Campo
19.06.2024

III Jornadas Internacionales Campo Limpio y Aidis

Bisang: "La bioeconomia plantea transformar desecho en materia prima"

El economista y docente planteó la nueva mirada que aporta la bioeconomía al problema de los residuos generados en el sector agropecuario. Aseguró que requiere de tecnología, organización y políticas en los territorios

Por: Sandra Cicaré mail

“El eje de la bioeconomía es transformar un desecho en un insumo industrial, con una tecnología que en general está disponible y que requiere organización y políticas locales”. En esa frase, el economista y docente Roberto Bisang, definió los alcances de un concepto que hoy se instaló en la agenda pública en el mundo y en la Argentina, y que involucra a muchos actores con intereses divergentes, muchos de los cuales son partidarios de aplicar sanciones a quienes contaminan, sin encontrarle una solución de raíz al problema.

Bisang, quien es un especialista en el sector y fue coordinador del último censo agropecuario en Argentina, parte de la base de que el problema reside en que vivimos en una sociedad “que demanda cada vez más recursos que tienen ciclos de vida muy cortos” lo que genera una progresiva acumulación de desechos.

Ante esa realidad incontrastable, la clave consiste en preguntarse qué hacer con los residuos para que no se transforme en un problema ambiental y social que hipoteque el futuro, frente a generaciones que cada vez más interpelan esta cuestión.

En ese sentido, recordó que hay un enfoque convencional de la economía que comulga con la teoría de “el que las hace las paga” y, con una mirada punitiva en materia fiscal, promueve cobrar más impuestos a quienes contaminen o depreden. Una decisión que, según consideró, no sólo no contribuye a la solución del problema desde su raíz sino además que en muchas ocasiones es difícil de implementar por parte de los gobiernos locales, que son los que están y actúan en los territorios y tienen poca capacidad para hacer cumplir algunas normas.

“La bioeconomía en cambio, reconoce esta situación pero va más allá, promueve la conversión de los desechos en biomasa o en materia prima biológica”, dijo Bisang durante su disertación en las III Jornadas Internacionales “Ley de envases vacíos de fitosanitarios”, organizado por la organización  Campo Limpio y la Asociación Argentina de Ingeniería Sanitaria y Ambiental (Aidis).

En esa vuelta de tuerca hacia un problema propio de una economía capitalista que produce y descarta en forma vertiginosa, “a los desechos no hay que dejarlos escapar, hay que encontrarles la tecnología y convertirlos en insumos industriales”, aseveró el especialista.

Por esta razón es que la bioeconomía no es sólo un enunciado sino “un cambio de paradigma”, planteó el docente de la Universidad de Buenos Aires, que parte de tomar a los desechos “como el primer escalón en un proceso de transformación”, que además “tiene que tener factibilidad económica”, agregó.

Pero también para Bisang este no es sólo un problema de diagnóstico ni tampoco de voluntarismo por parte de los productores o los ciudadanos, sino una tarea que desafía a los “hacedores de política pública a nivel local”. 

“Los municipios y comunas deben plantearse la forma de encontrarle una vuelta tecnológica para que los productores y ciudadanos no tiren los residuos en el basural, se reciclen y se conviertan en energía”, dijo. Y en el caso de las empresas agropecuarias, “si no tiene escala puede juntarse con el vecino, si no tiene la tecnología debe buscarla porque existe y si no tiene los fondos busque financiamiento porque lo hay”, agregó, en lugar de negar el problema. 

¿Cómo hacerlo? Se preguntó Bisang y puso el ejemplo de Campo Limpio, la asociación que viene trabajando con el sector agropecuario que viene siendo interpelado por sus prácticas y el manejo de sus desechos. 

Leer más: Los desechos del campo encontraron un mecenas

Busca implementar un sistema de gestión ambiental de manera de recuperar los envases vacíos de fitosanitarios del campo argentino- Forma parte de la red de Centros de Almacenamiento Transitorio (CAT) autorizados en el marco de la ley 27279 de fitosanitarios reglamentada y en vigencia desde 2018.

La intención no es sólo que se cumpla la ley, sino que el productor agropecuario asuma su responsabilidad como parte de una comunidad que empieza a poner en discusión la antinomia producción versus ambiente.

También para Bisang es clave pensar en el campo en otros desechos del campo, por ejemplo el rezago de la maquinaria agrícola. “Los datos del Censo Agropecuario muestran que hay 194.000 tractores y 162.000 tienen más de 10 años”, dijo y planteó que es necesario preguntarse a dónde van a parar tanto esos fierros como las cubiertas, el aceite, etcétera. Lo mismo ocurre con las sembradoras, hay 75.000 sembradoras y sólo 40.000 son para siembra directa que es la técnica generalizada en la Argentina.

Otra parte de los residuos para aprovechar están vinculados con los rastrojos de siembra, la bosta de animales y también las viviendas desocupadas que hay en las zonas rurales que suman alrededor de 75 mil según el último registro oficial. "Los desechos de la faena, como grasa, sangre o desperdicios son económicamente viables si se los transforma”, agregó el economista.

“La clave está en mostrarle al productor cuánto cuesta dejar las cosas como están”, dijo al señalar los beneficios que trae aparejada la reindustrialización.
 

arrow_upward