Pegaron el salto
Con aceites vegetales producen una grasa biodegradable de exportación
Operan hace cuatro décadas en el mercado mayorista de lubricantes. En la pandemia se la jugaron y fabricaron un producto innovador para la industria minera y petrolera
Por: Eugenia Langone mail
Con más de 40 años en el mercado como mayorista de grasas y lubricantes, Andes SA encontró con la pandemia la puerta para poner un pie en la industria petrolera y de la minería, y lo hizo con una grasa 99% biodegradable. El producto es único en el país, denominado Biobar, fue desarrollado junto a investigadores del Conicet y de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y está en el mercado desde febrero del 2024.
Hoy, mientras avanza en el desarrollo de otras grasas biodegradables para ofrecer al transporte y el agro, que es su mercado histórico, la firma exporta a países de Latinoamérica el desarrollo obtenido en vinculación con el sistema científico.
Esteban Salusso, titular de la firma que tiene una planta en Rosario - con una capacidad de producción de 8 mil kilos de grasas por turno - y una segunda en Roldán, recuerda que la inquietud de comenzar a hacer grasas amigables con los suelos y no a base de hidrocarburos llegó de un usuario en tiempos del Covid.
“Los puertos estaban cerrados y esos productos que siempre se importaban para la industria petrolera y minera habían dejado de ingresar al país, por lo que empezaron a ser demandados a nivel local”, cuenta sobre su ingreso a un rubro que hasta el momento no habían explorado. Pero tenían la convicción de que debían dar un paso más, hacerlo de manera sostenible.
Si bien llevan décadas de experiencia en la producción y comercialización en el sector del agro y el transporte, para el cual producen más de 20 grasas distintas, al momento de recibir la demanda del sector minero no contaban ni con el recurso humano ni con el laboratorio para su desarrollo, una situación que les sucede a la mayorías de las pymes. De hecho, en materia de grasas apenas hay unas ocho empresas productoras en el país, de las cuales dos son las grandes plantas de YPF y Shell, y las otras seis son pequeñas firmas.
“El Centro para la Transferencia de los Resultados de la Investigación (Cetri) de la UNL nos vinculó con la referentes de la ingeniería química, con quienes trabajamos más de un año para hacer el producto y maximizar su biodegradabilidad que alcanzó el 99%”, señala a Ecobiz.
Fue el Juan Carlos Yori, investigador de la Facultad de Ingeniería Química de la UNL y del Instituto de Investigaciones en Catálisis y Petroquímica (Incape-Conicet-UNL) quien aportó lo que Salusso llama “la pata científica” y agrega: “Son profesionales de altísimo valor y a quienes de otro modo, si no es a través de asociación público y privada, para las pymes es difícil de acceder”.
El origen de la materia prima
Biobar, producto al cual Andes llegó junto a los investigadores de Conicet-UNL orientado a la perforación minera y petrolera, no sólo logró ser un 99% de biodegradabilidad, sino que además se produce con materias primas locales en un ciento por ciento.
“Nos enfocamos en que los insumos sean también producidos en la zona; es más, nos propusimos que provengan de un radio que no supere los 25 kilómetros a la redonda”, explica el titular de la empresa.

Lo que se utiliza para su elaboración son aceites vegetales seleccionados y aditivos, que Salusso aclara que también son de origen vegetal y que es paso que afirma que ninguna otra compañía aún dio.
La importancia de reemplazar las grasas a base de hidrocarburos por grasas de origen vegetal es que “son materiales que se utilizan en las barras de perforación y una vez que entran en contacto con el suelo, ese material queda en el pozo y en el caso de las grasas a base de hidrocarburos, quedan allí contaminando en forma constante”.
La diferencia, señala, es que Biobar “al estar hecha con materias primas vegetales se degrada en el mismo suelo en no más de 28 días”. Ese mismo producto se usa en motores de maquinarias en la industria.
La apuesta por el agro
La compañía, que nació como una empresa familiar, siempre tuvo “una visión de la sostenibilidad”, dice su titular. Sin embargo, admite que en el sector en el que comercializan sus productos “existe una cultura de mirar sólo el costo y cortoplacista”.
“Muchas veces en el sector se piensa en lo que cuesta en el momento sin ponerse a pensar que, por ejemplo, llevar adelante una disposición final adecuada y la trazabilidad de determinados productos termina costando más caro en términos económicos y también ambientales”, considera.
Incluso en ese escenario, Andes SA apuesta a ofrecer ese tipo de grasas biodegradables también para el agro y el transporte. “En minería va muy bien y se exporta. Sabemos que es diferente porque se trata de una industria que tiene otra espalda, donde las inversiones son millonarias y hay otra espalda, pero incluso así también lo estamos ofreciendo en estos sectores para empezar a generar el mercado”, afirma.