Bayer Argentina
“De nada sirve tener una fábrica sustentable que no pueda competir en costos”
Daniel Betinelli, líder de la división farmacéutica de la compañía en el país, contó la transición energética de las plantas que hoy operan 100% con renovables. Ventajas y nuevos proyectos
Por: Sandra Cicaré mail
Mientras muchas compañías aún evalúan cómo dar el salto hacia la energía renovable, Bayer Argentina ya transita su segundo año operando con contratos de abastecimiento verde y, desde noviembre, logró que el 100% del consumo eléctrico de sus dos plantas de la división farmacéutica, ubicadas en Parque Industrial Pilar, provenga de esa fuente. Ese movimiento temprano —con decisiones tomadas antes de que el sector madurara del todo— le otorgó a la compañía un handicap competitivo: precios previsibles en dólares a largo plazo, acceso a partners confiables y una transición ordenada.
“Creemos que es una buena decisión considerando que las energías renovables van a ser cada vez más demandadas. Ser de los primeros en adoptarlas podría tener un beneficio en términos de costos”, detalló Daniel Betinelli, director industrial y quien lidera la división farmacéutica de Bayer Argentina para dar cuenta de la ventaja que ven en este posicionamiento temprano.
Pero más allá de la ecuación económica se trata de una estrategia corporativa. “Fabricamos productos de cuidado de la salud y no sería coherente no cuidar el medio ambiente”, agregó el ejecutivo para reforzar el plan que se trazaron con un doble desafío: atender a consumidores cada vez más exigentes en materia de sustentabilidad pero que “no están dispuestos a pagar un valor incremental”, explicó.
En ese camino, anticiparse fue clave. Se enfocaron en reducir emisiones propias y las generadas por el consumo de energía (Scope 1 y 2) - donde pretenden ser carbono neutrales para 2030 - y trabajan en la cadena de valor (Scope 3). También buscan alcanzar la neutralidad en el envío de residuos a relleno sanitario. Pero teniendo en claro que la competitividad debe conjugar sustentabilidad con un buen negocio. “De nada sirve que tengamos una fábrica sustentable que no pueda competir en costos”, resumió Betinelli.
Las dos plantas farmacéuticas de Bayer en el país, donde fabrican medicamentos icónicos como Aspirina, Cafiaspirina, Redoxon o Supradyn, conforman uno de los complejos más grandes del mundo de la compañía, donde se producen más de 3.000 millones de comprimidos al año y trabajan unas 400 personas. Aunque el ejecutivo aseguró que este año sintieron un poco el "bajón de la demanda", eso se logró compensar con el mercado externo al que destinan el 40% de su fabricación. Así lo explicaba en este diálogo con Ecobiz.
— Hace dos años comenzaron un contrato de abastecimiento renovable ¿Cómo arrancó este proceso?
— Venimos trabajando en este tema desde hace varios años. Bayer tiene un objetivo global muy claro: ser carbono neutral en los Scopes 1 y 2 para 2030. En nuestro caso, la principal fuente de emisiones del Scope 2 es la energía eléctrica. Tenemos dos plantas industriales de alta capacidad y un consumo equivalente al de unos 6.000 hogares, así que las primeras investigaciones fueron por ese lado. En un principio evaluamos hacer parques solares en nuestro predio, —tenemos mucho espacio verde—, pero vimos que nuestro core no es generar energía sino fabricar medicamentos. Entonces empezamos a ver alternativas mucho más interesantes asociándonos con partners. Empezamos algunos contratos con empresas como Orazul —que hoy nos provee una pequeña parte—, estuvimos testeando como es la confiabilidad del suministro, el tema precios, e hicimos algunos pilotos con pequeñas partes de nuestro consumo eléctrico con terceros. Hace dos años hicimos un acuerdo grande con Genneia y pasamos al 75% de nuestro consumo abastecido con renovables. En ese proceso lo que vimos es que los partners estaban evolucionando mucho. Siempre le digo a mis colegas que el contexto en Argentina es súper favorable para la transición energética y las energías renovables. Hoy hay muchos partners confiables y los precios son competitivos. A medida que haya menos demanda de energía convencional esas plantas probablemente sean menos eficientes y eso va a hacer que los precios suban. Así que el nivel de competitividad cerraba por todos lados. Por eso nos embarcamos en esto. A partir de noviembre tenemos 100% de energía renovable en las dos operaciones. El principal proveedor es Genneia, pero tenemos todavía algunos otros con un porcentaje menor.
— ¿Cómo trabajan en reducir la huella en la cadena de proveedores?
— El área de compras y los equipos que gestionan proveedores aplican criterios ambientales en auditorías, selección y seguimiento. A la hora de hacer una licitación son factores que son bien tenidos en cuenta. No se evalúa solo carbono: también cuidado del agua, el tratamiento de residuos y otros indicadores. Tenemos un objetivo fuerte para 2030: zero waste to landfill, es decir, no enviar nada a relleno sanitario. Y vamos caminando muy bien. No llegamos, pero soy muy optimista de que vamos a lograrlo mucho antes del objetivo. Pero con este proyecto de operar 100% con energía renovable quedamos en cero en el Scope 2 y estamos trabajando fuertemente en Scope 1 para nuestras emisiones principalmente vinculadas a la quema de gas natural. Aquí la situación es distinta porque hoy el biogás es prohibitivo en términos de precios en Argentina. Esperemos que eso mejore. Por eso hoy tendremos que buscar otras alternativas. Estamos evaluando otras fuentes de energía como podría ser la eléctrica, la solar y lo que tiene que ver con la reducción del consumo, con la eficiencia.
