Negocios
01.08.2025

Economía circular

Usaron el "marote" para darle nueva vida al plástico y escalaron el diseño con impacto

Crean objetos con plástico reciclado y trabajan con reconocidas marcas globales. Pero además, buscan involucrar a la comunidad en el concepto de economía circular

Por: Agustina Roldán mail

Transformar el plástico en algo más que basura. Esa fue la premisa con la que nació Marote Diseño Sustentable, una empresa de Saladillo (Buenos Aires) que combina diseño industrial, conciencia ambiental y educación en experiencias reales de reciclaje

Fundada por el diseñador industrial Luciano Bochicchio, Marote fabrica productos con plástico reciclado y trabaja con cooperativas, empresas, municipios, talleres protegidos y escuelas técnicas para recuperar y revalorizar residuos que, de otro modo, terminarían contaminando el entorno.

Marote cuenta con un taller propio de 300 m2 donde se realizan las etapas de trituración, extrusión e inyección de plástico, además del diseño y armado final. La empresa articula tareas con cooperativas, talleres protegidos y escuelas técnicas, que colaboran con la recolección, clasificación o procesamiento del material. Cuando un cliente requiere grandes volúmenes, también subcontratan producción a terceros certificados, pero siempre bajo sus diseños y estándares de calidad.

La transformación

El proceso arranca con la recepción del material a través de campañas de recolección, convenios con empresas o puntos limpios municipales. De ese modo, tapitas de botellas, envases o plásticos duros provenientes de lo que alguna vez fueron tuppers, sillas, bolsones big bag que se utilizan en la construcción e industria, pasan por un proceso para convertirse en objeto de diseño. 

El plástico reciclado se utiliza para todo tipo de objetos domésticos y urbanos.

Lo recolectado se tritura, se funde y se transforma en placas o piezas moldeadas que se convierten en productos terminados. A su vez, para disminuir el uso de plástico virgen y sumar color sin pigmentos sintéticos, trabajan con residuos orgánicos secos como yerba mate, cáscara de huevo, borras de café, polvillo de cacao, todos productos que se incorporan a las mezclas.

Uno de los desarrollos más icónicos de la marca es la Recicleta, una bicicleta fija que tritura tapitas mientras se pedalea, pensada para campañas de educación ambiental y eventos corporativos. “Queríamos que las personas puedan participar del proceso de reciclado de forma lúdica y concreta. La Recicleta conecta el esfuerzo físico con una acción ambiental”, explicó Bochicchio en conversación con Ecobiz.

Marote ya procesó más de 29 toneladas de plástico y trabaja con gigantes que aplican prácticas sustentables como Mastellone, Coca-Cola, Nestlé, PwC, Heineken, Firestone, CCU, Newsan, Grido y Kavak, así como con gobiernos locales como los de Saladillo, Bahía Blanca, Rafaela y la Ciudad de Buenos Aires. También brindan capacitaciones, activaciones y talleres ambientales, lo que los convierte en un socio estratégico para organizaciones que buscan generar impacto real y medible.

Para disminuir el uso de plástico virgen y sumar color sin pigmentos sintéticos, trabajan con residuos orgánicos secos como yerba mate, cáscara de huevo, borras de café, entre otros.

“Ofrecemos servicios de talleres y eventos sustentables porque creemos que uno aprende a través de la experiencia. Por eso es clave la participación en los talleres”, explicó el diseñador. “Buscamos fomentar la economía circular, a través de alianzas crear productos con los descartes de las empresas. Y que los trabajadores de la empresa vean cómo se transforman los residuos en productos terminados”, agregó.

“Hoy en día cada vez más empresas incorporan prácticas sustentables. Además de ser tendencia, el mercado actual lo exige. Se ve en las multinacionales, que buscan promover prácticas y que las personas sean parte activa del proceso, y nosotros ayudamos a que sea así”, finalizó.

Entre sus productos más demandados figuran los bancos de plástico reciclado, juegos didácticos, premios y trofeos personalizados, jaboneras, anteojos, macetas y cuchas para mascotas. Este último desarrollo recibió el Sello de Buen Diseño argentino, al igual que otros muebles urbanos. En 2025, proyectan empezar a exportar a países vecinos y de ese modo hacer crecer un concepto que combina en una sola pieza, diseño, negocio y sustentabilidad.
 

arrow_upward