 4 millones de toneladas recuperadas desde 2003 y la consolidación de una cadena productiva que en la actualidad reúne a más de 190 empresas y 50 mil puestos de trabajo directos e indirectos.
 
Sin embargo, ese proceso se detuvo. “El contexto actual presenta desafíos que no pueden pasarse por alto: la industria recicladora plástica opera con más del 50% de capacidad ociosa”, señalaron desde Ecoplas. De esta manera, “hay que aumentar y mejorar la separación de residuos y la demanda de plástico reciclado en la fabricación de nuevos productos”.
Explicaron además que a eso se suma un escenario internacional en el que el plástico virgen se ofrece a precios más competitivos, “lo que desalienta la incorporación de reciclado en los procesos productivos”.
De todos modos, para la entidad “estas dificultades deben interpretarse como una coyuntura de mercado que puede y debe revertirse con políticas públicas y decisiones empresariales orientadas a un futuro sostenible”.
El Índice pone en evidencia que el reciclado de plásticos es mucho más que una práctica ambiental: es un motor de desarrollo económico y social.
Verónica Ramos, directora ejecutiva de Ecoplas, explicó que “cada tonelada que se recupera reduce la presión sobre rellenos sanitarios enviando recursos recuperables como son los plásticos y genera empleo en distintas etapas de la cadena, desde la recolección diferenciada hasta la transformación industrial”.
Por eso, consideró que “reforzar esta cadena no solo es clave para la competitividad local, sino también para impulsar exportaciones que podrían generar divisas a través de productos con valor agregado”.
En este marco, Ecoplas viene trabajando con otras organizaciones para lograr avanzar en una ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) de envases, una herramienta que ya adoptaron muchos países en el mundo y que obliga a quienes ponen productos en el mercado -los envasadores- a hacerse cargo de su gestión posconsumo.
“Su implementación en Argentina sería un paso decisivo para asegurar que el esfuerzo individual de los ciudadanos y el compromiso de la industria se traduzcan en resultados sistémicos, con más materiales reciclados reinsertados en el circuito productivo”, dijo Ramos.
“Tenemos una industria preparada, con infraestructura y conocimiento técnico, que necesita mayor articulación y un marco normativo que acompañe y apostar al uso de material reciclado es apostar al empleo, a la competitividad y a un país más sustentable”, sentenció Ramos.
La experiencia de los últimos 20 años demuestra que los plásticos pueden dejar de ser residuos para convertirse en recursos. Hoy, en una coyuntura compleja en materia de precios que puede desalentar la actividad, “el desafío es aprovechar esa capacidad instalada y generar condiciones para que la economía circular no sea solo un compromiso ambiental, sino también un motor de reactivación productiva para la Argentina”, explicaron desde la asociación.
 



