El encuentro de las empresas que optaron por el lado B del negocio

El Dia B, el gran encuentro anual de Sistema B Argentina, arrancó de la mejor manera: con el anuncio de que Estancia El Potrero, un campo de 30 mil hectáreas ubicado en Gualeguaychú (Entre Ríos), que destina el 68% de su extensión total a la conservación de ambientes naturales y biodiversidad, se sumó a la familia de las hoy 246 firmas que enfocan los negocios con una mirada de triple impacto y cumplen con altos estándares de desempeño social, ambiental y transparencia con el objetivo de dejar una huella positiva en el planeta.

“Es tener una empresa donde el modelo de negocio emocione”, dijo Pedro Friedrich, copresidente de Sistema B Argentina al abrir el encuentro y anunciar la novedad que “abre las puertas a una de las empresas del agro. 

“Es un movimiento endógeno que está surgiendo con fuerza”, agregó Friedrich y “es parte de un movimiento global que busca ser mejor para el mundo a partir de empresas que están guiadas por principios de sostenibilidad, equidad e inclusión”, según definió Fernanda Mierez, también copresidenta del movimiento.

Más de 1.100 personas, entre las que participaron en forma presencial y las que lo hicieron via streaming, fueron las que participaron en Mar del Plata de un encuentro que se realizó en el hotel del gremio de los gastronómicos (Uthgra). 

“Una economía centrada en las personas y el planeta es posible”, dijo Mariana Arias, directora ejecutiva de Sistema B al arrancar una jornada que reunió no sólo a Empresas B certificadas, sino a otras en camino de hacerlo y muchas de impacto, que intercambiaron experiencias sobre cómo explorar soluciones a las problemáticas sociales y ambientales desde el mercado.

“Tenemos la fuerza del mercado para solucionar las problemáticas socio ambientales que tenemos hoy y eso vamos a demostrarlo”, planteó Arias.

Justamente esa fue la gran premisa del encuentro, debatir el rol que tiene el sector privado en la nueva economía. “El Movimiento B busca cambiar el paradigma de la economía y el Sistema B trabaja con las empresas para lograrlo”, puntualizó Friedrich y se trata de aquellas que “están redefiniendo el propósito y el éxito”, agregó Mierez.

Grandes, medianas y pequeñas compañías de distintos rubros que van desde la industria como Danone, Molino Campodónico o Kalmar Destilería, hasta el comercio y servicios como Farmacity, Tonka, Cook Master o estudio Beccar Varela, forman parte del Sistema B y buscan trasladar esa experiencia al resto de las empresas de la Argentina, con la convicción de que triple impacto y rentabilidad pueden ir de la mano.   

“Entendí que de manera individual uno tiene un alcance, pero cuando empezás a contagiar a distintos actores del mercado esta lógica nueva de hacer negocios empieza a fluir”, aseveró Débora Sabsay miembro de Kausana Agencia de Impacto y fundadora de las Empresas B marplatenses Lucenza y Kalmar, esta última la primera destilería habilitada en la ciudad costera que nació con una lógica colaborativa de negocio y hoy destila para 42 marcas de pequeños emprendedores, con los cuales comparten canales de comercialización y proveedores con lógica de impacto.

Hay muchas otras que no fueron nativas triple impacto, pero decidieron que debían comenzar a transformar su forma de producir o estructurar su negocio, como el caso de la láctea multinacional Danone que ante la imposibilidad de prescindir por ahora del plástico para sus envases, decidió encarar una transformación y le permitió lograr que un 95% del que hoy utilizan sea reciclable.

Otro caso es el de Farmacity, la red de farmacias que opera en 15 provincias de Argentina y Uruguay, que midió su huella de carbono en tres alcances: sus operaciones, la energía y la cadena de valor, lo que le permitió tomar acciones, entre ellas, lanzar una línea de bolsas compostables que estarán próximamente en el mercado, desarrolladas junto a Ecofactory, otra empresa B.

En este camino de “evangelización” hacia ese nuevo modelo de negocios, durante el Dia B, Sistema B Argentina firmó un convenio con la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica (Fehgra) que reúne a 30 mil empresas en el país para sumar a distintas compañías a esta nueva forma de encarar la actividad con mirada de triple impacto.

“Tenemos que empezar a revisar los modelos que están dentro de nuestra empresa y direccionar estrategias y si las pymes podemos hacerlo también pueden las grandes”, aseveró Carolina Urrutia, co fundadora de FreeMet, empresa B chilena de productos para el hogar y el cuidado personal con formulaciones que no contaminan el ciclo natural del agua y también envases reciclables que hoy tienen más de 60 mil clientes en su e-commerce y están presentes en las grandes cadenas de retail, nacida bajo la consigna de cuidar el océano y regenerar ese ambiente.