— Además del gas, ¿qué otras alternativas estudian para profundizar la reducción de emisiones propias?
— Estamos hablando de distintas alternativas de calderas que puedan operar con energía eléctrica y otro tipo de equipos más chicos de calentamiento, pasarlos a solares. Vamos a avanzar próximamente. Pero el gran hito de este año fue la energía eléctrica. Así que una vez que cerramos esto nos estamos enfocando en lo que sigue.
— ¿Cómo están trabajando en eficiencia energética dentro de la planta?
— La eficiencia energética es uno de nuestros pilares para mejorar la competitividad de nuestra planta que está sobre presión como toda industria. Los proyectos que más nos gustan son los que combinan mejora de costos y sustentabilidad y son muchos los que van en esas dos direcciones. Hay algunos clásicos como cambio a tecnología LED en la iluminación, apagados automáticos, todo lo que tiene ver con sensores para sistemas eléctricos, y en los sistemas de alto consumo, que para nosotros son básicamente compresores y sistemas de aire, allí estamos invirtiendo en tecnología que reducen el consumo hasta un 40%.
"Las energías renovables van a ser cada vez más demandadas y ser los primeros en adoptarlas podría tener un beneficio en términos de costos"
— Desde lo económico, además de lo ambiental, ¿qué impacto tuvo operar con 100% renovables? ¿Se comparan con otras plantas de Bayer en el mundo?
— Para nosotros una iniciativa de este tipo que sea neutral en términos de impacto en costos, ya es buena. Y en algunos casos si tenemos un extra costo razonable que podamos afrontar para mejorar la sustentabilidad, también lo abordamos. Hoy no estamos capitalizando grandes cantidades de dinero en ese sentido, pero es una visión a futuro. Los contratos de energía renovable son a largo plazo, el precio se fija en moneda extranjera y eso para nosotros es muy importante. Creemos que es una buena decisión considerando que las energías renovables van a ser cada vez más demandadas. Y ser de los primeros en adoptarla podría tener un beneficio en términos de costos.
— Ser pioneros puede traducirse en mejores costos cuando la transición energética se acelere…
— Sí. En la medida que la demanda de energía convencional sea menor, las plantas que la generan van a tener más dificultades para absorber sus costos y el precio será más alto. En cambio, en las renovables hay una fuerte avidez de inversión y es de esperar que la oferta crezca bastante fuerte en los próximos años.
— Muchas corporaciones aseguran que la sustentabilidad ya se transformó en un foco del negocio. ¿Cómo lo vive Bayer?
— En la estrategia 2030 esto de ser cero carbono en Scopes 1 y 2 y zero waste to landfill están entre las prioridades de negocios de los próximos años. Entendemos que hay un sentido de responsabilidad en lo que hacemos. Fabricamos productos de cuidado de la salud y no sería coherente no cuidar el medio ambiente. Así que por un lado, a nivel de aspiración y visión del negocio, tenemos la suerte de trabajar en una compañía que tiene este valor dentro de su ADN. Por otro lado, a nivel de la demanda. Nuestros consumidores cada vez más encuentran un valor en qué les proveemos y cómo lo fabricamos, pero con la dificultad de que tampoco están dispuestos a pagar un valor incremental por eso.
"Fabricamos productos de cuidado de la salud y no sería coherente no cuidar el medio ambiente"
— ¿Cómo se equilibra esa demanda del consumidor por la sustentabilidad con la presión por precios accesibles?
— Buscando alternativas. Cumplir todos los objetivos ambientales sin restricciones de costos sería fácil, lo podríamos hacer mañana. Por ejemplo, comprando biogás, pasando a energía renovable, enviando en vez de relleno sanitaria a incineración, pero todos son procesos muy costosos. Entonces, a cada caso para mejorar la sustentabilidad le tenemos que dar una perspectiva completa que haga sentido para el negocio. Porque de nada sirve que tengamos una fábrica sustentable que no puede competir en costos. Y mucho más en el contexto en el que estamos.

— ¿Y cómo imaginás este proceso en Argentina con los vaivenes que tiene la macroeconomía?
— Argentina tiene un contexto muy favorable para la transición energética. Los precios son muy interesantes. La gran barrera, hoy es la previsibilidad. Los contratos renovables son de largo plazo y algunas industrias tal vez no están en condiciones de afrontarlos, porque les aseguran determinada cantidad de kilowatts pero si no los consumen tiene que pagarlos igual. Si logramos anclar las expectativas, probablemente la transición sea más fácil.
— ¿Qué le dirías a pymes o empresas más chicas que quieren avanzar pero se frenan por el impacto económico de la transición?
— No me considero en condiciones para dar consejos, pero sí puedo compartir nuestra experiencia. Yo pensaba que la transición hacia la energía renovable iba a ser en detrimento del costo. Pero la realidad es que hoy, en ciertas condiciones, podría representar una reducción de costos. La primera barrera que saqué de mi cabeza fue la pregunta ¿cuánto vamos a gastar de más por esto? Hoy tenemos un entorno súper competitivo y eso no pasa en todo el mundo. Tenemos una oportunidad en Argentina y no debemos dejarla pasar. No creo que esto se frene. Hoy ya es una ventana de oportunidad y tengo la expectativa de que los primeros que nos sumamos a esto seamos los que mejor capitalicemos esas oportunidades.


