Un gran sorbo
Separaron la paja del trigo y crearon un sorbete natural
Le dieron vida útil a un desecho agrícola y sumaron una opción sostenible al mercado. La experiencia de dos emprendedores de Bragado contada en primera persona
Por: Eugenia Langone mail
Separar la paja del trigo. Exactamente eso es lo que Francisco Ben y Franco De Stéfano hacen desde 2023 para poner en el mercado sorbetes hechos en base a ese material y que que comercializan en paquetes de 100 y 500 unidades en más de 19 provincias del país. Con esa escala, se proponen a partir de 2026 exportar a países limítrofes como Brasil, Uruguay y Paraguay.
Los socios, que compartieron la carrera de administración de empresas en Buenos Aires, vieron la idea a mediados de 2023 y lograron hacer su primera venta en diciembre de 2024 tras un trabajo conjunto que llevaron adelante con ingenieros agrónomos e industriales. Así nación "Paja Sorbetes", el emprendimiento que hoy sigue escalando y es la primera de su tipo en Argentina.
“La idea nació en un bar cuando vimos un sorbete de hecho con trigo y no podíamos creer que fuera importado”, dijo Francisco, nacido y criado en Bragado, una localidad bonaerense donde lo que sobra - dice - es la paja de este cereal que queda como desperdicio una vez que los granos se cosechan.
Tradicionalmente esos residuos se quemaban y, aunque esa práctica ya no se realiza por sus efectos contaminantes, actualmente no tienen otro uso que no sea el de cobertor de suelo para la siguiente siembra.
Y si bien un porcentaje de las pajas se pierde por roturas tras la cosecha, por cada hectárea sembrada de trigo crecen entre 3 y 4 millones de plantas que son potenciales sorbetes.
El proceso
“Paja. Sorbetes” buscó desde el inicio “ser ruidoso por el nombre”, dice el empresario en diálogo con Ecobiz, pero a su vez hace una referencia clara “al producto que se ofrece y a la materia prima del que se obtiene que es justamente la paja del trigo”, explica Francisco.
Bragado, su ciudad de origen, es el lugar desde donde obtienen la materia prima que surge del rastrojo, el cual luego se somete a un proceso de clasificación manual que llevan adelante familias en la misma ciudad. “Es un proceso artesanal y trabajoso, pero siempre estamos buscando la forma de automatizarlo a través de máquinas”, cuenta.
Recién clasificados, los sorbetes llegan a Buenos Aires donde el único proceso al que son sometidos es al de la limpieza y esterilización, lo cual permite obtener un producto 100% de origen vegetal y completamente biodegradable.
“Ese paso se lleva adelante acá en Caba y por ahora estamos realizando ventas directas”, explica el joven y detalla que la oferta se hace en paquetes de 100 y 500 sorbetes.
“Lo importante es que esa paja se esteriliza y se utiliza directamente sin pasar por ningún químico, lo que la hace ciento por ciento compostable”, detalla convencido que de que “es la mejor oferta del mercado” frente a alternativas como la de sorbetes de bioplástico, que son más costosas, o incluso de papel y cartón o de bamboo.
Además, entre las prestaciones del producto se destaca su alta duración incluso en condiciones de humedad con frío y calor. "Nuestro producto resiste tanto bebidas frías como calientes", detallan desde la marca y a diferencia de otras alternativas de mercado, no se doblan ni se humedecen.
Al tratarse de un producto totalmente natural y sin aditamentos químicos para su fabricación ningún sorbete es idéntico, pero garantizan un sabor neutro y se conservan un año sus condiciones siempre y cuando se encuentren en un ambiente seco.
Lo cierto es que la mirada ambiental estuvo siempre en el germen del proyecto. “Teníamos claro que queríamos tener un proyecto propio y que fuera de triple impacto, económico, social y ambiental. Así lo pensamos desde el inicio”, reafirma.
A menos de un año de la primera venta, para el 2026 proyectan exportar el producto y hacerlo en principio por Latinoamérica. “Estamos pensando en Uruguay, Brasil, Paraguay y otros países limítrofes”, adelanta pensando en la próxima cosecha que los pondrá a trabajar.



